ENTREVISTA

Pedro Mier: "Nuestro problema es la falta de profesionales"

El presidente de Ametic considera injusto castigar con un impuesto a un sector como el digital que es "el que está creando más ocupación"

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JOSEP MARIA BERENGUERAS: ¿En qué punto está ahora Ametic después de la crisis que vivió hace ahora dos años?

PEDRO MIER: Estamos muy contentos con la situación actual. La historia es historia, y cada acción es respetable. En el último año hemos incorporado a 60 nuevos asociados de todas las medidas y sectores: ABB, Atos, HP, Teltronic… Y además de grandes empresas de la industria, hemos sumados a compañías de otros sectores pero sometidas a un proceso de digitalización, como por ejemplo Renfe.

— J. M. B.: ¿Cuántos asociados tienen ahora?

— P.M.: Tenemos de dos tipos: compañías y asociaciones. Por ejemplo, las tres asociaciones de instaladores de telecomunicaciones son socios nuestros. Representamos de forma indirecta a 15.000 empresas, y de forma directa, a 300 asociados.

— J. M. B.: ¿Qué pasó con las telecos?

— P.M.: Pasó algo que vemos que es normal: en Europa, la industria está asociada en Digital Europe y los operadores tienen sus asociaciones. Aquí era una singularidad que generaba a veces problemas: las posiciones proveedor-cliente tenían sus naturales y lógicas tensiones. Es sano que se puedan defender tanto los intereses de la industria como los de los operadores. Era lógico... lo que no era lógico es que se aprovechase para intentar crear una asociación alternativa de la industria.

— SALVADOR SABRIÀ: ¿Cuáles son los intereses de Ametic?

— P. M.: Nosotros somos la voz de la industria digital. Defendemos los intereses de la industria de la tecnología digital: hacer progresar a las empresas, que crezca el sector, que la contribución del sector industrial sea cada vez más importante. Lo que es relevante para nosotros es no solo ser usuarios de la tecnología, sino también actores principales, poder aportar a la sociedad. Donde hay innovación, hay ocupación de alto nivel, productividad, buenas oportunidades, buenos salarios... La rueda es virtuosa. Debemos ser capaces de difundir la importancia de la industria para el bienestar de la sociedad. No es un tema de sensibilizar al Gobierno, a las empresas o a los usuarios: es un tema de conjunto.

— S. S.: Choca el discurso de la digitalización con el que esta puede destruir puestos de trabajo...

— P. M.: Somos miembros de Digital Europe. Presentamos un estudio en noviembre que calculaba el impacto real de la digitalización en puestos de trabajo en los 16 sectores más importantes para la economía del país. Los resultados son espectaculares:

por cada puesto que se destruya, hacen falta 3,7 nuevos. Otra de las conclusiones es que el país no genera suficientes profesionales. Hay que reciclar a la gente que está trabajando, incluidos los directivos. Pero con toda la capacidad formativa actual no

se logran cubrir los puestos necesarios, por lo que hay un problema a 10 años vista. Los sectores con más demanda serán la sanidad, la educación y las tecnologías de las comunicaciones e información. Es una revolución y, si no se aborda bien, con tiempo y contundencia, se puede generar un problema gravísimo.

— S. S.: ¿El sistema educativo está preparado para estos cambios?

— P. M.: Nosotros tenemos en marcha dos programas de formación. Juntamos a los sindicatos mayoritarios y les dijimos que había que hacer una gran alianza a todos los niveles de la educación. Hay una comisión dentro de Ametic que trabaja específicamente en este sentido. De hecho, junto a los sindicatos hemos firmado un acuerdo para que la digitalización se lleve a cabo dentro de las empresas de forma ordenada. La educación es un tema clave y decisivo, pero que presenta muchas dificultades. Hay iniciativas muy buenas, como trabajar mejor las habilidades que los contenidos, es un buen enfoque. Pero hay dificultades: quien tiene que llevar esto a cabo son los profesionales, que también necesitan formarse. El problema número uno de nuestro sector es la falta de  profesionales. Tiene que haber una decisión de país. Creo que no hay suficiente conciencia. Nos jugamos el mantenimiento del Estado del bienestar, las oportunidades de los jóvenes, la continuidad laboral de los empleados actuales... En los presupuestos de las administraciones públicas, educación, digitalización innovación e industrialización deberían estar en cada párrafo.

