Amazon: transitando entre lo nuevo y lo viejo

Huelga trabajadores de Amazon

Huelga trabajadores de Amazon / vmo

Gabriel Ubieto

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El volumen de negocio del comercio electrónico no deja de crecer, tanto en España, como en todo el mundo. Los datos en el territorio español son muy contundentes: si en el 2012 el comercio electrónico facturaba 10.356 millones de euros, en el 2016 (últimos datos disponibles de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) dicha cifra era de 24.185 millones de euros.

La tendencia es la de prácticamente todos los sectores a lanzarse a comercializar sus productos y servicios a través de internet. Y en ese campo, uno de los grandes colosos a escala mundial es Amazon. Fundada en el 1994 por Jeff Bezosuno de los hombres más ricos del mundo, en el 2017 facturó en España un total de 4.241 millones de euros, según un estudio de la Feria eShow. La segunda empresa con mayor facturación fue AliExpress, con una estimación de 1.234 millones. 

No obstante, a pesar de que la cifra de negocio de Amazon se contabiliza dentro de la misa categoría de actividad que el de plataformas como Uber o Just Eat, cuyos modelos de negocio han abierto un debate sobre las nuevas relaciones laborales en las que se desarrollan, la plantilla de Amazon se mueve en la paradoja de trabajar en un sector de los más innovadores, con conflictos laborales propios del siglo pasado.

Amazon vivió el pasado marzo la primera huelga en España, concretamente en su centro logístico más grande en San Fernando de Henares (Madrid). Los motivos y las formas de organización de los trabajadores no presentan novedad alguna. La empresa estaba interesada en transitar del convenio de empresa vigente al sectorial de la provincia y los trabajadores consideraban que dicho cambio se traduciría en una pérdida de derechos laborales e ingresos.

Es en la organización de este tipo de conflictos y en las formas de respuesta sindical donde se revelan nuevas particularidades. La respuesta de Amazon, en tanto que gigante del comercio electrónico mundial, fue la de activar sus acueductos logísticos por toda Europa y repartir, en la medida de lo posible, su actividad por centros de otras regiones o países, con lo que la parálisis del centro de San Fernando de Henares no supuso una gran afectación en los pedidos de Amazon.

Hoy en el centro de Madrid impera el convenio del sector y las nuevas estrategias sindicales son conscientes de la necesidad de coordinar acciones a nivel, como mínimo, europeo, para volver a ser un interlocutor que obligue a negociar a la empresa. La coordinación supranacional es el nuevo reto de la acción sindical frente a la economía digital de las grandes multinacionales.