SECTOR EN AUGE

La complejidad de las inversiones 'biotech'

Trabajo en un laboratorio.

Trabajo en un laboratorio. / periodico

Guillem Tapia

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El camino que recorre una empresa biotecnológica desde que nace hasta que la innovación que ha diseñado llega al mercado es largo si lo comparamos con otro tipo de start-ups. En el caso de una compañía que desarrolla un fármaco, los plazos suelen exceder los 10 años desde que comienza a investigarse una molécula hasta que la terapia se comercializa. Los periodos se acortan si se trata de dispositivos médicos, excepto aquellos que son invasivos y críticos para la salud del paciente, como un marcapasos. 

“La complejidad reside en que las inversiones que necesita una biotech son muy altas y es probable que en algún momento de la investigación algo se tuerza. Por ejemplo, es bastante corriente que un ensayo preclínico consiga buenos resultados con animales pero en la fase clínica se demuestre que es ineficaz en seres humanos”, comenta Jordi Naval, director de Biocat. En caso de éxito, no obstante, la rentabilidad es muy elevada. Naval también apunta que es habitual que los inversores iniciales en una firma biomédica salgan del capital de la empresa “en un plazo de unos cinco años”, cuando, si la tecnología es prometedora, se licencia la molécula a una farmacéutica. Daniel Oliver, fundador y consejero delegado de Capital Cell –firma especializada en equity crowdfunding de proyectos biotecnológicos–, asegura que, si se diversifica adecuadamente, “el riesgo de invertir en biotecnología es similar al de hacerlo en start-ups digitales”. “Eso sí, hay que tener en cuenta que son operaciones muy ilíquidas, y que llevará años poder rescatar la inversión”, aclara Oliver.

En el 2018 Minoryx Therapeutics (21,3 millones de euros) y Abac Therapeutics (16 millones) protagonizaron las mayores rondas de financiación del sector, mientras que Stat-Dx fue adquirida por Qiagen por más de 150 millones de euros. Pero más allá de las grandes operaciones, las start-ups biotecnológicas han conseguido hacerse un hueco en el ecosistema emprendedor de Barcelona. Un 8% de las empresas que se alojan en el Pier 01 de Bacelona Tech City están especializadas en el desarrollo de soluciones biotecnológicas o de digitalización de la salud, mientras que 12 de las 200 empresas de la incubadora de empresas de Barcelona Activa están vinculadas al sector sanitario.