Educadores sociales

Un modelo educativo integral en Barcelona

En algunas escuelas de la ciudad se han incorporado nuevos perfiles profesionales para frenar las desigualdades acompañando al alumnado y al equipo docente

Sara Barreda

Sara Barreda

Anna Solà

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El Pla de Barris ha impulsado el proyecto 'De l’equip docent a l’equip educatiu', pensado para avanzar hacia un nuevo modelo escolar que integre las miradas de los ámbitos educativos, sociales y de salud. Los nuevos perfiles profesionales incorporados están formados en materias como la integración social, el trabajo social y el acompañamiento emocional, y actúan de puente entre los niños y niñas atendidos, sus familias, el equipo docente y los servicios sociales públicos. Actualmente, hay 41 educadoras sociales trabajando en escuelas e institutos y 5 en 'escoles bressol'.

La educadora social Sara Barreda se incorporó hace tres cursos en la Escuela Ferrer i Guàrdia de Ciutat Meridiana, uno de los barrios en los que incide el Pla de Barris. Esta profesional, vinculada al Institut Municipal de Serveis Socials de Barcelona, explica la actuación que llevan a cabo para atender a la infancia en riesgo e impulsar este modelo educativo en el centro. 

-¿Cuáles son las ventajas del programa ‘De l’equip docent a l’equip educatiu’? 

-La introducción de figuras como la mía en la escuela ha permitido observar y trabajar con la infancia y sus familias en su día a día en la escuela, que es uno de sus espacios de seguridad. Además de mí como educadora social, en la escuela también trabaja una técnica en Integración Social y una especialista en Educación Emocional. 

-¿Cómo atienden a los niños y niñas en situaciones menos favorecidas? 

-Como educadoras, trabajamos a partir del vínculo y la escucha activa de los niños y niñas. Queremos ser personas de referencia y estar cerca de ellos y ellas en su día a día. Tenemos una relación segura y de confianza, donde puedan estar tranquilos. Hacemos tanto trabajo individual con ellos y ellas como trabajo en el aula y en los diferentes espacios de la escuela, como las salidas y las entradas y el patio. Queremos facilitar a los niños y niñas el proceso de aprendizaje a partir de la acción socioeducativa. Trabajar su situación social, su entorno y todo lo que les rodea permite que mejoren su proceso de aprendizaje. 

-¿Qué problemáticas pueden tener estos niños y niñas?

-Problemas familiares, de vivienda, económicos y de migración, como cambios de territorio o retorno a su país de origen. Todo ello se traduce en diferentes comportamientos en la escuela como dificultades de concentración, de poder estar en el aula o de relacionarse con compañeros y compañeras. Las situaciones familiares y sociales acaban afectando al rendimiento y al proceso de aprendizaje de este alumnado. 

-Y una vez conocen bien al alumno, ¿trasladan su situación a los profesores y a servicios públicos para ayudarles? 

-Sí, una de las funciones que llevamos a cabo es el acompañamiento al claustro de profesores con la infancia en riesgo. Les damos apoyo tanto en la detección de problemáticas como en el acompañamiento de los niños y niñas en situación de riesgo. También facilitamos la coordinación del centro educativo con los diferentes servicios de la red de atención a la infancia y la adolescencia. El objetivo es llevar a cabo un trabajo coordinado entre los diferentes servicios y recursos, creando una red en el territorio. Otra tarea en la que incidimos es en la implicación de las familias en el proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas. A partir de proyectos como la enseñanza de lengua catalana y castellana o de crianza, queremos acercar a las familias a la escuela para que formen parte del proceso de formación. También se comparten con servicios y entidades del territorio las necesidades detectadas a nivel comunitario, como el trabajo realizado en nuestro barrio de acompañamiento emocional a la infancia en situaciones de desahucio.

-¿Nos puede ofrecer un balance de sus actuaciones tras tres cursos con el programa en marcha? 

-Hemos conseguido estar presentes y conocer cómo afecta la situación social de los niños y niñas en su proceso de aprendizaje. Se han generado nuevos espacios en los que trabajar la convivencia y la mediación escolar, algo que ha beneficiado el ambiente de la escuela y los comportamientos de la infancia.