MOVILIDAD LIMPIA Y EFICIENTE

Más bicicleta para un futuro sostenible

Ciclistas y coches en el paseo de Sant Joan.

Ciclistas y coches en el paseo de Sant Joan. / periodico

L. Benavides

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Una ciudad que se mueve en bicicleta es más segura, más sostenible, más equitativa y más eficiente. La bicicleta es la mejor idea del mundo, dicen. Bajo este original lema, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha una campaña para impulsar de una vez por todas el uso cotidiano de estos vehículos a pedales.

Esta campaña dirigida a la ciudadanía forma parte de la Mesura Estratègica de la Bicicleta, aprobada en noviembre del 2015. Su objetivo es doble: incrementar el uso de la bicicleta en un 67% y promover la convivencia entre los diferentes modos de transporte de la ciudad, mejorando la infraestructura ciclista y aclarando las prioridades en cada espacio. «Este incremento en el uso de la bicicleta supondría unos 80.000 desplazamientos más al día», apunta Silvia Esteban, técnica del departamento de movilidad y referente en materia ciclista del ayuntamiento.

CUOTA EN AUMENTO

Agarrar el manillar en la capital catalana, más allá de la práctica deportiva en fin de semana o periodos vacacionales, es relativamente reciente. El servicio público del Bicing, que produjo un importante repunte en las estadísticas de movilidad municipales, data del 2007. Tras esa experiencia, muchos ciudadanos empezaron a plantearse seriamente adquirir su propia bicicleta para moverse a diario. Ya fuera fixie, plegable o eléctricas, cada vez más visibles en la ciudad gracias a las ayudas económicas otorgados por diferentes administraciones. «En el 2011, la cuota de desplazamientos en bicicleta en la ciudad era del 1,5%. Para el 2018, esperamos un 2,5% como mínimo», añade Esteban, basándose en las previsiones detalladas en el Pla de Mobilitat Urbana (PMU) 2013-2018.

CONVIVENCIA

Las dos ruedas están en auge en la ciudad, y su encaje requiere mucha pedagogía para favorecer su coexistencia con el resto de modos de transporte. Por ello la campaña del gobierno de Ada Colau, enmarcada en el PMU 2013-2018, incluye una web con información acerca de la normativa vigente y otros aspectos de la movilidad en bicicleta (barcelona.cat/bicicleta), el reparto de folletos con información sobre cómo deben circular los ciclistas y otras acciones promocionales a pie de calle.

La normativa general para los ciclistas es clara: la bicicleta es un vehículo más, y como tal se rige por las normas de circulación de los vehículos. Esta normativa contempla específicamente la protección de los viandantes, pues son el colectivo más vulnerable. Con estas premisa como punto de partida, el Ayuntamiento incidirá durante la campaña en las normas de seguridad, como la obligación de llevar timbre y luces, y consejos como la contratación de un seguro de responsabilidad civil.

Para conseguir estos objetivos marcados por el plan de movilidad, el Ayuntamiento anuncia la mejora y ampliación de la red de carriles bici existentes. «En el 2015 teníamos unos 120 kilómetros, sumando una sola dirección, y el objetivo es llegar a los 308 kilómetros en los tres próximos años. Para ello tenemos previsto realizar unas 128 actuaciones», detalla la técnica especialista en movilidad, quien también subraya la importancia de ampliar otras infraestructuras como los aparcamientos. «El más común es el de la U invertida -continúa Esteban-, con más de 24.500 por toda la ciudad. En el 2018 serán 30.000».

SIN MALOS HUMOS

Las enormes ventajas de la bicicleta como modo de transporte habitual explican su uso extendido en muchas capitales del norte de Europa, donde el clima no es tan benigno. Para empezar, la bicicleta es mucho más ecológica, pues no emite gases contaminantes como el vehículo privado, responsable del 50% de la contaminación ambiental.

A nivel más personal, rodar cada día en bicicleta es un ejercicio muy beneficioso para la salud, ya que durante el esfuerzo se movilizan grandes grupos musculares. Además, el uso regular de la bicicleta ayuda a prevenir problemas con la hipertensión, el colesterol y la diabetes.

Aspectos relacionados con la salud y el impacto medioambiental al margen, los expertos en movilidad urbana también coinciden en señalar su rapidez como una de las mayores fortalezas. Y es que la bicicleta es imbatible en las distancias cortas, entre 5 y 10 kilómetros, de puerta a puerta.

Se gana mucho tiempo, y también se ahorra dinero. El coste del desplazamiento en vehículo privado es 10 veces superior al del transporte público y 50 respecto a la bicicleta, según los cálculos del Ajuntament. Además, los costes energéticos de construcción de una bicicleta también son mucho menores.

Otro punto a favor de las dos ruedas: el riesgo de accidente entre el coche y la bicicleta es de 100 a 2. Así, a mayor número de desplazamientos en bicicleta, menos accidentes en la ciudad.

UNA CIUDAD HUMANA

Un ciclista, detalla la campaña municipal, «ocupa 20 veces menos espacio que un automovilista, tanto parado como en movimiento» Reducir el número de vehículos motorizados en la calzada, no solo es más sostenible. Un incremento en el uso de la bicicleta puede contribuir a recuperar las calles como espacios de convivencia ciudadana y, en definitiva, a mejorar la calidad de vida en la ciudad.