IDEAS DE NEGOCIO

50 años de fuerza motora

Tecnotrans Bonfiglioli distribuye motorreductores a diferentes industrias. Con oficinas, taller y almacén en la Zona Franca, la filial catalana fue la primera fábrica que tuvo la multinacional italiana fuera del país

EN LA FÁBRICA. Un operario en la planta de la compañía.

EN LA FÁBRICA. Un operario en la planta de la compañía.

Carme Escales

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En un modesto taller mecánico de la ciudad italiana de Bolonia, en el que se reparaban motores de tractor, tiene su origen la multinacional Bonfiglioli, fabricante de motorreductores que factura 800 millones de euros, con 17 filiales en diversos países y para la que trabajan 3.300 personas. El Grupo tiene cuatro fábricas en Italia, tres en Alemania, dos en India y una en Eslovaquia, Estados Unidos, Brasil, China y Vietnam.

Era 1956 cuando Clementino Bonfiglioli empezó a diseñar y fabricar cajas de engranajes para maquinaria agrícola y motocicletas como Ducati, Gilera o Moto Morini. Doce años después, en 1968, tres socios en Barcelona que ponían en marcha una distribuidora de material industrial buscaban firmas para representar y dieron con Bonfiglioli. Sería su acuerdo con más futuro. Hasta hoy. Tecnotrans es la filial de Bonfiglioli en España y Portugal y factura 35 millones de euros gracias a la distribución de sus motorreductores industriales. Este año celebra medio siglo de historia (www.tecnotrans.bonfiglioli.com). Fue la primera fábrica que la multinacional italiana tuvo fuera del país. «En tiempos aún de aduanas, durante unos años fue más viable fabricar una parte del producto aquí», explica David Bassas, Consejero Delegado de Tecnotrans Bonfiglioli. Hoy, desde los 7.500 metros cuadrados que ocupan en la Zona Franca de Barcelona, realizan solo montaje, distribución y reparación de producto. «Tenemos las piezas y así somos más flexibles y soportamos menos estoc», detalla Bassas. A sus oficinas, taller de reparación y almacén de recepción de motores y reductores en Barcelona se les suman otros 2.100 metros cuadrados más de almacén ubicados en una nave industrial en Valls (Alt Camp).

Molinos de viento

Cualquier máquina que impulse movimiento tiene detrás un motor y reductor. Tecnotrans Bonfiglioli los comercializa y adapta de todos los tamaños, adaptables a molinos de viento, excavadoras, puertas mecánicas de garaje o máquinas de bar que exprimen naranjas o muelen café. Pensando en el rendimiento que precisa cada cliente, Tecnotrans les ayuda a sacar el mejor partido a sus motores. La reductora reduce la velocidad del motor para transformarla en fuerza, como sucede en la caja de cambios de un vehículo, aunque Tecnotrans Bonfiglioli vende todo tipo de motorreductores industriales menos los destinados a la industria automovilística o ascensores, dos sectores muy especializados.

Auditorías de eficiencia

La firma también distribuye convertidores de frecuencia, fabricados en Alemania, que modifican el comportamiento del motor y lo hacen más eficiente. Mientras el reductor transforma la velocidad en fuerza de trabajo, el convertidor, o variador, modifica la velocidad para aumentar la eficiencia, poder programar el motor y automatizarlo para controlar mejor su aplicación. Hoy, las auditorías de eficiencia energética son parte del valor añadido en el servicio de esta empresa a sus clientes. «Por ejemplo, si a una máquina que consume 1.000 kilovatios por hora le adapto un motorreductor más eficiente y un convertidor de frecuencia para que no consuma tanto, supondría una inversión de unos 10.000 euros, pero al cabo de un año podría estar ya amortizada y empezar a sumar ahorro», precisa.

A parte del sector eólico, muy concentrado en Navarra, donde se encuentran los principales fabricantes, que suponen unos 12 o 13 millones de la facturación de Tecnotrans, sus mayores clientes están «en las industrias alimentaria; envases y embalajes; residuos y plantas de tratamiento y filtraje de aguas y los potentes sectores químico y farmacéutico», detalla el responsable de la empresa.

El mercado -dice- se ha mantenido bastante estable. «Con la crisis cayeron las ventas pero paso a paso se han ido recuperando. En los últimos años ya estamos registrando un 5% de aumento anual, sobre todo gracias a la exportación, y los dos primeros meses de este año han sido muy buenos», añade. La próxima inversión fuerte que deberán afrontar es la reubicación de sus instalaciones, pues el 2022 vence la concesión del terreno, propiedad del Consorci Zona Franca y previsto para futuras ampliaciones de Mercabarna.