EL PERSONAJE DE LA SEMANA

Anne Hidalgo: la ambición tranquila

La alcaldesa de París emerge como la esperanza del socialismo francés ante el fracaso de Hollande. No le tiembla el pulso a la hora de enfrentarse al Ejecutivo. Ahora ha adelantado por la izquierda al ministro de Interior, y ha anunciado la creación de un campamento para refugiados en la ciudad.

La ambición tranquila_MEDIA_1

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EVA CANTÓN

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¿Y si fuera ella? Detrás de esta sencilla pregunta que se hacía la revista 'Marianne' el pasado mes de abril, se esconde la compleja situación que vive la izquierda francesa a un año de las elecciones presidenciales en las que nadie da un duro por François Hollande y el Partido Socialista se mira las entrañas en busca de alternativas. Es ahí donde emerge la figura de Anne Hidalgo como aspirante potencial al Elíseo sin que de su boca haya salido jamás la palabra «candidata».

En los más de dos años que lleva al frente del Ayuntamiento de París, esta gaditana de 56 años, hija y nieta de de republicanos que huyeron de la España franquista, no ha dejado de marcar distancias con el presidente de la República. Ni de avanzar en las encuestas. El 72% de los parisinos que se definen de izquierdas saludan su gestión en la alcaldía y en los sondeos es citada a menudo como una de las personalidades favoritas de los franceses.

Se rebeló contra la imposición del liberal Emmanuel Macron de ampliar el número de zonas turísticas en las que los comercios podrán abrir los domingos; criticó el intento fallido de Hollande de retirar la nacionalidad a los condenados por terrorismo y no piensa nada bueno de la polémica reforma laboral de Myriam El Khomri que ha encendido la mecha de las protestas en el país.

HARTA DE ESPERAR

Además, no le tiembla el pulso si tiene que marcar territorio y enfrentarse al Ejecutivo. Lo hizo con la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, con quien mantiene una enemistad histórica, para imponer la circulación alterna cuando la capital alcanzó tales picos de contaminación que la nube de partículas llegó incluso a ocultar la vista de la Torre Eiffel.

Y, harta de esperar una respuesta, ha adelantado por la izquierda al titular de Interior, Bernard Cazeneuve, al anunciar unilateralmente la creación de un campamento humanitario para refugiados en el norte de París. «Quiero poder mirarme al espejo y no sentirme culpable de no haber ayudado a personas en peligro», dijo quien cada verano, cuando viajaba de Lyón a Cádiz siendo pequeña, escuchaba de su padre los recuerdos del doloroso camino del exilio.

Aunque esta iniciativa encontró algún apoyo inesperado en el bando conservador del expresidente Nicolas Sarkozy, con quien se cruza a menudo en el palco del Parque de los Príncipes cuando juega el Paris Saint Germain, hay quien ve detrás un cálculo político de quien se mueve entre bambalinas para ganar enteros entre el electorado socialista.

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Antigua consejera de Martine Aubry -la exministra que abandera hoy la rebelión contra la deriva liberal de Hollande- y exnúmero dos del anterior alcalde de París, Bertrand Delanoë, Hidalgo es descrita por un consejero del Elíseo como una mujer de «una gran inteligencia humana» que ha defraudado las expectativas de quienes creían que el traje de alcaldesa le quedaría grande.

Durante la campaña del 2014, un miembro de la derecha, cercano a su rival, Nathalie Kosciusko-Morizet, se atrevió a comparar con un insolente desdén el duelo entre las dos féminas como el de «la estrella y la portera». Pero haber sido subestimada no le ha pasado factura a la inquilina del palacete renacentista situado a orillas del Sena. Más bien al contrario. «Su juego es a largo plazo. Tiene esa fuerza tranquila que tenía François Mitterrand», comenta en 'Marianne' Christophe Girard, antiguo concejal de cultura del Ayuntamiento.

LA NUEVA VOZ DE LA IZQUIERDA

Prudente, cuando se le pregunta por el 2017 siempre responde que no es candidata. Eso sí, no se le mueve una ceja al hacer un implacable balance del mandato del presidente Hollande. «Frente a una especie de vacío, la izquierda está en una situación complicada. Hay que reconstruir muchas cosas. Las esperanzas del 2012 se han visto defraudadas. Hay una enorme decepción», señala en la revista.

Los que ven en ella la nueva voz que busca la izquierda francesa, destacan que, a diferencia del Gobierno liderado por Manuel Valls, Hidalgo no renuncia a unir a las diferentes familias y que lidera uno de los pocos ejecutivos en el que todavía conviven ecologistas y comunistas. «Soy una socialdemócrata europea, así que no me despachen diciendo que hay dos izquierdas irreconciliables».

Está por ver si esta antigua inspectora de trabajo utiliza su amplio despacho como lo hizo otro famoso alcalde de la capital francesa, Jacques Chirac, para lanzarse a la conquista del Elíseo. «Tiene una ambición mesurada. Es posible que nunca sea más que alcaldesa de París, pero eso no la altera. Esa es su fuerza», comenta el historiador Alexandre Adler