La Patrulla Canina

Con solo una llamada, el niño Ryder envía a los perros a casa del 'president' Pujol, empiezan a rastrear la habitación del primogénito y encuentran lo que la Guardia Civil jamás sería capaz de ver

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JUAN CARLOS ORTEGA

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Los casos de corrupción que conocemos a diario son cada vez más feos y resulta inevitable que nos invada el desencanto. Por mucho que intentemos que la política no nos afecte, termina instalándose en nosotros algo que se parece mucho a la tristeza.

Le he dado muchas vueltas para lograr encontrar una solución. He leído y consultado a los que saben y todo parece extraordinariamente complejo. Por eso, después de mucho pensar, he llegado a la conclusión de que lo único que pueden acabar con la corrupción es la Patrulla Canina.

Si ustedes tienen  niños, sabrán de lo que les hablo. Se trata de los personajes de una serie canadiense de dibujos animados que yo miro con mi hijo Ulises y en la que todo problema, por grave que sea, es solucionado eficazmente por un simpatiquísimo grupo de perros.

Ryder, un niño de 10 años, detecta un problema y en seguida llama mediante una especie de teléfono móvil ultratecnológico a los chuchos, que están entrenados para cualquier contingencia. Los animales se llaman Chase, Marshall, Rubble, Rocky, Zuma y Skye, y se ponen en marcha, muy felices, cada vez que el muchacho les llama, porque para ellos supone una inmensa alegría ayudar en lo que sea.

Todo transcurre en una preciosa ciudad llamada Bahía Aventura, en la que una mujer llamada Goodway ejerce de alcaldesa. Si para los espectadores de La Sexta, Finlandia es un ejemplo de todo lo bueno, Bahía Aventura tiene idéntica consideración entre los niños espectadores de Clan TV.

¿Por qué todo va bien en Bahía Aventura? Sencillamente porque esos animales lo solucionan todo. Deberíamos traerlos a España y cuando los Pujol hagan cosas malas, Ryder, con solo una llamada, envía perros a casa del president, empiezan a rastrear la habitación del hijo primogénito, olfateando armarios, cajones y calzoncillos y les aseguro que encuentran lo que la Guardia Civil jamás sería capaz de ver. En menos de 10 minutos, la justicia reuniría todas las pruebas necesarias para enviar a Soto del Real a cualquier miembro de la familia implicado en cosas desagradables.

Con la Patrulla Canina, Ignacio González habría acabado en la cárcel hace ya bastante tiempo. Si Chase, Marshall, Rubble, Rocky, Zuma y Skye hubieran olisqueado con sus coloridos hocicos el Canal de Isabel II, las cosas habrían ido mucho más rápidas.

Ahora que Esperanza Aguirre ha dimitido, propongo al Partido Popular que el niño Ryder ocupe su puesto. No necesita ni despacho. Él está paseando por la ciudad a todas horas, siempre está atento a todo, por lo que jamás podría ser acusado de "invigilando".

De verdad, que vengan los perros. Es más; que los clonen, que España se llene de cientos de miles de patrullas caninas, varias por comunidad autónoma. Demostremos que si el perro es el mejor amigo del hombre, también debe ser el mayor enemigo del corrupto.