AUTOMOCIÓN

Josep María Vall (Clúster Automoció) : "Hay que buscar las oportunidades, no vendrán solas"

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Xavier Pérez

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El Clúster d'Automoció de Catalunya es una asociación que no tiene el objetivo de lograr beneficios sino aumentar la competitividad de las empresas del sector del automóvil que están instaladas en Catalunya, y que además tienen dentro de su negocio principal la investigación, el desarrollo y la innovación.

Cuenta con más de 200 empresas asociadas y una de sus misiones es lanzar proyectos colaborativos. Gestionan los proyectos en función de los problemas que presenta cada empresa y los presentan a otras empresas que puedan tener la misma situación. Les ayudan a definir cuál es el problema, cuál proyecto y financian el inicio del mismo. El 50% de su presupuesto está destinado a financiar proyectos colaborativos. El pasado año se concluyeron con éxito 43 proyectos entre empresas. Su presidente analiza el presente y el futuro.

Xavier Pérez (X.P.): ¿El coche eléctrico llevará a la transformación profunda de la industria catalana del automóvil?

Si la transformación solo fuese en coche eléctrico sobrarían muchos puestos de trabajo. Es más simple de producir que un coche de motor de combustión. Hay un 30% menos de trabajo. Si es un 30% menos también lo es de empleos directos. Pero creemos que esa transformación no será de hoy para mañana. La gente que solo fabrica piezas que no inciden en un vehículo eléctrico tendrán una disminución de negocio, es obvio, entonces ahí tienen que ver qué quieren ser. O disminuir su dimensión o buscar nuevas posibilidades industriales. Al final habrá reducción de empleos directos pero con una necesidad de ocupar otros de mayor nivel tecnológico en las empresas. Esto ya está sucediendo.

Agustí Sala (A. S.):O sea, hay que reinventarse...

Sí. No se trata de decir que tienes un buen producto y te lo compran, lo sé hacer bien y en mi proceso mejoro los costes. Hay que ver si subsistirá ese producto dentro de 10 o 15 años. Por bueno que seas en proceso, costes y buenos clientes, hay que moverse, complementar el producto, cambiarlo, analizar lo que quiere el fabricante de automóviles. En un momento de cambio se abren infinitas oportunidades pero son para los que la sepan ver. Hay que moverse, nada te viene solo.  El CIAC es un catalizador. La industria tiene que reinventarse. No se puede vivir de todo lo que has hecho.

X. P.: En ese cambio, ¿hacia dónde cree que se moverán las empresas como las del Clúster?

Las sinergias ahora son clave. Por el momento que atraviesa  el sector. En el mundo del automóvil y la industria en general, estamos fomentando la colaboración y los acuerdos comerciales, también joint ventures, adquisiciones de empresas entre ellas. Solos no podemos hacerlo. La industria catalana es fuerte y preparada, que ha pasado por crisis de todos los colores y los han superado. Es una industria que sabe afrontar cambios. Ahora hay una gran presión. El mercado baja, se precisa reducción de costes, reglamentaciones por emisiones atmosféricas, y todo ello produce una presión muy fuerte. Esto se traslada a los industriales de componentes en modo de costes. Más que nunca. Y muchos tienen que unirse los unos con los otros para reducir costes, y poder suministrar un producto adecuado, algo que esa empresa por sí sola no podría proporcionar.

X. P.: La electrificación parece que ha avanzado muy deprisa, con legislación y con una adaptación  de vértigo. ¿Se lo esperaba?

Todo lo que está pasando ahora con la electrificación viene de un punto inicial. Emisiones atmosféricas, el planeta tiene un problema claro (cambio climático que algunos niegan) y es un hecho. Eso influye. Para combatirlo los gobiernos especialmente en Europa hacen normativas muy fuertes con el objetivo de reducir a cero emisiones en 2050. Todo eso provoca que uno de los puntos de mira sea el automóvil. No es el único emisor, hay otras industrias, pero como hay muchos coches y se ven, es más fácil actuar ahí, el automóvil es el punto de mira de todas las administraciones. Los fabricantes no han tenido más remedio que buscar la manera de conseguir la reducción de emisiones, y esa forma no es otra que la electrificación.

A. S.: ¿Pero el coche eléctrico no es algo nuevo?

No. Empezó en los inicios del siglo pasado y se abandonó por un tema de costes. La combustión era más barata y eficiente. Ahora vuelve a estar de moda, pero solo por un tema de reducción de emisiones por los reglamentos, no por eficiencia. Para una empresa, el coche eléctrico es caro, no tienen mucho margen para las compañías y son caros para los usuarios. No es un producto totalmente logrado. Pero sí que a los fabricantes les va bien para equilibrar su cuota de emisiones, para intentar llegar (porque no lo hacen) al nivel requerido por los legisladores.

