¿Cómo cuidar la piel en invierno?

Con la llegada del invierno la piel necesita un aporte extra de hidratación para poder mantener su equilibrio natural. En esta época del año hay que cuidar la piel sensible, ya que su exposición al viento, bajas temperaturas o cambios ambientales puede dañar su manto lipídico.

En un reciente estudio realizado por Eucerin® a mujeres españolas, más del 80% de las encuestadas afirmaba sentir sequedad y picor en la piel cuando ésta reacciona ante agentes externos como los cambios de temperatura, la radiación solar o el estrés.

Para evitar los efectos nocivos del frío sobre nuestra piel, Eucerin® recomienda su gama de productos pH5, que reduce los signos de la piel sensible de forma visible. De hecho, más del 95% de las mujeres recomendarían el Bálsamo nutritivo  para mejorar el aspecto e hidratación de la piel y más del 70% corrobora que tras la utilización del Oleo Gel de ducha y el Bálsamo Nutritivo de Eucerin® su piel estaba más hidratada y los efectos de la piel sensible habían desaparecido.

Para un cuidado perfecto este invierno y dependiendo del tipo de piel, Carmen Chorto, responsable del equipo científico de Eucerin® recomienda seguir una serie de pautas de hidratación para evitar que el picor, la sequedad o la descamación alteren la función barrera natural de nuestra piel:

1.     Evitar la exposición durante largos periodos de tiempo a las bajas temperaturas, viento y lluvia porque debilitan la barrera de la piel haciéndola más frágil y sensible.

2.     La higiene es fundamental ya que contribuye significativamente a mantener la salud de la piel. La utilización de productos de higiene inadecuados puede alterar sus funciones naturales y así originar problemas dermatológicos. Productos con detergentes o con  acción de agentes alcalinos debilitan la función barrera de la piel. Se requiere usar productos no alcalinos, suaves y que reengrasen adecuadamente la piel.

3.     El secado es también muy importante. No frotar, ni usar toallas agresivas. Secar minuciosamente la piel para evitar la aparición de hongos (que viven en medios húmedos) y la pérdida del manto protector de la piel (que mantiene el nivel adecuado de humedad de la misma).