AUTOMOCIÓN

Carlos Sotelo (Silence): "No vale solo innovar, hay que dar soluciones"

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Xavier Pérez / Àlex Soler

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Carlos Sotelo cumple con el perfil de todo buen emprendedor. Su paso por el mundo de la competición del motor le ha llevado a afinar su olfato de cara a las oportunidades. Creó Silence en 2011 y hoy es una de las empresas del sector de la movilidad urbana con más proyección. de hecho hasta Seat se ha fijado en ellos para trabajar juntos en el desarrollo se su primera moto eléctrica. 

-¿Cuánto tiempo llevas siendo emprendedor?

-Creo que toda la vida estas emprendiendo cosas, ¿no?

-¿La frontera entre startup y compañía, donde la colocarías?

- Una startup es una empresa que empieza prácticamente de un power point y, a partir de ahí, crece. En Europa, por desgracia, se le ponen entre uno y cinco millones de euros, y en Estados Unidos le ponen entre 50 y 500 millones, y son lo mismo. En toda startup hay un recorrido que tiene muchos nombres. A mí me gusta llamarle el desierto, porque yo vengo del desierto (del rally Dakar), aunque otros lo llaman el valle de la muerte. En esta etapa el 80% de las empresas mueren. El riesgo es muy alto. Esa empresa, con un emprendedor detrás, tiene unas ideas o un producto. Suele ser un producto, de hardware o software, pero es un producto con el que cree que puede romperlo y convertirse en una solución para el siglo XXI. Al principio, esta empresa pasa por una etapa del que menos de un 10% de las compañías salen. A partir de aquí se inicia una segunda etapa, que no es la de las empresas consolidadas con facturación y seguridad, que se llama Growth, crecimiento, una etapa donde realmente entran otro tipo de fondos, como Venture capital, fondos más grandes y que, de nuevo, te puedes encontrar en que en Europa nos ponen de cinco a 10 o 15 millones y en Estados Unidos se multiplica por 10. Es donde creo que está Silence ahora, en una etapa de crecimiento muy fuerte. Hemos pasado, seguramente, esta etapa de peligro, de startup, y estamos en una etapa de crecimiento muy fuerte. Hay menos riesgo, pero no tenemos aún una empresa sólida.

- Habéis encontrado en Seat un socio potente, ¿no?

-Una de las cosas que ha sabido hacer Silence, y me pongo como promotor del proyecto, es aliarse con posibles partners, que pueden estar en la empresa o no, que pueden ser socios, como Repsol o La Caixa, o que no son socios y  pueden ser partners, como Acciona, una empresa que cree mucho en la energía verde. Llevamos trabajando un año y medio y ahora hay otro caso con el que llevamos trabajando el mismo tiempo, el de Seat. La marca se hará cargo de la micromovilidad del Grupo Volkswagen y nosotros queremos hacer una parte de esta micromovilidad haciendo su escúter eléctrico. Es una gran oportunidad, un gran reconocimiento, pero también es un gran reto porque lógicamente, los estándares de calidad, de lo que busca una marca tan consolidada como es Seat nos costarán mucho de conseguir.  Es un win-win y es lo que estamos construyendo para que, ojalá, haya una relación muy larga.

-¿Crees que el futuro de empresas como Silence en Catalunya pasa por la asociación con otras empresas para andar juntos?

- Correcto. Creo que ahora el mundo empresarial es un mundo de mucha velocidad. Va muy rápido. Estamos pasando del hardware al software, a la digitalización. La están sufriendo todas las empresas, con lo que hay mucha velocidad. ¿Cuál es la solución para las grandes empresas? Poder correr. Empresas muy consolidadas con más de 40 o50 años, para realmente para poder hacer cambios disruptivos y acomodarse en nuevas tendencias deben tener la habilidad y la capacidad de crear, ellas mismas, startups. Empresas muy pequeñas que sean tan rápidas que puedan crear, incluso, crear las empresas que las matarán. No estoy pensando en ninguna empresa. Ellos van con un transatlántico con un rumbo que no se puede cambiar y, nosotros, las startups, vamos con una lancha. Podemos movernos y juntos formar una combinación perfecta.

- ¿Cómo crees que serán las empresas del futuro?

- Serán esas que sepan compaginar su empresa grande con startups. El secreto está en crear empresas que solucionen proyectos del siglo XXI. Si no consigues que tu empresa esté realmente solventando un problema del siglo XXI, esta empresa no tiene futuro, no vale solo innovar.

