CÓMO EMPEZÓ

Así nació Aribnb: del colchón hinchable a los cereales

Airbnb supo convertir una necesidad en un producto tecnológico que ha revolucionado la forma de viajar

Los fundadores de Airbnb. Joe Gebbia, Nathan Blecharczyk y Brian Chesky.

Los fundadores de Airbnb. Joe Gebbia, Nathan Blecharczyk y Brian Chesky. / periodico

Josep M. Berengueras

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Hacer de la necesidad una virtud. A veces, es en las situaciones límite cuando surgen las mejores ideas, cuando el ingenio aparece para solventar las dificultades. La subida del alquiler, un clásico de nuestros días, fue precisamente la mecha que prendió una de las ideas que ha revolucionado el turismo actual.

Corría finales del 2007, y los jóvenes Brian Chesky y Joe Gebbia vivían en un pequeño apartamento en San Francisco. Sin trabajo, con dificultades para llegar a final de mes y con la amenaza de la subida del alquiler del 25%, buscaban maneras de obtener cash. A finales de septiembre se celebraba en la ciudad una conferencia de diseño industrial, y los hoteles estaban llenos. Gebbia tuvo una idea y la plasmó en un correo electrónico que envió a Chesky: poner unos colchones hinchables en el apartamento, ofrecer un espacio de trabajo, internet y desayuno a quien quisiese hospedarse en su casa.

Compraron tres colchones hinchables, y publicaron un anuncio bajo el nombre de Air Bed and Breakfast. Pedían 80 dólares por noche y lograron que un indio de 30 años, una mujer de Boston de 35 y un padre de cuatro hijos de Utah durmiesen en su hogar. Consiguieron casi 1.000 dólares en cuatro días e hicieron amigos que aún hoy conservan.

Elementos clave

Así nació Airbnb, que en su primera época era una simple lista de propiedades y habitaciones en alquiler. Tras sumar al proyecto a Nathan Blecharczyk, pronto se dieron cuenta de que la seguridad y la confianza era la clave. Los inversores los ignoraron, pero rediseñaron la página para hacerla más simple y para sacar partido de otras citas: en plena campaña para las elecciones presidenciales, aprovecharon el furor que causaba Barack Obama y que, al mismo tiempo, mucha gente quería huir de Denver para evitar las aglomeraciones mientras que otros querían ir a ver al candidato a la Casa Blanca. La nueva página fue un éxito y la prensa empezó a hacerles caso.

Pero necesitaban financiación. Y, de nuevo, ante la falta de dinero, ideas: diseñaron cajas de cereales con la imagen de Obama y de John McCain y las comercializaron. Lograron 30.000 dólares con esta técnica, salieron en más medios de comunicación y despertaron el interés de algunos inversores. «Para tener éxito hay que ser un emprendedor cereal, es decir, no solo ser un emprendedor, sino también creativo, luchador y estar dispuesto a tomar riesgos», explicó Blecharczyk en el 4YFN del 2014.

Hoy, Airbnb es mucho más que una empresa de colchones hinchables o de cereales. Es un gigante (más de cinco millones de anuncios en todo el mundo, 81.000 ciudades de 191 países y valoración de 27.000 millones) que ha cambiado la forma de viajar y de alojarse, y que también trata de revolucionar las experiencias con locales y la restauración.