LA OBESIDAD: UN GRAVE PROBLEMA DE SALUD

Júlia Mansilla: «Me llamaban 'gorda de mierda' y no quería ir a clase»

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EVA MELÚS

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Ahora la gente ya no se mete tanto con Júlia Mansilla, que estudia 4º de ESO. «A veces sí, pero ya no me afecta tanto como antes», asegura. Hace unos días, una compañera del instituto la llamó gorda y le dijo que ojalá se muriese. «Le contesté que lo mío tenía arreglo, pero que lo suyo no», explica.

Júlia recuerda que hace solo tres años aquella misma niña era capaz de removerle todo por dentro: «Me llamaba gorda de mierda y yo no quería ir a clase. Me llevaron al psicólogo, pero no me sacaban nada. Un día vi que mis padres estaban muy preocupados y me sentí culpable. Fue entonces cuando les enseñé las conversaciones por Whatsapp con los insultos y cosas que me había escrito en la agenda de clase. Los profesores lo sabían y no hicieron nada».

Ella perdió aquel curso, pero, como cuenta, «ahora todo ha cambiado». Claramente, a mejor. Después de su confesión, la adolescente entró en el programa 'Sumar para restar', promovido por el Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu y la Federació Catalana de Pentatló Modern. Endocrinos, nutricionistas, psicólogos y especialistas deportivos llevan su caso y Júlia acude tres días a la semana a practicar deporte en el Centro de Alto Rendimiento Joaquim Blume.

«Mido 1,65 y peso 85 kilos. No he variado mucho de peso, pero los médicos están muy contentos porque mi índice de masa corporal ha mejorado mucho. También he perdido volumen y ahora me caben pantalones que antes no me podía abrochar. En las tiendas encuentro más cosas que puedo ponerme. Ahora tengo más amigos y estoy cómoda con gente que no conozco. Todo es mejor», admite. «Al principio, en la Blume, me daba vergüenza hacer según qué ejercicios. Ellos son deportistas de élite y no estamos al mismo nivel, pero llega un momento en que te olvidas. Ya no importa».

También está superando algunos problemas de salud relacionados con su sobrepeso. «A los seis meses de entrar en el programa me quitaron la pastilla de la diabetes. Desde que no la tomo estoy más animada. No me gustaría tener que volver a hacerlo».

Los expertos afirman que detrás de un niño con sobrepeso hay al menos un progenitor con el mismo problema. «Mi padre aún tiene sobrepeso, pero ha adelgazado bastante», afirma.