-¿Os habéis planteado dar el salto a otro tipo de vehículo que no sea la moto?

- Silence es, como definí la marca, una empresa respetuosa que hace algo urbano. Haciendo motos eléctricas me di cuenta que las baterías tienen unas ventajas y unas limitaciones. Creí que Silence debía ser una empresa del siglo XXI y solucionar problemas en las ciudades. En las ciudades se mueven vehículos de dos, tres y cuatro ruedas, pero siempre con una perspectiva de vehículo ligero. Aquí es donde nosotros tenemos que funcionar. Ahora no tenemos ningún plan más allá de lo que estamos haciendo. Estamos fabricando vehículos de dos ruedas eléctricos, y tenemos otro de tres que está en una fase de desarrollo y pruebas que aún no está en una fase avanzada. Queremos ser una marca referente. Soy de la época de la Montesa, la Bultaco, la Ossa, una época de motos de trial, de enduro y después la de motocross y luego la de carretera.  Pero Silence va de otra cosa. Va de movilidad en la ciudad. Me lo tomo, deportivamente, como algo para intentar ganar una carrera, la de las ciudades y creo que esta carrera va de vehículos respetuosos, ligeros y también de baterías y aquí somos fuertes.

-¿El negocio está en la batería?

- Silence, desde hace tres años, está desarrollando sus propias baterías. Tenemos una fábrica de battery packs, es decir, compramos las celdas de baterías y las montamos. Controlamos todo el proceso de calidad. Creo que esto es algo muy importante que ha empezado para los vehículos de dos ruedas y que puede dar vida a otras aplicaciones. Este es uno de los retos que tiene ahora Silence. El año que viene probaremos en Barcelona los hubs de baterías,  que den vida a nuestras motos.

-Es decir, más que el salto de las dos a las cuatro ruedas, exprimir más el negocio de las baterías...

- Correcto. Creo que ahora, el primer paso es crear el negocio de las baterías, que dará mucho más sentido a nuestro negocio de las motos. Es decir, que la moto sea mucho más competitiva de precio y no vendiendo baterías. Así poder competir con una moto de gasolina de las mismas características, y quitar el problema de la infraestructura de carga. Todos sabemos que, a medio y largo plazo, no habrá suficiente.

-¿Cuál es el punto fuerte tecnológico de Silence?

- Sobre todo la tecnología que envuelve la batería, la electrónica. La electrónica es muy importante porque permite dar un plus de calidad a las baterías, que es la parte más importante de las motos, y a otras partes como el motor, el controlador de potencia… Hoy en día, Silence controla todos estos puntos: la batería, el motor, los controladores… Lo que ha hecho Silence durante estos años es desarrollar piezas clave de la moto para poder controlar la calidad, el cuerpo… Las motos hacen 100 kilómetros reales.

-¿Crees más en el motosharing o en la propiedad?

- No tengo una varita mágica y no se sabe. Creo que convivirá pero que nos sorprenderemos a la larga con el sharing. El pago por uso. Yo acabo viendo a largo plazo que haya más sharing que vehículos propios. Hay quien le gustan los relojes y tienen 24. Yo solo tengo dos. Lo del coche será igual, al que le gusten los coches se lo comprarán, pero los demás apostarán por compartir. El modelo de ‘sharing’ más rentable es la moto porque cubres más kilómetros que con un bici o un patinete, por lo que llegas a más gente y las operaciones que hay detrás de una moto pueden ser casi tan bajas que con un patinete, una bici.

-¿Cree que hay otros usos de la batería como solución urbana?

-Esto es visión de futuro porque antes debemos consolidar lo que tenemos ahora. A nivel de visión, estos hubs de baterías, que pueden dar vida a vehículos de tres y cuatro ruedas, a vehículos ligeros… después de dar vida a estos vehículos puede haber otras aplicaciones para usar estas baterías. Aquí entran desde las casas, alimentando electrodomésticos, a otras aplicaciones. Y si es una casa en la que haya placas solares, mejor, ya que durante las horas de sol no estás, pero puedes almacenar la energía en baterías para usarla luego.  Hoy en día no está en nuestro plan, pero Silence ya trabaja en nuevas soluciones como el solar tree, un árbol de tres metros cuadrados de placas solares. 

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