Construcción sostenible

Arquima fabrica casas pasivas, respetuosas con el medio ambiente y saludades. La compañía catalana solo utiliza materiales con una mínima huella de carbono, como la madera certificada

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Montserrat Baldomà

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José Antonio González, fundador y CEO de Arquima, está convencido de que la madera es el material de construcción del siglo XXI, como el acero lo fue en el siglo XIX y el hormigón en el siglo XX. La madera, defiende, tiene una "huella negativa" de carbono y, habida cuenta de que la ONU insta a reducir las emisiones de CO2 a la mitad antes del 2030 para evitar efectos devastadores y que la construcción es uno de los sectores que más ha contaminado a nivel global, es un material sostenible cara al futuro.

Arquima está especializada en construcción pasiva industrializada de edificios de consumo energético nulo o casi nulo, con criterios de arquitectura bioclimática, pasiva y de máxima eficiencia energética. "Fabricamos casas pasivas, sostenibles y saludables", destaca González. En este sentido, asegura que la madera utilizada por Arquima para la envolvente de los edificios es el abeto KVH certificado. Arquima, prosigue, solo utiliza materiales con una mínima huella de carbono, como la madera de bosques gestionados de manera sostenible y certificados con sellos PEFC (Programme for endorsement of Forest Certification Schemes) y FSC (Forest Stewardship Council)". Por su parte, el uso de pinturas naturales que que no generan vapor o un sistema de ventilación mecánica permiten que la casa sea saludable.

Además de reducir las emisiones de carbono, ser más eficientes desde un punto de vista energético, depender muy poco de la red eléctrica y contribuir a aumentar la conciencia ambiental, las casas pasivas suponen un gran ahorro económico, estimado entre un 75% y un 90% menos que una vivienda tradicional.

Tiempos y costes de construcción

Igualmente, supone acortar los tiempos de construcción "a la mitad, por no decir a cuarta parte", afirma el CEO de Arquima, que fundó la empresa en el 2008 con un sistema productivo propio. El menor tiempo de ejecución, razona, puede generar muchos beneficios en sectores como el hotelero o el de los promotores inmobiliarios. El coste constructivo puede ser ligeramente superior al de la construcción tradicional, pero se amortiza en pocos años por el ahorro energético que supone.

Pionera en construcción sostenible en España, Arquima realiza completamente el proceso de fabricación en el taller que tiene en Sant Andreu de la Barca (Baix Llobregat). Las piezas en 2D se transportan después en camiones hasta el lugar donde hay que edificar. Como las paredes llevan ya integradas la carpintería exterior y el revestimiento de fachada, el montaje es muy rápido y, además, la obra no necesita andamios y apenas genera residuos. "Para una casa de unos 200 metros cuadrados se invierten unos siete días para la fabricación, siete días de montaje y ajustes in situ’ y entre dos y tres meses para los acabados", asegura.

Edificio en altura

Arquima fabrica todo tipo de proyectos de edificación, desde viviendas unifamiliares de una sola planta hasta edificios en altura para cualquier tipo de uso, con su propio concepto de construcción modular de entramado ligero de madera. En el 2015 construyó en Barcelona el primer edificio plurifamiliar en altura de España realizado con este sistema. El edificio, consta de 450 metros cuadrados construidos, con un total de seis viviendas y una altura de cuatro plantas más una cubierta transitable. El inmueble, construido con criterios sostenibles, dispone de cuatro hojas sobre cinco del Certificado Verde del GBCe (Green Buildng Councuil España). Situado en el Poble Sec, consta de dos viviendas por planta, con superficies de entre 50 y 70 metros cuadrados de uno o dos dormitorios, destinados a alquiler.

La empresa catalana, con una plantilla de más de 40 trabajadores, 20 de los cuales son arquitectos, arquitectos técnicos o ingenieros, facturó el año pasado unos cinco millones de euros. Una vez digerida la crisis del ladrillo, que por supuesto también les afectó,  Arquima ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos dos años.

Para consolidar este crecimiento, la compañía, que trasladará su sede y oficinas a Sant Andreu de la Barca, invertirá este año un millón de euros en maquinaria para automatizar procesos. Una vez implementada esta nueva maquinaria, más sofisticada, la empresa ganará en agilidad: la productividad multiplicará por tres o por cuatro la del proceso actual.