El cerebro tecnológico

Dos estudiantes de doctorado crean y venden inteligencia artificial para reducir costes en transporte de mercancías

Javier Murillo y Víctor Muñóz en el Parc Científic i Tecnològic UdG

Javier Murillo y Víctor Muñóz en el Parc Científic i Tecnològic UdG

CARME ESCALES

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Programas  que optimizan rutas de distribución. Esa es la mercancía que venden Javier Murillo y Víctor Muñoz, ingenieros informáticos, estudiantes de doctorado de la Universitat de Girona (UdG). Con 34 y 33 años respectivamente, en el 2011 fundaron Newornia junto a tres de sus profesores de la UdG. Empezaron a buscarle aplicaciones prácticas, y sobre todo útiles para personas y empresas.

«Nos adherimos al Trampolí Tecnològic de la UdG, que nos ayudó a convertirnos en una empresa spin off, asesorándonos sobre la tramitación de la documentación precisa», explica Javier Murillo. «Al principio estábamos en espacios de coworking, cada uno con su portátil, pero ahora, que ya somos cuatro trabajadores, tenemos un espacio de 30 metros cuadrados del Parc Científic de la UdG», concreta Murillo.

Newronia factura cerca de 200.000 euros al año gracias a una veintena de clientes, «en su mayoría de la provincia de Barcelona, pero también de Madrid y de Irlanda», añade Murillo.

Y amplía: «Tenemos dos perfiles de cliente: uno más pequeño, que nos conoce a través de la web de la empresa (www.en.newronia.com), y puede utilizar -pagando- el programa para planificar de la manera más eficaz la logística de sus rutas de transporte. El otro tipo de cliente responde al perfil de las empresas medianas y grandes. En este caso, nos adaptamos a sus necesidades».

En el programa de Newornia se introducen multitud de variables -dispersión de clientes, replanificación automática ante cambios en la fecha de entrega, frecuencia de reparto...- para planificar de manera ordenada, rápida y eficaz, ahorrando tiempo y quilometraje, la distribución de cualquier tipo de mercancía.

«Delegando esa planificación al ordenador, calculamos que el responsable de esa tarea puede disponer de la mitad del tiempo que tardaba en hacerlo, para dedicarse a otra actividad. En definitiva, aprovechamos la inteligencia del ordenador para ayudar a las personas a tomar decisiones», concluye Javier Murillo.