Comunidad de Madrid

10 pueblos de Madrid para visitar esta Semana Santa

Seleccionamos algunas localidades para hacer turismo sin salir de la comunidad 

Prádena del Rincón

Prádena del Rincón

Eva Cantón

Eva Cantón

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

1. Prádena del Rincón 

Situado a unos 90 kilómetros al norte de Madrid y a 1.100 metros de altitud, es junto a Horcajuelo, Montejo, La Hiruela y Puebla de la Sierra uno de los cinco municipios de la Sierra del Rincón, Reserva de la Biosfera encajada entre los macizos de Ayllon y Somosierra. La suave pendiente sobre la que se levanta desciende hacia el cauce del arroyo de la Garita y entre las numerosas rutas a pie o en bicicleta destaca la Cañada de las Merinas, histórico cordel por el que se llevaba el ganado durante la trashumancia. Una senda del agua lleva a la Laguna del Samoral y otra rodea la dehesa Lomo Peral. Conviene detenerse a ver el potro de herrar, los restos del primer taller artesanal medieval de fabricación de campanas o la iglesia del siglo XII.

2. Torremocha del Jarama 

Ayuntamiento de Torremocha de Jarama

Ayuntamiento de Torremocha de Jarama / ARCHIVO

En la zona norte, en el límite con Guadalajara y a 73 kilómetros de la capital, este pueblo llano de poco más de 1.000 habitantes en la cuenca del Jarama ocupa una vega fértil en la que se cultivan viñedos, olivos y cereales. Conserva tres de los antiguos cocederos de vino y dos cuevas rehabilitadas donde se explica en qué consistían las construcciones ligadas a la producción vinícola. La iglesia de San Pedro Apóstol es uno de los escasos ejemplos de románico en la región y el Torreotón, una torre defensiva de origen romano, sugiere el uso del enclave como embarcadero. Todavía tiene una antigua fábrica de harinas y una Casa de Oficios construida en el siglo XVIII por el conde de Cabarrús, que da nombre al canal que discurre paralelo al Jarama, antigua vía de agua parcialmente destruida.

3. Batres

Batres

Batres / ARCHIVO

El atractivo de este municipio de 1.400 habitantes atravesado por el río Guadarrama, en el extremo sur de la comunidad y a 44 kilómetros de Madrid, es el conjunto histórico-artístico integrado por el castillo del siglo XV ligado a la infancia del poeta Garcilaso de la Vega. Conviene acercarse a la Huerta del Mirador, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la fuente del Chorro y la Casa del hortelano. Además, pueden verse unos secaderos situados en el entorno del Guadarrama, varios molinos y un puente sobre el Arroyo de Valdecarros, así como el paisaje arqueológico de Los Barrancos. Si se recorren sus vías pecuarias se descubrirá la peculiar geomorfología de “las Cárcavas” originadas por la erosión del agua.

4. Tielmes

Tielmes

Tielmes / ARCHIVO

En la llamada Alcarria madrileña, cerca de Chinchón y de Arganda del Rey, el casco histórico de Tielmes pasa junto al Tajuña, en cuya ribera menudean  álamos, chopos, olmos y encinas. Siguiendo el cauce del río se llega al viejo molino harinero de la Casa del Marqués o el de Cantarranas, junto a la senda ecológica de la Vía Verde. La antigua escuela rural es hoy un museo etnológico. También se puede ver el lavadero municipal construido en los años veinte del pasado siglo, la ermita de San Isidro, el emblemático puente de piedra sobre el Tajuña, del siglo XVII, o el palacio de los Condes de Pernía, casa solariega situada en un alto desde el que se divisa el pueblo. La ruta de las Fuentes y los Miradores discurre a lo largo de 10 kilómetros entre laderas y páramos.

5. Cadalso de los Vidrios

Cadalso de los Vidrios

Cadalso de los Vidrios / ARCHIVO

En la sierra oeste, a unos 80 kilómetros de la capital, este pueblo cuyo nombre se vincula a la producción de vidrio en los siglos XVI y XVII, está en la zona especial de protección de aves de los encinares de los ríos Alberche y Cofio. Destaca el enorme Palacio de Villena, Bien de Interés Cultural, construido en el siglo XV por Álvaro de Luna. Al reformarse un siglo más tarde se convirtió en ejemplo de arquitectura palaciega renacentista. Hoy es residencia privada y no se puede visitar, pero sí los jardines y el estanque. Frente al palacio está la fuente de los álamos -antiguo manantial de origen musulmán- el yacimiento de la iglesia mudéjar y la necrópolis La Mezquita. En su casco antiguo, la iglesia de la Asunción, edificada en parte con piedra de la vieja muralla árabe, y la Casa de los Salvajes, casa solariega de fachada barroca que alberga la oficina de Turismo.

