Planes antigentrificación

El Ayuntamiento de Barcelona toma medidas contra la especulación

Casas de la calle de Pons i Gallarza, en el barrio de Sant Andreu

Casas de la calle de Pons i Gallarza, en el barrio de Sant Andreu

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La lucha contra la gentifricación es uno de los objetivos prioritarios de la acción del gobierno municipal. Algunos barrios de Barcelona sufren las consecuencias de actuaciones especulativas que han provocado el deterioro y la transformación del espacio urbano. Para paliar y corregir esta situación, el consistorio ha impulsado medidas que ayuden a cohesionar las zonas de la ciudad más vulnerables a este fenómeno.    

Así, se ha aprobado el primer trámite para modificar el plan urbanístico de la rambla de Prat y proteger el tejido vecinal de la Vila de Gràcia, uno de los barrios más afectados por la especulación. La propuesta prevé crear unas 60 viviendas públicas y preservar 15 edificios, una reivindicación histórica de los vecinos y las vecinas.

El plan, elaborado en los años setenta para prolongar la rambla de Prat, adaptará la movilidad del ámbito al contexto actual y promoverá la vivienda pública para hacer frente a la expulsión de vecinos y vecinas.

Más vivienda asequible

La medida prevé la creación de 30 pisos a precio asequible, que se ubicarán en la plaza de Anna Frank, la calle del Ángel y la calle de Jaén.

Por otro lado, en la calle de Jaén, 18-20, se hará una reserva de suelo de equipación pública con opción de construir 35 viviendas dotacionales, una categoría de pisos a precio asequible que se destinan a colectivos vulnerables, como gente mayor, personas con diversidad funcional o jóvenes.

La propuesta elimina la afectación de 15 edificios con 91 viviendas para modificar la rambla de Prat, que finalmente no se ampliará, y los vecinos y vecinas que viven se podrán quedar.

La modificación del plan urbanístico se ha aprobado en la Comisión de Gobierno y se debatirá en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad para la tramitación municipal.

Masovería urbana

Otra medida para evitar la gentrificación en los barrios de la ciudad es la adquisición de ocho casas de la calle de Pons i Gallarza, en el barrio de Sant Andreu. La compra se ha realizado ejerciendo el derecho de tanteo y retracto para evitar otro episodio de especulación por parte de un fondo buitre en la ciudad. Con este proyecto innovador de masovería urbana se evitará la expulsión de las siete familias que viven en las casas y se ampliará el parque de vivienda pública de alquiler de la ciudad.

Las casas de la calle de Pons i Gallarza están situadas entre los números 105 y 117, y en la esquina de la calle de Renart, 51, forman un conjunto edificado en el casco antiguo del barrio de Sant Andreu, calificado urbanísticamente como zona de conservación de la estructura urbana edificatoria.

El ayuntamiento ha adquirido los ocho edificios a la sociedad Vermota SL, por 745.000 euros, y a este precio hay que añadir los costes de las obras de conservación, aproximadamente 290.000 euros. Las viviendas pasarán a formar parte del parque público de vivienda de la ciudad.

Con esta adquisición se da respuesta a la reivindicación de los vecinos y las vecinas del barrio, que hace más de dos años levantaron la voz de alarma cuando se enteraron de la compra de las casas por un fondo inversor, por el peligro de expulsión que suponía para las siete familias que viven en ellas y también para proteger el casco antiguo de Sant Andreu de otro episodio de especulación.

Modelo pionero de masovería urbana mixta

Este es el primer proyecto de granja urbana mixta del parque de vivienda pública de alquiler. La granja urbana es un contrato con el que la propiedad de la vivienda cede su uso, por un tiempo determinado, a cambio de que las personas inquilinas asuman las obras de rehabilitación y mantenimiento acordadas.

En este caso, como se trata de un modelo mixto de granja urbana y alquiler que introducirá el Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB), se efectuará a través de un nuevo contrato que combinará fases de alquiler y masovería urbana con una renta mínima variable.