Lady Gaga: friki, pero no tanto

La estrella pop fundió, en su aparición en la Super Bowl, dos himnos estadounidenses, el clásico 'God bless America' y el progresista 'This land is your land', y demostró ser menos excéntrica y más 'establishment' que el mismo Donald Trump.

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Friki, pero no tanto_MEDIA_1 / TÀSSIES

JORDI BIANCIOTTO

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Se esperaba que Lady Gaga la liara en el espectáculo de la Super Bowl: la excéntrica diva pop, alineada en la última campaña electoral con Hillary Clinton, escenificando quizá alguna creativa modalidad de corte de mangas al presidente Trump. Al final, optó por un mensaje interpretable entre líneas, esa breve cita a 'This land is your land', el clásico folk de Woody Guthrie, que entronca con el lado progresista del sueño americano.

En realidad, Lady Gaga nos está resultando una chica mucho más clásica y convencional de lo que creíamos. Primero fue ese disco de estándares con Tony Bennett, que insinuó que el sueño de su vida se acercaba más a la emulación de Dinah Washington que a la revolución de los lenguajes musicales, y ahora su nuevo trabajo en solitario, que responde sencillamente por 'Joanne', lanzado el pasado octubre, lleno de canciones de rock clasicote, algún fugaz número discotequero, baladas, y hasta incursiones country. ¡Horror! La maniobra, con ese título que alude al nombre de pila desnudo y esa portada sin artificios, donde aparece con el rostro despejado y luciendo una pamela, suena a vieja maniobra del mundo del pop: algo así como «queridos, todo lo que hice en el pasado fue para llamar la atención, ahora os mostraré mi verdadero yo».

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Y ahí la tuvimos, el pasado domingo, en lo alto del estadio NRG, de Houston, dirigiéndose a 100 millones de televidentes embutida en un body de lentejuelas y lanzando un rutilante mensaje patriótico mientras un ejército de drones dibujaba las barras y estrellas estadounidenses en el firmamento. Acudió nada menos que al Juramento de Lealtad de la bandera: «Una nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos». Cuesta imaginar a una estrella pop de nuestras latitudes pronunciando palabras semejantes, salvo que se tratara de un gag cómico de El intermedio. Pero, antes, interpretó fragmentos, muy breves, como todo en el comprimidísimo y trepidante espectáculo de la Super Bowl, de dos canciones fetiche del imaginario popular del país, 'God bless America', de Irving Berlin, y el popular himno de Woody Guthrie, portador de estrofas sobre la naturaleza mestiza de Estados Unidos.

Es significativo que enlazara estas dos piezas dado que Guthrie compuso 'This land is your land' en los años 40 precisamente como réplica al patriotismo un tanto pomposo de 'God bless America', una canción que no figura entre las más sofisticadas de la producción de Berlin. De este autor esencial del cancionero americano era, por cierto, 'Cheek to cheek', el corte que dio título al disco con Tony Bennett.

EL MURO DE WOODY

Guthrie puso inicialmente a su canción el título de 'God blessed America', en pasado, y en su versión original, el texto incluía alusiones amargas al sistema capitalista. «Había un gran muro que trató de detenerme / Con un letrero pintado que decía 'propiedad privada' / Pero al otro lado no decía nada / Esta tierra fue hecha para ti y para mí». Lady Gaga no cantó esa estrofa, sino tan solo el estribillo, y pensar que los televidentes americanos tuvieran en mente esa versión primeriza de la letra, que habla de un muro, y la interpretaran como una crítica a Trump por su política migratoria o de vecindad con México puede resultar un poco rebuscado. Queda, eso sí, el mensaje de la canción, que lanza la idea de Estados Unidos como país de puertas abiertas, hecho de inmigrantes.

LA ESTRELLA DIFERENTE

Lady Gaga, identidad artística de Stefani Joanne Angelica Germanotta (Nueva York, 1986), se lanzó a la arena pop hace casi una década con el disco 'The fame' (2008), manejando un discurso de disidencia contra el gusto estético dominante y llamando a la rebelión de los 'freaks'. Ha acabado así demostrando que declararse inadaptado puede ser el modo más eficaz de adaptarse y por la puerta grande.

En las últimas elecciones dio su apoyo a Hillary Clinton, candidata que tampoco representaba exactamente la transformación social, si bien es cierto que su historial acumula gestos y actividades comprometidas, ya sea en su defensa del trato ético a los animales,contra el 'fracking' o a favor de la igualdad y del fomento de la creatividad de los jóvenes, causa a la que se dedica su Born This Way Foundation.

Así que, frente al estridente estilo Trump, ese presidente que a riñe en Twitter a unos grandes almacenes por no vender ropa de su hija, ella puede representar, paradójicamente, cierto clasicismo, sensibilidad y contención. En la Super Bowl, Lady Gaga fue establishment total y dio espectáculo apelando a la cohesión nacional a través de sus símbolos. ¿Quién es ahora el friki?