6. Santorcaz

Santorcaz

Santorcaz / ARCHIVO

El director de cine Antonio Mercero lo popularizó al convertirlo en Puebla Nueva del rey Sancho en la serie de los setenta ‘Crónicas de un pueblo’. Situado a 15 kilómetros de Alcalá de Henares, tiene restos arqueológicos de los carpetanos y del castillo medieval de Torremocha, residencia de verano de los arzobispos de Toledo y cárcel de personajes ilustres como la princesa de Éboli o el cardenal Cisneros. La estructura del pueblo se mantiene intacta y conserva viviendas tradicionales, algunas de ellas blasonadas. Junto a los restos del castillo se levanta la iglesia de San Torcuato (S.XII) y en los alrededores hay restos de la muralla, de la que se conservan ocho torres y la antigua entrada principal. Cuenta con uno de los asentamientos de origen celta más grandes de la península, el ‘oppidium’ carpetano de El Llano de la Horca

7. Manzanares el Real

Manzanares el Real

Manzanares el Real / ARCHIVO

En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y a 53 kilómetros de Madrid, la localidad es famosa por su castillo, monumento histórico artístico y uno de los mejor conservados de la comunidad. Construido en el siglo XV por Diego Hurtado de Mendoza, hijo del Marqués de Santillana, sobre una ermita románico-mudéjar, en su interior se exponen tapices, pinturas y armaduras y se realizan visitas teatralizadas. Hay un huerto de plantas medicinales e industriales, cultivos y huertas con cereales, vides, hortalizas y frutos. El jardín del castillo tiene un laberinto y un palenque donde se recrean las justas y juegos de antaño. El entorno natural está dominado por el canchal de rocas graníticas de La Pedriza, ejemplo de paisaje roquedo del macizo central y Reserva de la Biosfera.

8. Buitrago del Lozoya

Buitrago del Lozoya

Buitrago del Lozoya / ARCHIVO

Este pueblo amurallado y rodeado por el río del que toma su nombre está al pie de las estribaciones de la sierra de Guadarrama y a 75 kilómetros al norte de Madrid. Un buen recorrido parte desde la plaza Picasso hacia el castillo y el jardín medieval Parque de la villa. Además, tiene un Museo Picasso con obras que el pintor malagueño le regaló a su barbero y amigo Eugenio Arrias Herranz, que decidió exponerlas en su pueblo natal. Un elemento arquitectónico destacable es el puente del Arrabal o puente viejo. Cuenta también con una estación de seguimiento de satélites artificiales y desde Buitrago salen varias rutas de senderismo que atraviesan bosques de encinas, robles y pinos típicos de este enclave serrano. 

9. Nuevo Baztán 

Nuevo Baztan

Nuevo Baztan / ARCHIVO

Poco conocido, y uno de los más recientes, este pueblo del sureste a 50 kilómetros de la capital fue fundado a principios del siglo XVIII por el noble Juan de Goyeneche y Gastón, originario de la localidad navarra de Baztán y tesorero real de Isabel de Farnesio. La villa se creó como centro agrícola y de fabricación de vidrio y tejidos y del proyecto urbanístico se encargó José Benito de Churriguera. Es buena idea empezar la visita por el Centro de Interpretación, antigua bodega del Palacio de Goyeneche, edificio sobrio alejado del estilo “churrigueresco” que fue residencia del fundador. Por sus calles se rodaron algunas películas de la era dorada de Hollywood como ‘El Zorro’ o ‘Los tres mosqueteros’.

10. Villamanrique de Tajo

Villamanrique de Tajo  torre ayuntamiento

Villamanrique de Tajo torre ayuntamiento / ARCHIVO

En la comarca de las Vegas, a 63 kilómetros al sureste de Madrid, este pueblo agrícola que no llega a 800 habitantes, es una localidad típicamente manchega de casas encaladas de blanco. El término municipal está atravesado por el canal de Estremera y en los alrededores hay cerros yesíferos. Además de visitar la iglesia parroquial o el poblado de Buenameson se puede recorrer la senda ecológica de la Ribera del Tajo, la que lleva al monasterio abandonado de las Salinas de Carcaballana o el que va hacia el Azud de Valdajos, una de las presas más antiguas de la región, construida por Carlos I en 1530.