— J. M. B.: ¿Qué relación tienen con el nuevo Gobierno socialista?

— P. M.: La relación es buena. El grado de interlocución es bueno, veremos a ver si los Presupuestos reflejan de alguna forma nuestras necesidades. Estamos en un país donde la sociedad no es suficientemente consciente de lo que nos estamos jugando.

— S. S.: La tasa digital sí que está en los Presupuestos.

— P. M.: Para nosotros, lo importante es crear ocupación de calidad. En todo lo que vaya en la línea de favorecerla, estamos a favor; en todo lo que vaya en contra, estamos en contra. El sector de la tecnología digital es el que crea más oportunidades de ocupación, por lo que deberíamos tratarlo con inteligencia y cuidado para fomentar al máximo ese objetivo. La ocupación de calidad va ligada a buenos proyectos, innovación y buen empleo. Creemos que es inadecuado castigar a un sector que es el que está creando más  ocupación. Claro que el sector debe contribuir, pero con un sector tan globalizado es un riesgo tomar acciones a nivel local.

— S. S.: Pero si siempre tenemos que esperar a que haya decisiones globales, al final los grandes se escaquean...

— P. M.: El trato desigual es muy arriesgado, porque el sector se mueve con facilidad. Hay que hacer todo lo que sea posible para maximizar el beneficio del sector en la sociedad. Las acciones solo a nivel de país son muy peligrosas.

— J. M. B.: ¿Las administraciones están siendo demasiado restrictivas en casos como los de las VTC o Airbnb?

— P. M.: Poner puertas al campo no ha funcionado nunca. Es un terreno que no es sencillo. Hay que hacer cosas que permitan a las nuevas iniciativas desarrollarse, pero que al mismo tiempo los sectores tradicionales puedan adaptarse. Sin matar lo nuevo, que no se mate tampoco lo antiguo.

— J. M. B.: ¿Participarán en la consulta pública de la ley de start-ups que prepara el Ejecutivo?

— P. M.: Sí, preparamos el escrito. Hay que poner actividades para que las nuevas iniciativas se desarrollen. Otra cosa es que el binomio start-up y emprendedor igual a buena imagen, empresa-empresario igual a mala imagen, es un error. A la sociedad le interesa que las start-ups sean empresas consolidadas, que los nuevos emprendedores sean empresarios-empleadores, porque son las empresas consolidadas las que generan ocupación. Todo lo que sea ayudar a que esas nuevas iniciativas crezcan, hay que apoyarlo.

— J. M. B.: ¿Integran en la asociación a las start-ups?

— P. M.: Una de las prioridades de mi mandato es la atracción y el fomento de la nueva emprendeduría. Queremos ayudar a las nuevas iniciativas para que se consoliden y crezcan. En Ametic tenemos a grandes players como Microsoft, Samsung, Google, Amazon; una parte muy importante de las mediano-grandes españolas, y después start-ups y pymes. Estamos impulsando proyectos tractores, es decir, la innovación por misiones. Hemos detectado cuatro áreas donde queremos ser referentes mundiales: vehículos conectados y movilidad sostenible, salud digital, turismo digital y smart agro. España es un referente en todas estas áreas, y lo que hemos hecho es convencer a la patronal sectorial correspondiente, hacer un acuerdo y desde la CEOE proponer al Gobierno

que nos apoye. Es una oportunidad de oro para las start-ups.

— S. S.: ¿Y la banca?

— P. M.: La banca tiene sus propuestas, como la cashless society dentro de la CEOE. Pero uno de los últimos socios en Digital Europe es Mastercard. Todos los grandes bancos desarrollan su tecnología bancaria.

— S. S.: ¿Un robot debe cotizar a la Seguridad Social?

— P. M.: La economía debe generar recursos para que el Estado del bienestar esté garantizado. ¿Cómo? Estamos en un cambio, donde habrá que adaptar el enfoque a los acontecimientos. No sé si deben cotizar o no, es una discusión amplia, pero sí que la generación de economía debe tener una parte que contribuya al Estado del bienestar.