el personaje de la semana

Planeta Bezos

El dueño de Amazon es un visionario que quiso construir colonias espaciales y ha acabado imponiendo un dominio arrollador sobre el comercio en internet

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RICARDO MIR DE FRANCIA

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Cuentan las crónicas que hace cinco años apareció en Villafrechós, un pueblo vallisoletano de unos 500 habitantes, una familia estadounidense que quería rastrear su pasado genealógico. Llegaron en varios "cochazos", acompañados de dos niñeras y una comitiva de escoltas. Visitaron el cementerio y hablaron con varios parientes lejanos que les contaron la historia de aquel Bezos que emigró a Argentina y unos años después se estableció en Cuba. En la isla caribeña, tuvo un hijo llamado Miguel, que a los 16 años tomó parte en la llamada 'Operación Pedro Pan' con la que 14.000 menores cubanos emigraron a Estados Unidos entre 1960 y 1962 ayudados por la Iglesia católica. Tras ser acogido en un hogar de los jesuitas, Miguel Bezos Pérez se matriculó en la universidad de Nuevo México. Allí conoció a Jacklyn y a su niño, al que adoptó cuando ambos se casaron.

Aquel niño se llama Jeffrey Bezos y es el mismo que en 2010 se presentó en Villafrechós buscando las raíces de su padre adoptivo. El biológico abandonó a su madre poco después de que lo trajera al mundo con17 años. "Por lo que a mí respecta solo tengo un padre y él es mi verdadero padre", le contó un día a 'The Guardian'. Bezos es hoy el cuarto hombre más rico del mundo, con una fortuna valorada en 58.000 millones de dólares (54 millones de euros). Fundador del gigante de comercio electrónico Amazon y dueño de 'The Washington Post' desde el 2013, se le ha descrito como un visionario poco transparente, celoso de su intimidad, extraordinariamente exigente con sus empleados y despiadado con sus competidores. No está claro si tiene enemigos reales o imaginarios, pero en 2013 se gastó 1,6 millones de dólares (1,5 de euros) en proteger su seguridad, más que ninguna otra de las 100 mayores multinacionales de EE UU.

ESTUDIANTE BRILLANTE

Nacido en Alburquerque (Nuevo México) hace 51 años, aunque se crio entre Tejas y Florida, siempre fue un estudiante brillante, inclinado hacia la ciencia y obsesionado con el espacio.  No se sabe qué vino antes si su amor por 'Star Trek' o por las colonias espaciales. Siendo todavía un adolescente trabajó un verano en McDonalds, pero salió de allí tan escaldado que el siguiente montó un campamento de verano para niños dedicado a la ciencia y a 600 dólares (554 euros) la matrícula. Lo bautizó como el 'Instituto de los sueños' y lo dedicó a hablar de los agujeros negros y la guerra nuclear, o a 'Los viajes de Gulliver' o 'Dune'. Tenía sueños grandilocuentes, como le contó al 'Miami Herald' después de sacar la mejor nota de su promoción en el instituto. Quería "construir hoteles espaciales, parques de atracciones, yates y colonias que orbiten alrededor de la tierra para dos o tres millos de personas".

Sus planes están lejos de materializarse, pero en 2000 fundó Blue Origin, una compañía que ha conseguido hasta ahora lanzar con éxito un cohete reusado al espacio, una de las ideas con las que busca abaratar los viajes espaciales. Bezos quería ser físico, pero acabó licenciándose en informática e ingeniería electrónica en Princeton y trabajando en Wall Street hasta que lo dejó para revolucionar el comercio digital. En 1994 fundó Amazon junto a su amigo Shel Kaphan en el garaje de su casa en Seattle, una empresa que nació para vender libros a través de internet pero que ha acabado convertida en un mercado infinito donde se puede comprar desde repelente anti-mosquitos a zapatos o juguetes. ¿Las claves de su éxito?  "Pon al cliente primero. Inventa. Sé paciente", ha explicado alguna vez.

EL MAYOR MERCADO ELECTRÓNICO

Su modelo de negocio, que hasta hace muy poco no generaba beneficios pese a ser el mayor mercado electrónico de toda la red, tiene también detractores porque ha dejado en la cuneta a muchas pymes incapaces de competir con sus precios y con la ventajas fiscales al comercio digital. Por no hablar de la guerra que ha mantenido con escritores y grandes editoriales. Algunos de sus antiguos empleados se han quejado de la constante eficiencia que se les exige y unas condiciones de trabajo mejorables. Bezos tiene fama de micro-gestionar la empresa con una obstinación y una dureza que no todo el mundo es capaz de aguantar.

Pero su magia como empresario sigue intacta. Solo dos años después de comprar 'The Washington Post' a la familia Graham por 250 millones de dólares (231 de euros) ha conseguido superar en número de visitas al 'The New York Times', que es un diario mucho más global. Bezos no ha querido trasladarse a la capital y sigue viviendo en Seattle con su mujer, la escritora McKenzie Bezos, y sus cuatro hijos.

A diferencia de Bill Gates o Mark Zuckerberg no ha prometido donar gran parte de su fortuna. Poco más se sabe de sus causas que ha donado dinero para apoyar el matrimonio homosexual, oponerse al aumento de los impuestos para las grandes fortunas y para respaldar a los colegios concertados. El planeta Bezos sigue teniendo mucho de incógnita.