Mucha novedad, pero poca innovación disruptiva en el sector del juguete

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Montserrat Baldomà

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La industria juguetera española confía en esta campaña de Navidad y Reyes para superar el bache que sufrió el año pasado, cuando su facturación retrocedió un 4%. Las previsiones de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) apuntan a un crecimiento del 4% del mercado interior este año debido al auge del comercio ‘on line’, a la mejora de la experiencia de compra en las tiendas físicas y al lanzamiento de nuevos productos. Y es que las novedades son una constante en este sector, pero pocas veces la innovación presenta caracteres disruptivos.

Con 249 fabricantes censados, que se concentran mayoritariamente en la Comunitat Valenciana y Catalunya y que dan empleo a más de 4.800 personas, España es el segundo productor europeo de juguetes, después de Alemania, y también el segundo en cuanto a inversión y empleo en el área de I+D+i, solo superado por Austria.

De la intuición a la investigación

Esta apuesta por la I+D+i, sumada a la fuerte presión que ejerce el sector de la distribución, permite que los catálogos de los fabricantes se renueven en un 65% cada año. Sin embargo, según admite José Antonio Pastor, presidente de la AEFJ, la mitad de las novedades son variaciones de un mismo producto para alargar el ciclo de vida comercial del juguete. El resto sí son innovaciones, pero poco disruptivas. "Antes pesaba más la intuición y la experiencia, pero cada vez es más elevado el factor investigación y desarrollo", destaca Pastor, quien agrega que la tecnología es una fuente de inspiración. "Antes -prosigue-, servía para fabricar los juguetes; ahora, para jugarlos".

El hecho de que el sector esté formado en su mayoría por microempresas y pymes es un freno a la innovación, puesto que ésta necesita inversión, difícil de rentabilizar si se fabrican series cortas. "Producto hay más que nunca, pero se innova poco", afirma Imma Marín, presidenta del Kids' Cluster y CEO de Marinva. Aunque reconoce el esfuerzo innovador, Marin señala que no solo el sector se lo juega todo en un mes y medio, con lo que tiende a no arriesgar, sino que los niños, a través del juego, imitan el mundo de los adultos, de forma que el juguete nunca va por delante de la sociedad.

La muñeca inclusiva

Para Marín, la gran innovación disruptiva del año la presenta la empresa Mattel. Es ‘Creatable World’, la primera muñeca diseñada con la intención de eliminar las etiquetas y las barreras de género y que da libertad a los niños y niñas para crear sus propios personajes personalizables. Le pueden cambiar el cabello largo por uno corto, agregarle una falda o ponerle pantalones, calzarle unas deportivas o unas botas de tacón. La idea es que el juego sea un espacio más inclusivo.

Donde Marín sí ve mucha innovación es en los juegos de mesa. A España ha llegado el interés por este tipo de diversión que desde hace años triunfa en Alemania y Francia. Cada año, afirma que la presidenta del Kid's Cluster, hay más juegos, más tiendas especializadas y van abriéndose camino los "juegos de autor". Sus usuarios provienen de los clásicos juegos de rol o de los videjuegos.

Entre las tendencias de futuro apuntadas por el Kid's Cluster, y que supone una nueva oportunidad para el sector del juguete, está el fenómeno del ‘kidult’, un adulto de entre 20 y 40 años que muestra unas tendencias de consumo similares a las que podría tener un niño de 6 años, con la diferencia obvia que el poder adquisitivo y la libertad de decisión de compra son mayores en el caso del adulto. Conocidos como los adultos que cuidan de su niño interior, se dan caprichos y consumen productos y contenidos pensados para los 'adultescentes'. Según datos de la empresa de investigación de mercados NPD, en el 2017 el valor de las compras de juguetes para el uso de adultos creció un 7,2% hasta alcanzar los 62 millones de euros en el mercado español.

Reducir la estacionalidad

Junto a la innovación, los otros dos grandes retos del sector son reducir la estacionalidad y exportar a los países emergentes. En cuanto a la estacionalidad, también según NPD, el 63% de las ventas se concentran en la campaña de Navidad y Reyes, lo que demuestra para José Antonio Pastor que el juguete no se percibe siempre como un objeto para jugar, sino para regalar. Por lo que se refiere a los países emergentes, con Brasil, India y China como principales focos de atención, el presidente de la AEFJ recuerda que es en estos mercados donde más crece el gasto en juguetes por niño y año. 

La opción de la segunda mano

El creciente interés por los objetos de segunda mano se observa también en los juguetes. Según el estudio 'Christmas Report 2019' realizado por <strong>Milanuncios</strong>, un<strong> 52% de los españoles</strong> estaría dispuesto a regalar en Navidad<strong> juguetes ya usados</strong>. Los gallegos y los vascos, con un 62% y 60%, respectivamente, son los más predispuestos. <strong>Catalunya</strong> se sitúa ligeramente por encima de la media, con un <strong>54%</strong>. Por edades, los más entusiastas son los<strong> jóvenes entre 18 y 24 años</strong> (Generación Z), con un 57%, mientras que los <strong>mayores de 50 </strong>años son los que muestran, con un 41%, una menor predisposición. En <strong>Wallapop</strong>, que tiene a los <strong>Playmobil</strong> como el juguete más buscado, las <strong>subidas </strong>de artículos relacionados con <strong>juguetes</strong>, según fuentes de la plataforma, crecieron en noviembre un <strong>4% r</strong>especto al año anterior, lo que, a su juicio, demuestra cómo cada vez más la sociedad entiende que los productos pueden tener <strong>segundas vidas y nuevos usos</strong>. El <strong>ahorro </strong>y encontrar un producto agotado o descatalogado son los dos principales motivos de la compra de segunda mano. Pero no es menos importante, destacan desde Milanuncios y Wallapop, la importancia de la <strong>economía colaborativa</strong> y el propósito de fomentar una <strong>nueva forma de consumir</strong> alargando la vida de los productos sin necesidad de producir de nuevos ni generar nuevos <strong>residuos</strong>.