Frederic Amat: "La gente fotografía la casa de los paraguas antes que el Liceu"

El artista encaja las críticas a su propuesta de una 'nueva piel' para el teatro, pero pide un voto de confianza

Imagen virtual fachada Liceu

Imagen virtual fachada Liceu / periodico

NÚRIA NAVARRO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Frederic Amat ha encajado esta semana la lluvia de vituperios a su propuesta de una "nueva piel" para la fachada del Liceu. "La cultura está viva en la medida en que es conflictiva", asegura el artista en una entrevista que saldrá publicada este domingo en el suplemento 'Más Periódico' . Es consciente de que "toca" el templo de la ópera de Barcelona, pero también de que "la fachada actual no es digna del gran teatro" y de que el peatón que pasa por delante "fotografía antes la casa de los paraguas que al coliseo lírico".

El proyecto, concebido para cubrir las dos fachadas del teatro, la de Ramblas y la de Sant Pau, con casi 200 círculos rojos de cerámica esmaltada con la forma de "un círculo abierto", pretende no solo ser "un placer para los ojos", sino contribuir a la apertura de la calle de Sant Pau a la Rambla del Raval y la Filmoteca. Pero con solo la presentación de una foto y el enunciado, los anillos de Amat ya han recibido un puñado de motes. "Piercings", "rocódromo para temerarios y ladrones", "apoyadero de palomas". Y él se defiende con un argumento estético: "El círculo abierto -que es la forma anillada que se multiplica- simboliza la planta del teatro romano de Vitruvio dibujada por Palladio. ¡Es el público! Así que si dicen que 'es un piercing', el público es un 'piercing'".

Amat asegura no perder un minuto en las vocingleras opiniones vertidas en las redes, esas que "vienen del territorio de la negatividad", y confiesa que le ha llamado un montón de "gente inteligente, alguna de primerísima fila" que le han dicho "bravo" y "adelante". Ante unos y otros, está convencido de su apuesta, en la que trabaja desde hace años. "Estoy convencido -y lo digo sin vanidad- de que la ciudad hará suyo el proyecto, como ha ocurrido con la fachada del Hotel Ohla, de Via Laietana", afirma. "La gente ya dice a los taxistas: 'Al edificio de los ojos'". "Solo hace falta que me den un voto de confianza. Y 'confianza' significa no tener miedo", reclama.

De momento, el proyecto espera la luz verde municipal. El Ayuntamiento de Ada Colau, de momento, elaboró un primer informe que estimaba que la instalación artística no se ajusta al Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico y al catálogo de Ciutat Vella. También es necesario el beneplácito de la Generalitat, aunque el nuevo 'conseller' de Cultura, Santi Vila, dedicó sus primeras palabras en el cargo a elogiar la idea. "Estoy convencido de que si me dejan volar, será un vuelo que haremos todos juntos", concluye Amat.