FEMINISMOS

Un mundo digital libre de violencias machistas

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Ajuntament de Barcelona lanza una campaña de concienciación para crear un entorno digital seguro

La emisión de discursos de odio contra las mujeres es común en redes

La emisión de discursos de odio contra las mujeres es común en redes / periodico

Anna Solà

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El Ajuntament de Barcelona impulsa, como cada año, una campaña de concienciación en torno al Día Internacional contra la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, conmemorado hoy 25 de noviembre. En esta ocasión, y teniendo en cuenta el contexto actual en el que el mundo digitalizado ha tomado un peso relevante en nuestro día a día a causa de la crisis de la covid-19 y los periodos de restricciones, la campaña pone énfasis en las violencias que se producen en entornos digitales, a menudo invisibilizadas, y en la necesidad de crear un mundo digital libre de violencias y discriminaciones. 

A raíz del impacto de la covid-19, se han podido comprobar las grandes posibilidades de las tecnologías en cuanto a conectividad y empoderamiento a personas de todas las edades y orígenes. Sin embargo, también se ha constatado que, de la misma forma que el mundo digital reproduce las estructuras sociales, económicas, culturales y políticas del 'mundo real', igualmente está impregnado de las formas asociadas a la discriminación de género y a los patrones patriarcales, que dan lugar a la violencia machista en nuestro día a día, fuera de la tecnología.

En consecuencia, la campaña de este año del Ajuntament de Barcelona se centra en la eliminación de las violencias machistas en el mundo digital, con el objetivo que las mujeres no reciban ningún tipo de ataque contra su libertad pública y social en este entorno, y que puedan participar en este de forma libre. Para ello, el 'consistori' apuesta para trabajar la prevención, la visibilización y la lucha contra este tipo de violencias y reivindicar, por contra, el papel de las herramientas digitales como espacios de empoderamiento, sororidad, cuidados y corresponsabilización.

Las cifras lo demuestran

Tal como refleja la Enquesta de Violència Machista de Catalunya, cuya última edición se llevó a cabo en el 2016, un 56,8% de las mujeres que viven en Barcelona han sufrido acoso y agresiones sexuales en el ámbito social y familiar desde los 15 años. Del total de estas mujeres, un 26% ha sufrido ciberacoso –acoso o mensajes no buscados de carácter sexual a través de redes sociales, correo electrónico, móvil o papel–.

Globalmente, estas cifras demuestran que alrededor de un 15% de todas las mujeres han sufrido ciberacoso desde los 15 años, una de las formas de violencia machista más invisibilizada por la sociedad.

Conductas violentas

Las violencias digitales se pueden describir como prácticas muy diversas que, mediante la vigilancia, el control y la manipulación de la información o los canales de comunicación, pretenden ejercer violencia sobre las mujeres. 

El entorno digital se impregna de las formas asociadas a la discriminación de género y a los patrones patriarcales

Entre las diferentes formas de violencias ejercidas contra las mujeres, distinguimos entre el acceso o control no autorizado de los dispositivos móviles o de las cuentas; la manipulación o divulgación no consentida de imágenes o grabaciones a través de las redes o medios de comunicación; la suplantación o robo de identidad; los insultos, el acoso, la extorsión, las amenazas o la explotación sexual de la imagen de las mujeres; y los ataques o ‘hackeos’ de cuentas de activistas o páginas web feministas y la emisión de discursos de odio al respecto.

Las violencias digitales están invisibilizadas y normalizadas, aunque son ataques que deben denunciarse. Estas violencias también se naturalizan a través de bromas, chistes y ‘memes’. Todos tenemos un papel relevante en la eliminación de la violencia y la desigualdad, también en el entorno digital, especialmente los hombres, puesto que son los principales responsables las conductas violentas. 

Servicios municipales

Atendiendo a las necesidades del contexto, el Ajuntament de Barcelona pone a disposición de la ciudadanía diferentes servicios para atender a las mujeres que sufren situaciones de violencia machista, también en el entorno digital. 

