Cuando calienta el sol

Huele a verano. Los días son más largos, suben las temperaturas y brilla sol. ¡Ay el sol!  Tiene innegables beneficios para el organismo humano, pero una excesiva y prolongada exposición a la radiación solar comporta graves riesgos para la salud, desde las consabidas quemaduras, que pueden llegar a ser de segundo grado, al cáncer de piel (cada año, según la OMS, se diagnostican 5.000 casos de melanoma en España, el cáncer de piel con peor pronóstico, y unos 71.000 casos de cáncer cutáneo no melanoma). Así que antes de afrontar las extensas jornadas veraniegas en playas, piscinas y pozas hay que interiorizar el sabio dicho popular del más vale prevenir que curar. O sea, reducir el tiempo de exposición al sol, evitar las horas del mediodía y protegerse de los rayos ultravioleta con alguno de los cientos de productos disponibles en el mercado.

El mercado español de la protección solar, según Euromonitor, se cifraba en unos 332 millones de euros en el 2017, con una subida del 2% respecto al año anterior. La previsión es que alcance los 363 millones en el 2022. Sin embargo, estos incrementos tienen más que ver con el turismo (83 millones de visitantes el año pasado, la mayoría ávidos de sol y playa) que con el consumo de los españoles, que si bien se muestran preocupados por los efectos nocivos del sol, solo se acuerdan de ello en verano.

Líderes del mercado

L'Oréal España es líder en el mercado nacional de la protección solar, con un 25,5% del total en el 2017, seguido de Beiersdorf (Nivea) e Isdin, ambas empresas con cuotas que rozan el 13%. Según datos de Euromonitor, los españoles se decantan más por los protectores de gran consumo que los 'premium', que se concentran en los productos faciales.

Las ventas necesitan del empuje de la investigación y la innovación para seguir creciendo. ¿Y hacia dónde está dirigiéndose la investigación? Pues hacia el desarrollo de nuevos filtros que protejan la piel de los rayos ultravioleta, especialmente de los UVA y UVB, según explica Patricia Gisbert, responsable de innovación del Beauty Cluster Barcelona. Los filtros UV, los principales ingredientes activos de un protector solar, se clasifican en orgánicos (moléculas con carbonos que protegen la piel por absorción por de la luz UVA y UVB), inorgánicos (compuestos como el dióxido de titanio que protegen por su naturaleza semiconductora) y biológicos (moléculas antioxidantes que ayudar a prevenir el daño oxidativo celular).

Hawái y la naturaleza

Y en la búsqueda de estos nuevos filtros, los investigadores, con los de EEUU a la cabeza, están trabajando en cuatro líneas. La primera de ellas, afirma Gisbert, es la de la sostenibilidad, esto es, lograr filtros más respetuosos con el medio ambiente y que permitan proteger los bosques marinos. En este sentido, la responsable de innovación del Beauty Cluster Barcelona comenta la decisión del gobierno de Hawái de prohibir determinados filtros solares a partir de enero de 2021 para proteger sus arrecifes de coral. Según el gobierno de Hawái algunos de los filtros empleados, que los miles y miles de bañistas que abarrotan las playas del archipiélago sueltan sin saberlo en el mar, pueden llegar a afectar de forma directa o indirecta a los arrecifes más sensibles y vulnerables, aunque muchos son los investigadores que afirman que es un proceso mucho más complejo y que el cambio climático y el aumento de las temperaturas de los océanos es un parámetro principal a tener en cuenta. Expertos en el campo advierten que esta prohibición podría desencadenar un aumento anual de los casos de cáncer de piel.

Una segunda línea de investigación pasa por observar e imitar a la propia naturaleza. "Hay plantas y animales constantemente expuestos a la radiación solar, que a través de muchos años han desarrollado mecanismos para hacer frente a esta radiación. Se trata de extraer o sintetizar estas moléculas de forma escalable y adaptarlos a un cosmético", subraya.

La tercera línea de investigación, y según la opinión de Gisbert, un gran foco de innovación, está relacionada con la microbiota. O sea, por el conjunto de organismos (bacterias, virus y hongos) que habitan en la piel. "La microbiota podría modular la respuesta del sistema inmune y celular local frente a la radiación UV", explica. El último foco de la investigación es la nanotecnología y la posibilidad de desarrollar activos con nuevas propiedades. Al reducir la materia a la milmillonésima parte de un metro (el nanómetro), se obtienen propiedades muy diferentes a las que tienen los materiales a escala convencional.