LEYENDA DE LA CANCIÓN
Jeff Buckley: el genio vive
El músico publicó uno de los discos esenciales de las últimas décadas y poco después murió trágicamente. El próximo jueves hubiera cumplido 50 años.
Incluso si usted cree no conocer la música de Jeff Buckley, seguro que ha escuchado su hipnótica voz. Su versión del clásico 'Hallelujah', originariamente compuesto por Leonard Cohen, ha aparecido en incontables anuncios y reportajes, y fue el himno oficioso de EEUU tras el 11-S. Esa canción es una obra de arte. Y funciona casi como epitafio porque ilustra perfectamente la percepción que tenemos de la música de Buckley -algo casi místico- en buena medida por el modo en que el californiano falleció: la noche del 27 de mayo de 1997, mientras nadaba en el río Misisipi, ahogado de forma enigmática. El próximo jueves hubiera cumplido 50 años.
Aquello lo convirtió en la mayor estrella de la música que nunca llegó a ser; y unió de por vida su memoria a la de su padre, el cantautor Tim Buckley, que como él derrochaba tormentoso carisma y cantaba como los ángeles y murió de forma prematura. A él se lo llevó una sobredosis en 1975, a los 28 años. Su hijo, por entonces de 7 años, apenas lo conocía.
LA GUITARRA DE LA ABUELA
El pequeño Buckley, en realidad, aprendió a ser músico por su cuenta, jugando desde los cinco años con la guitarra de la abuela. A los 13 escribió su primera canción, y no tardó en formar parte de bandas de rock y de reggae. Para cuando años después vio la luz el 'ep' 'Live at Sin-é' (1993) había desarrollado un estilo único que mezclaba rock, folk, jazz, música clásica y 'chanson'. Meses después publicó 'Grace' (1994), su único disco oficial de estudio, y la crítica elevó a los cielos esa sucesión de asombrosas canciones que iban del susurrante soliloquio al desgarrado asalto sonoro.
Empezó a dar conciertos como si no hubiera mañana, y se convirtió en un improbable 'sex-symbol' de la música indie. Y entonces, cuando el mundo parecía haber descubierto al nuevo Dylan, 'Grace' dejó de ser un magistral debut para convertirse en devastador canto del cisne, y Jeff Buckley dejó de ser un hombre para convertirse inmediatamente en un mito; en parte por todos esos rumores sobre abusos de drogas, tendencias suicidas y trastornos bipolares, pero sobre todo por toda la música de la que el Misisipi nos privó.
MAQUETAS, RAREZAS, 'COVERS'...
No puede decirse, en todo caso, que no hayamos tenido noticias de él desde su muerte. Tras la publicación póstuma de 'Sketches for my sweetheart the drunk' (1998), embrión de lo que iba a ser su segundo disco, raro ha sido el año en el que no haya salido al mercado algún disco de maquetas o uno de rarezas, o una recopilación de covers de otros artistas o uno de tantos discos en directo.
Su música, decíamos, se ha convertido en parte activa de la cultura pop. Y su vida ha inspirado una película estrenada en 2012, y un 'biopic' en fase de desarrollo. Casi dos décadas desde que nos dejó, Jeff Buckley sigue aumentando desde la tumba la estatura de su genio.
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