ARISTÓCRATA MEDIÁTICO

Cayetano Martínez de Irujo: tertuliano, negociante y seductor

El hijo menor de la duquesa de Alba no pierde la esperanza con el amor e incopora a la joven Bárbara Mirjan a una larga lista de conquistas. Un romance que el jinete compagina con la televisión y la gestión de productos gurmet de su noble familia.

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JULIA CAMACHO

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Las fotos con una joven de 20 años, solo cinco más que sus hijos, no causan apenas sobresalto en el historial mediático de Cayetano Martínez de Irujo, acostumbrado a dar titulares jugosos por sus romances y sus declaraciones cuanto menos polémicas, como cuando apuntó que los jornaleros andaluces «tenían pocas ganas de trabajar» o que su familia «nunca se ha arruinado porque nunca hemos sido ricos». Tras un 'annus horribilis' en el que perdió a su madre y tuvo que ser operado en tres ocasiones de unas molestias estomacales, el hijo menor de la duquesa de Alba remonta el vuelo con un nuevo amor, Bárbara Mirjan, y la vista puesta en la comercialización de los productos Casa de Alba, cuya marca y gestión lleva en solitario.

Cayetano Martínez de Irujo (Madrid, 1963) siempre fue el «niño bonito» de su madre. Aficionado como su progenitora a los caballos, convirtió esa pasión en su modo de vida, instalándose en Holanda, Francia y Alemania durante su juventud para consagrarse como jinete hípico. La duquesa no dudó en ayudarle siempre que pudo, vendiendo si hacía falta valiosas joyas del patrimonio familiar. Así, llegó a participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, logrando un honroso 4º puesto en saltos por equipos, y ha copado los primeros puestos en numerosos torneos nacionales e internacionales.

LOS CABALLOS

Aunque la competición ha pasado a segundo plano, los caballos siguen presentes en la vida de Cayetano, que preside diversas asociaciones deportivas y de jinetes y gestiona la venta de caballos de su cuadra a través de su pagina web (www.cayetanomartinezdeirujo.com).

Su atención en los últimos años se ha centrado en los negocios familiares, como la Fundación Casa de Alba o las tierras heredadas de su madre, en alguna de cuyas fincas ha acogido a refugiados sirios. Suya fue la idea de seguir la estela del príncipe de Gales y comercializar los productos cosechados en sus fincas (desde naranjas a aceites) para destinar los ingresos al mantenimiento del patrimonio ducal. Y es que, como llegó a decir en alguna ocasión, hasta los nobles las pasaban canutas con la crisis. Ellos, en concreto, por la «falta de cash» pese a tan vasto legado inmobiliario.

Tras la desaparición de la duquesa, el conde de Salvatierra fue apartado de la Fundación familiar y ahora saca adelante por su cuenta la marca de productos gurmet gracias a préstamos bancarios como cualquier otro «ciudadano de a pie», como se ha definido al presentarse esta temporada como tertuliano en el programa 'Espejo Público' de Antena 3.

UN ÚNICO MATRIMONIO

Pero si algo ha llamado la atención de los medios de comunicación a lo largo de su vida ha sido su extensa lista de conquistas, casi todas mucho más jóvenes que él. Tras un largo noviazgo de juventud con Katia Cañedo, miembro de una familia bien madrileña con la que compartía veranos en Marbella, Cayetano mantuvo una estrecha amistad con Sonia Martínez, una presentadora de programas de televisión infantiles cuya carrera entró en declive por culpa de la heroína y acabó muriendo en 1994, a los 31 años.

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Las revistas le atribuyeron desde entonces variados romances, como con Maribel Verdú, o una hija del torero Julio AparicioKika. Pero el más mediático, sin duda, fue el que vivió a finales de los 90 con Mar Flores. Pese al disgusto de su madre, la cosa iba tan en serio como para llevarla a la boda de su hermana Eugenia. La relación se rompió poco después de que salieran a la luz unas fotos antiguas de la modelo con Alexandro Lecquio cuando Flores aún era pareja de Fernando Fernández Tapias.

EMBARAZO Y MELLIZOS

Poco después llegó Mónica Ridruejo, directora general de RTVE y miembro de otra saga conocida en las revistas rosas, y más tarde una joven mexicana recién aterrizada en España, de nombre Genoveva Casanova. Ella se quedó embarazada y tras nacer los mellizos Luis y Amina, se casaron para contentar a la duquesa, que rápidamente incorporó a la joven a su círculo más reducido. Pero la cosa tampoco funcionó.

Desde entonces, el jinete ha protagonizado portadas del cuché junto a anónimas jóvenes o presentadoras más o menos conocidas, como Mónica Hoyos, a quien paseó por Kenia. Luego llegaría la nadadora Melanie Costa, 27 años menor. Tras acudir a varios saraos juntos, la cosa acabó como el rosario de la aurora, con ella proclamando entre lágrimas: «No quiero saber nada de él».

Pero, Cayetano, a los 53 años, sigue sin resistirse al amor y ahora cura las heridas con la estudiante Bárbara Mirjan.