MOVILIDAD SOSTENIBLE

Caminar para mantener la calidad del aire en la ciudad

Una ciudadana pasea por la acera extra de Consell de Cent

Una ciudadana pasea por la acera extra de Consell de Cent / periodico

Xavi Datzira

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dicen los nutricionistas que el mayor peligro de una dieta exigente es el efecto rebote. Aplicado a la movilidad en Barcelona, el mayor riesgo que se corre después de un confinamiento que ha vaciado las calles de coches –y, por ello, rebajado la contaminación atmosférica y acústica– es que los ciudadanos tengan la tentación de volver al uso masivo del vehículo privado, en parte por miedo al contagio de la covid-19. Sin embargo, solo hay que salir al balcón para comprobar los efectos positivos que está teniendo la disminución del tráfico y, en base a ello, imaginar cómo podría ser la ciudad que surja de este paréntesis impuesto por el coronavirus: más humana, sostenible, segura y saludable.

Por eso, el Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto posicionar los desplazamientos a pie, en transporte público y en bicicleta como la movilidad prioritaria del futuro. Esto es algo que ha empezado ya, todavía en la fase cero, con la creación de itinerarios seguros para salir a pasear en los que se ha ganado espacio al coche, pero que debe continuar en las siguientes fases de la desescalada hasta desembocar en una ciudad que vuelve a su rutina habitual más consciente de la importancia de mantener e incluso reforzar sus hábitos sostenibles. “La prioridad en la pirámide de la movilidad barcelonesa tiene que ser el peatón, dado que todos y todas, con indiferencia de la manera que solemos movernos habitualmente, vamos a pie en un momento u otro. De hecho, en los desplazamientos internos, cerca de la mitad de la ciudadanía se mueve a pie”, detallan desde el Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad del ayuntamiento.

En este sentido, a pesar de la situación excepcional generada por la covid-19, el retorno a la normalidad requiere mantener los modos de movilidad sostenible como prioritarios y limitar la expansión del vehículo privado motorizado. Por salud, para no volver a superar máximos de contaminación no recomendados y también por seguridad, ya que es evidente que a menor velocidad, más seguridad. “Hay que recuperar espacios que nos permitan movernos con garantías, recuperar el espacio público que además nos permita mantener las distancias físicas de seguridad”, añaden desde el consistorio, que recuerdan que si se cumplen con los requisitos básicos de prevención e higiene en la calle no hay porque tener miedo a un contagio.

Un aire más limpio

A pesar de que la crisis generada por el coronavirus está provocando mucho dolor, también pueden salir cosas buenas, y una de ellas es una ciudad pacificada y con una mayor calidad del aire que se respira. El plan que ha trazado el Ayuntamiento de Barcelona para que el peatón vaya ganando espacio público está requiriendo llevar a cabo toda una serie de actuaciones, algunas de las cuales ya son visibles y otras se irán poniendo en marcha a medida que se aprueben las nuevas fases de la desescalada.

Por ejemplo, se ha ganado espacio al tráfico rodado para sumar 20,3 kilómetros y 81.200 metros cuadrados nuevos a la red de itinerarios seguros ya existentes, de tal manera que, junto a otras actuaciones de peatonalización, la ciudad dispone ya de unos 104.000 metros cuadrados para pasear  y hacer deporte de manera individual con total garantía. Además, se debe tener en cuenta el espacio disponible en aquellas aceras ya existentes con más de cuatro metros de ancho, que permiten mantener la distancia de dos metros entre personas.

Aceras sin motos

Son medidas especialmente pensadas para esta fase cero –ahora ampliada–en la que aún se encuentra Barcelona, pero que deben tener continuidad en las siguientes fases de desescalada y una vez se termine con ellas. Por eso, también se irán anunciando nuevas medidas a lo largo de estas semanas para reforzar la misma idea: moverse de manera sostenible tiene toda una serie de beneficios colectivos que no hay que dejar perder.

Por ello, el consistorio ha acelerado la campaña de cumplimiento de la disciplina de motos en acera, de tal manera que se pueda liberar el espacio de vehículos de dos ruedas mal estacionados, promocionando el aparcamiento en las plazas de la calzada (con unas 500 más) y en aparcamientos subterráneos. En marcha desde el pasado lunes, se calcula que se ganarán 43.000 metros cuadrados de acera para el peatón.

En este paradigma de una movilidad más sostenible y segura, que repercuta en la mejor de la calidad de vida de los ciudadanos, la bicicleta también debe jugar un papel clave para los desplazamientos a corta y media distancia. Actualmente, Barcelona dispone de más de 200 kilómetros de carriles bici y cerca de 800 kilómetros de calles pacificadas, si bien el consistorio prevé fomentar aún más su uso. Además del incremento ya operativo del servicio de Bicing con 57 estaciones más y la puesta en marcha de 21 nuevos kilómetros de corredores bici, se reforzará el carácter preferente de la bicicleta en las calles de zona 30 y se repartirán las licencia definitivas para operadores de 'bikesharing' y 'motosharing' eléctrico.

Dejar el coche

Y todo ello, además, mejorando el transporte público con el incremento de carriles bus y poniendo en marcha medidas para que el ciudadano tenga más fácil dejar el coche. Entre ellas, potenciar los aparcamientos con servicios de movilidad o aplicaciones de coche compartido. Porque Barcelona, ahora que ha visto como luce una ciudad sin un exceso de tráfico, no quiere dejar de caminar en la sociedad que surja tras el confinamiento.

El peatón gana espacio en la desescalada

El desconfinamiento empezó con la posibilidad de pasear o practicar deporte una hora al día, en las franjas horarias establecidas. Los ciudadanos salieron en masa y esto puso en evidencia la importancia que tiene el espacio público de calidad en una ciudad densa como Barcelona. Ante ello, el ayuntamiento reaccionó para que el peatón ganara espacio cerrando 44 calles al tráfico. Y el pasado fin de semana aumentó esta cifra hasta las 51 calles, que suman algo más de 20 kilómetros.