La industria española de alimentación y bebidas hinca el diente al futuro

Sector estratégico de la economía española, la industria de la alimentación y bebidas está dispuesta a hincarle el diente a un futuro que, por los retos que plantea, exige soluciones novedosas. Salud, estilo de vida y sostenibilidad son los principales desafíos del nuevo paradigma.

Unos pocos datos para perfilar la importancia del sector en España: 116.000 millones de euros en producción, lo que representa el 16% del total de la industria y el 20% de la manufacturera; un censo de más de 31.000 empresas y medio millón de empleos directos; una tasa de empleo femenino y juvenil por encima de la media nacional; y unas exportaciones que superan los 30.000 millones de euros.

España ocupa el puesto 23 del Índice de Atractividad incluido en el Vademecum on Food and Beverage Markets, realizado por el IESE y Deloitte. El informe, presentado a principios de mes durante el encuentro anual del sector de alimentación y bebidas organizado por la escuela de negocios y la empresa de consultoría, sitúa por tercer año consecutivo a EEUU, China y Alemania en el podio. Aunque EEUU lidera la clasificación, Europa en su conjunto se confirma un año más como la región más atractiva para la industria alimentaria, con cinco países en el 'top 10' y copando nueve de las 20 primeras posiciones.

La de la alimentación es una historia de éxito. En 1945 un 50% de la población mundial sufría desnutrición; en el 2017 la cifra había bajado al 10,8%. Pero estas cifras revelan una evidencia y una paradoja. La evidencia es que queda trabajo por hacer; la paradoja, que la desnutrición convive con unas alarmantes tasas de obesidad. "El reto de ingerir más calorías se ha conseguido pero ha acabado siendo nocivo para la salud de la población y del planeta", afirmó en el encuentro del IESE Shay Eliaz, de Deloitte, para agregar que no se trata solo de calorías sino de "valor nutricional". La obesidad está detrás del aumento de las enfermedades no contagiosas, como las cardiopatías, diabetes e hipertensión, entre otras.

Alimentos procesados

El sector lleva años trabajando e innovando para ofrecer a los consumidores alimentos cada vez más saludables, pero clama cuando, por ejemplo, se señala a los productos procesados, como embutidos y hamburguesas, como causantes de todos los males. La obesidad, advierte la industria, también tiene que ver con el sedentarismo.

Además de satisfacer las necesidades de los consumidores, fabricando alimentos sin gluten, sin lactosa o veganos, por poner solo algunos ejemplos, el foco de la innovación está puesto en la nutrición personalizada y los probióticos, segmentos en los que se registran crecimientos anuales superiores al 10%. "Será un mercado de dimensiones gigantescas", augura Manuel E. González Guzmán, fundador del fondo de inversión Global Riff, con base en el Sillicon Valley y especializado en la industria alimentaria.

La demografía, especialmente por la parte del envejecimiento de la población, es otro de los desafíos a los que debe hacer frente el sector, ya que implicará un nuevo patrón de consumo. Pero para reto en mayúsculas, el de la sostenibilidad, y en sus diferentes frentes. En este sentido, los expertos señalan que es necesario un cambio en la forma de consumir y de producir, una reducción del nivel de desperdicio (entre un 30 y un 40% de la producción se convierte en residuo antes de pueda llegar a consumirse) y generar menos residuos. "En el futuro el crecimiento será sostenible o no será", sentenció Ignacio González Hernández, CEO del grupo Pescanova y presidente de Ecoembes.

Cruzada contra el plástico

Espoleado por un consumidor cada vez más exigente y militante, el sector está batallando contra el plástico. "Es el nuevo azúcar de la industria", afirma el responsable de Ecoembes en referencia a la "demonización" de este producto por parte de la población al igual que en su día hizo con el azúcar. En este sentido, Ignacio García, general manager de Aseda, la asociación de supermercados, desveló que son miles las personas que llaman a las empresas para saber qué van a hacer para acabar con el plástico.

La tasa de reciclaje de plástico en España es del 78,5%, lo que la sitúa en el puesto número seis en Europa. Pero incluso Ecoembes avisa de que no se trata de reciclar más y mejor, que también, porque falta camino por recorrer, sino sobre todo de producir menos residuos. De ahí que la industria trabaje en el ecodiseño para lograr envases más sostenibles que garanticen las condiciones de salubridad de los alimentos y alarguen su vida útil.