Con motivo del 25N, el 'consistori' relanza la campaña 'Barcelona antimachista', que da herramientas a la población jóven

Cuentan con Punts d’Atenció a les Dones, el Servei d’Atenció, Recuperació i Acollida, el Servei d’Atenció a Homes, la Unitat Municipal contra el Tràfic d’Éssers Humans y también los Serveis Socials Municipals. El trabajo desde estos servicios es un trabajo sistémico, de fortalecimiento de las mujeres que sufren estos tipos de violencias y tienen el objetivo de dotarlas de herramientas para afrontar estas situaciones de desigualdad, discriminación y ataques. Las tipologías de violencias sexuales que más afectan a las víctimas de estos espacios son la recepción de correos electrónicos o mensajes a través de plataformas de mensajería privada por parte de parejas o exparejas con amenazas; la creación de perfiles falsos en las redes sociales para poder seguir en contacto con la mujer; la recepción de correos electrónicos con fotografías tomadas sin permiso; el control del acceso al correo electrónico por parte de terceras personas; la suplantación de la identidad de forma digital para pedir préstamos; y amenazas y violencia psicológica y verbal, entre otros ataques.

Herramientas para la explotación

Tal como denuncia la Unitat contra el Tràfic d’Éssers Humans, el entorno digital es una de las herramientas utilizadas por las redes de explotación de personas. Captan la víctima mediante herramientas virtuales –Facebook, Instagram o portales de búsqueda de trabajo, sobre todo–, aprovechándose de la  vulnerabilidad de la situación de la víctima. 

En algunos casos, los explotadores utilizan identidades falsas para contactar con las víctimas y ganarse su confianza. Una vez captadas las víctimas, utilizan las redes sociales para amenazarlas con la difusión de contenido comprometido o de su situación ‘real’ como prostitutas. Además, en muchos casos se les prohíbe el uso de estas plataformas, para evitar que puedan pedir ayuda.  

En estos casos, se recomienda cambiar de dispositivo móvil y tarjeta SIM, si es posible, eliminar las aplicaciones que permiten conocer la ubicación, suprimir los perfiles en redes sociales, evitar publicar fotografías e información privada que pueda ser útil al agresor para localizar la víctima y conservar solamente los teléfonos de las personas cercanas. 

Anna Rodríguez: "Las redes son una parte más del espacio público"

El Centre Jove d’Atenció a les Sexualitats (CJAS) es un servicio público de Barcelona que ofrece atención específica a adolescentes y jóvenes (entre 12 y 30 años) en relación con su salud psicoafectiva y sexual. Este equipamiento cuenta con el Espai Lila, el proyecto de atención a las violencias machistas en la población joven en el que Anna Rodríguez ofrece acompañamiento emocional como psicóloga.

-¿Cree que están invisibilizadas las violencias machistas que se llevan a cabo en las redes sociales?

-Sí, a menudo no se identifican como violencia machista, ni las personas que la ejercen, ni las personas que las viven ni por algunas profesionales. Las redes sociales son un canal más a través del cual se ejerce la violencia machista, desde el cual seguir ejerciendo un rol de poder. Son un contínuum del espacio público, y en el momento que una mujer pisa el espacio público tiene el peligro de vivir violencias machistas. En este sentido, permiten ejercer violencia machista desde el anonimato y en cualquier momento. La visibilización de estas violencias son vitales para identificarlas y evitar que se repitan. 

-¿Qué mecanismos existen para frenar esta situación?

-Los usos que se hacen de las redes sociales no son neutros. Son una parte más del espacio público, un lugar en el que las mujeres a veces no nos sentimos seguras. En consecuencia, necesitamos perspectiva de género para entender qué está pasando en las redes sociales, para poder leer qué violencias machistas se están produciendo en estas plataformas y para poder tener herramientas para frenarlas. 

 -¿El confinamiento ha agravado este tipo de violencias?

 -En los casos en los que ya existía una situación de violencia machista previa, en el confinamiento el agresor ha utilizado las redes como una herramienta más de control. Por ello, hemos impulsado la campaña #Conficures, para dar estrategias a las personas que las están viviendo para sentirse mejor y dar a conocer el Espai Lila, en caso que quieran hablarlo con alguien en un espacio de apoyo y seguridad.