A. S.: ¿Cree que hay motores de combustión para rato?

Claro. No desaparecerán. Seguirán existiendo incluso los motores diésel porque son más eficientes. Seguirán ahí. En el 2040 creemos que el 30% de los coches serán eléctricos, un 25% híbridos, un 23% con pila de hidrógeno y el 22% de combustión. Hay muchos coches eléctricos nuevos, claro, es que tienen que serlo un 30%. Eso es mucho. Los crecimientos tienen que ser cada año de tres dígitos (paradoja en un mercado que cae), no de dos como ahora.

X.P.: ¿Se conseguirá?

Lo que está claro es que la tendencia a crecer seguirá porque en 10 o 15 años habrá vehículos eléctricos más baratos, que se podrán recargar fácilmente (no como ahora) y veremos un cambio sustancial en el sector. Y para ello hay que estar preparados.

X.P.: ¿Nos ha pillado la electrificación a pie cambiado?

Muchas veces nos hemos planteado que hemos perdido el tren del coche eléctrico. En China el gobierno hizo una apuesta decidida por el vehículo eléctrico. Cuando China despierte y abastezca su mercado empezarán a exportar vehículos, y entonces veremos coches chinos aquí por todas partes. Ellos lo tienen claro, lo dominan, fabrican coches eléctricos y ganan dinero es porque también fabrican las baterías. Ellos y los coreanos lo dominan. En Europa hemos perdido el tren. No sé si vale la pena apostar por inversiones en coche eléctrico. Si no fabricas baterías las tienes que traer y representa el 40% del coste del vehículo. La parte de la plataforma del coche es todo batería, y la pieza más importante del coche es la caja para esa batería.

X.P.: ¿Podría estar ahí la solución empresarial del sector en España y en Europa?

Tal vez podríamos apostar por hacer las cajas de las baterías y toda la parte electrónica que eso supone. Ahí habría oportunidad. Algunas de las empresas que están en el Clúster podrían hacerlo. Todos estos cambios comportan unas grandes inversiones. Cuando hablamos de una caja de baterías en un coche de combustión es un componente más, pero en un coche eléctrico representa una pieza enorme, con inversiones muy grandes en matrices, desarrollo y producción. Para hacer esas inversiones el fabricante tiene que tener asegurados unos pedidos, porque si no puede ser catastrófico. Hoy por hoy las administraciones no han apostado por ir de la mano con las empresas del sector.

A.S.: ¿Puede ser Catalunya una palanca de impulso en esa línea?

La infraestructura que tenemos en Catalunya a nivel industrial, talento, personas que saben, es enorme. Y con empresas que saben hacer las cosas no solo aquí, sino con filiales en todo el mundo. Aquí en Barcelona, una Smart City, estamos en un momento privilegiado para utilizar y potenciar el talento de nuestras empresas. Usémoslo. ¿Podríamos liderar la electrificación en España? Claro que sí.

X.P.: ¿Existe una buena formación en las empresas con los cambios que se avecinan?

Las necesidades de las empresas del automóvil han ido cambiando. Hay una gran gama de tecnología, que está al alcance de todas las empresas. Nunca en mi vida había visto tal cantidad como ahora. Las posibilidades son enormes. Esa tecnología debe ser gestionada por personas que la sepan usar, y la evolución ha sido tan rápida que las personas se han quedado obsoletas.

X.P.: ¿Dónde está ahora mismo el problema de formación?

Existen dos niveles de profesionales necesarios. Técnicos ingenieros que las empresas los buscan incluso fuera de España y están especializados en electrónica, IT y software. El segundo es el de la formación profesional (FP). En las empresas que he dirigido han faltado personas en los talleres de FP. En España la perdimos porque la juventud prefirió apostar por irse a empresas más técnicas y profesiones más cómodas que meterse en un taller. Y eso hacía que los que estudiaban FP eran los que no podían estudiar una carrera. Hemos perdido la base. Si no se fomenta la educación no se puede decir luego que se quiere ser líder de algo.

X.P.: Todo el sector cambia. ¿Se adaptarán las empresas?

El sector siempre ha tenido altibajos, crisis muy fuertes. De un mes al otro las ventas bajaban un 20-30% y había que hacer algo. La industria se adaptará a las nuevas formas de funcionar, ahora bien, lo hará con la condición que no se lo mire desde la distancia, sino que se mueva. Hay que ir a buscar las oportunidades, no vendrán por sí solas. Hay que innovar en las empresas, moverse y montar empresas o asociarse en otros países, Asia, Sudamérica, México. Es difícil, pero es realizable.