DECRETO DE EMERGENCIA CLIMÁTICA

Barcelona acelera las acciones contra el cambio climático

El Ayuntamiento transformará 200 entornos escolares en espacios seguros y saludables

Las lluvias torrenciales son uno de los efectos del cambio climático.

Las lluvias torrenciales son uno de los efectos del cambio climático. / AJUNTAMENT DE BARCELONA

M.R.P.

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Para el año 2050 se prevé que habrá cerca de 140 millones de refugiados en el mundo por motivo del cambio climático, alerta el Banco Mundial. 

El calentamiento global afectará sobre los flujos migratorios, y principalmente los habitantes de África, Asia y América Latina deberán abandonar sus hogares debido a la falta de agua, a las malas cosechas causadas por la sequía, a la elevación del nivel del mar y al aumento de las tempestades.

En Barcelona se vivirán entre cuatro y cinco olas de calor cada año, y las lluvias torrenciales comportarán el incremento del nivel del mar e inundaciones que, a su vez, harán retroceder todas las playas de la ciudad. 

Muestra de ello es el reciente temporal Gloria, que ha dañado el frente marítimo con una pérdida media del 30% de la arena de las nueve playas de Barcelona. Ahora, para reponerla, el Ayuntamiento calcula que será necesario hacer una aportación extraordinaria de 500.000 metros cuadrados de arena.

Nuestro planeta pide que actuemos de manera urgente y contundente para erradicar las causas de esta crisis global. Frente a este escenario, el Ayuntamiento de Barcelona ha respondido con el Decreto de Emergencia Climática declarado el 15 de enero de 2020, acelerando así una lista de cambios que comprometen a todos los agentes de la ciudad.

Un centenar de medidas

El máximo propósito del Decreto de Emergencia Climática es alcanzar la neutralidad de carbono el año 2050 en Barcelona. Conseguirlo dependerá mayormente de la voluntad de acelerar la acción y contribución de la ciudad en la reducción de las emisiones globales. 

Para ello, el Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto un nuevo objetivo, más ambicioso que el aprobado en el Pla Clima 2018-2030. En los próximos 10 años, la ciudad deberá reducir en un 50% las emisiones de gases con efecto invernadero respecto a los valores de 1992, lo que en cifras representa en torno a 1.950.000 toneladas de gases con efecto invernadero menos.

El camino para mitigar el cambio climático y la contaminación y mejorar la calidad del aire pasa por un centenar de medidas –elaboradas con más de 200 entidades y aprobadas por los grupos municipales- recogidas en un mismo plan con un periodo de ejecución de 5 años que, además, requiere de una gran inversión.

Hasta el 2030, el Ayuntamiento destinará un presupuesto de 563,3 millones de euros en un paquete de propuestas estructuradas en siete ejes principales, que comportan un cambio en el modelo de movilidad e infraestructuras, urbanístico, energético, económico, de consumo y residuos, de alimentación, y cultural y educativo. Además, el Decreto incluye dos adaptaciones para prevenir a Barcelona frente a un eventual empeoramiento de la calidad del aire, la salud y los recursos hídricos.

Entornos saludables

Una de las más de cien medidas contra la crisis climática es la transformación de 200 entornos escolares en espacios seguros y saludables: una acción más contra la emergencia climática.

En la actualidad, prácticamente la mitad de la exposición diaria de los niños y niñas a la polución ambiental se produce en las escuelas y en el trayecto hacia ellas. Así lo expone el científico Jordi Sunyer, jefe del programa Infancia y Medio Ambiente del Institut de Salut Global de Barcelona, centro impulsado por “la Caixa”, y añade: “Los centros ubicados al lado de vías con tránsito tienen niveles de contaminación dentro del aula idénticos al exterior”.

Es de conocimiento de todos que la contaminación ambiental afecta directamente a la salud de las personas: produce enfermedades y, en el peor de los casos, la muerte. Desde hace un tiempo, la investigación también ha demostrado efectos sobre el pleno desarrollo de los más pequeños. De hecho, estudios evidencian que los niños que crecen en ciudades con grandes niveles de contaminación no llegan a sus máximas capacidades, ya sean pulmonares o mentales.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto un plazo de 4 años para mejorar el entorno de 200 centros educativos, una veintena este 2020, a través de la ejecución de la estrategia municipal ‘Protejamos las escuelas’.

El objetivo de esta es reducir la contaminación del aire y el ruido ambiental, y disminuir la accidentalidad en las zonas de entrada y salida. Para ello, el consistorio suprimirá carriles de circulación y plazas de aparcamiento y reducirá la velocidad de la calzada. Además, creará espacios verdes como puntos de encuentro e incorporará nuevo mobiliario urbano.

Los emisores de CO2

Las ciudades son las responsables de aproximadamente el 70% de las emisiones de gases con efecto invernadero a escala mundial, derivadas del consumo de energía asociado a su actividad. En Barcelona, el transporte es el sector más contaminante (27,41%), seguido del doméstico (20,40%) y el de servicios (20,59%).

Joan Pino: «Los jóvenes están pidiendo que actuemos»

El abril de 2019 Joan Pino tomó el relieve a Javier Retana en la dirección del <strong>Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals</strong> (CREAF), centro en el que investiga desde 1997. Su larga trayectoria profesional cuenta con más de 80 publicaciones científicas.