LOS VAIVENES DE LA LENGUA

Adiós,'xiquet/a'

En materia de necrofilia, la lingüística catalana se divide en dos facciones: la 'amateur', que se lamenta por la extinción de palabras antiguas y (supuestamente) bellas, y la profesional, que deplora la suplantación de términos cotidianos por los equivalentes castellanos a causa del fenómeno llamado «interferencia».

PAU VIDAL

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Antes de entrar en detalle, hay que aclarar un punto: la reducción del léxico es un fenómeno general en todo el planeta y tiene que ver con la globalización y la ampliación del campo de batalla comunicativo. En catalán existen tantas maneras de decir 'noi/a' como dialectos ('sagal', 'xiquet/a', 'mosso/a', 'al.lot/a', 'manyac/ga', 'minyo/a', 'tio/a'...), pero la mayoría no llegarán al siglo XXII porque la extensión del estándar las condena al ostracismo. Y lo mismo sucede en holandés, ruso y afrikaans. La fragmentación lingüística que comenzó con las migraciones neandertales y compañía se acabó con la radio y la televisión; ahora estamos en época de reabsorción y por tanto de reducción de variedades (vocabulario incluido).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"'Nitbona' o 'estendre ponts'\u00a0","text":"'Nitbona' o 'estendre ponts'\u00a0arrinconan poco a poco a los genuinos 'Nit de Nadal' o 'bastir ponts'"}}

Volvamos al caso catalán. La facción de los 'amateurs' es muy sensible a la pérdida de vocablos y expresiones que encarnan una especie de ideal 'condearnauesco' de la lengua ('romandre', 'encisador', 'farrigo-farrago, y todavía más si contienen el sonido considerado más 'nostrat': 'eixelebrat', 'xerrac' o 'xerinola'), pérdida a la cual suelen contribuir no utilizándolos nunca (si quieren una prueba fehaciente, esperen a la próxima edición del concurso 'La teva paraula preferida': el podio, como de costumbre, parecerá el glosario que aparece al final del 'Tirant'). Pero la verdad es que este fenómeno no tiene nada de específicamente catalán: en todas las comunidades idiomáticas hay gente romántica a la que le sabe mal perder los 'clemàstecs' (caramilleras), por más que el objeto que designan ya solo se pueda contemplar en el anticuario.

LAMENTO DE LOS PROFESIONALES

Mucho más relevante es el lamento de los profesionales del oficio, porque constituye un rasgo específico de las lenguas en situación de inferioridad. La lengua dominante tiende a sustraer funciones a la dominada hasta sustituirla del todo (es el caso, para que nos entendamos, del bretón, el corso u otras lenguas ahogadas por el francés); ahora, cuando la resistencia de la dominada se alarga en el tiempo porque los hablantes, en lugar de abandonarla, la continúan transmitiendo a los hijos, entonces aparece el otro fenómeno, el de la interferencia: palabras, giros, locuciones, sonidos y curvas melódicas de la dominante se infiltran en la dominada, ya sea por causa de incorrecciones aceptadas, de modismos o de simple desconocimiento por parte de los hablantes.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El t\u00e9rmino 'carallot' ha sido sustituido\u00a0","text":"El t\u00e9rmino 'carallot' ha sido sustituido\u00a0por 'gilipolles', pronunciado como en castellano"}}

'Nitbona', 'recollir la taula' o 'estrendre ponts' son calcos del castellano que progresivamente van arrinconando a los genuinos 'nit de Nadal, 'desparar taula' o 'bastir ponts'. No es que el hablante olvide el repertorio propio, es que la realidad que lo rodea le acaba haciendo creer que no es suficientemente adecuado (que es provinciano, local, aldeano y poco moderno) y poco a poco lo va sustituyendo por el código dominante. Dicho con un ejemplo: 'carallot' no está en retroceso porque designe un concepto en extinción (de hecho, está claro que hoy en día hay más que nunca) sino porque el prestigio del que disfruta el castellano en el ámbito coloquial ha hecho que los catalanohablantes lo hayan arrinconado para adoptar 'gilipolles' (pronunciado, además, con fonética foránea).

INTERACCIONES DIARIAS

Uno de los tópicos en vigor asegura que el inglés está haciendo lo mismo con los idiomas europeos. Se quejan de ello especialmente los latinos: italianos, franceses, españoles... Pero la 'afectació' (término moderno que ha marginado a otro tradicional, 'influència') que la interferencia inglesa causa en estos es infinitamente menor que la derivada de la convivencia cotidiana de dos códigos en un mismo territorio, en forma de millones de interacciones diarias entre hablantes o través de los medios y las redes.

Para que se hagan una idea, he aquí una listita de palabras y expresiones, aparentemente bien vivas, en fase de olvido inducido: 'prou', 'xocolata desfeta', 'estira-i-arronsa', 'caure (a terra)', 'enxampar', 'fer la viu-viu', 'com prova?', 'avenir-se', 'cardar', 'per descomptat', '(dur) a coll', 'esbroncar', 'canalla', 'collar' (verbo), 'tal com ve'... ¿Verdad que parece imposible? 

PAU VIDAL es autor de ‘Catanyol.es. El catanyol es cura’ (Barcanova) y ‘En perill d’extinció. 100 paraules per salvar’ (Empúries).