MUERTES HOSPITALARIAS EXTRAÑAS

La Policía cree que la auxiliar del hospital de Alcalá de Henares cometió los homicidios

Compañeras de la acusada sostienen que pronunció una frase en clave que anunciaba que iba a morir alguien en esa habitación

Instalaciones del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.

Instalaciones del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. / periodico

Europa Press

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El inspector de la Policía Nacional que condujo la investigación de las muertes sospechosas en el Hospital Príncipe de Asturiasmuertes sospechosas  de Alcalá de Henares entre 2013 y 2017 ha afirmado en el juicio que tenían claro que "la persona que cometió los homicidios es la última persona que las vio con vida" en alusión a Beatriz López Doncel, la auxiliar de enfermería acusada de asesinar a dos pacientes y casi matar a una tercera.

"Nuestra conclusión es que Beatriz estaba en los tres casos investigados", ha destacado el instructor de las diligencias en las que se investigaron cuatro casos, tres de ellos mortales por embolia gaseosa masiva. 

A la conclusión llegaron tras el visionado de las cámaras que se colocaron a instancias judicial en el pasillo de la planta quinta tres detectarse casos extraños de muertes de pacientes que iban a ser dados de alta.

La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado este miércoles la segunda sesión del juicio contra López Doncel, quien se enfrenta a 40 años de prisión por dos delitos de asesinato consumado, cometidos en 2015 y 2017. Las acusaciones particulares suman a la acusación un delito de tentativa de asesinato de 2013 y reclaman prisión permanente revisable.

Incapaz de matar

En su declaración, la procesada manifestó este martes que "no sería capaz de quitarle la vida a nadie""no sería capaz de quitarle la vida a nadie", recalcando que se "dejó la piel" en el hospital cuidando a las personas y criticando que se le acuse de algo "horrible" sin tener prueba alguna.

Según su versión, su tarea era el cuidado sanitario de los pacientes y no podía coger cosas "punzantes o cortantes", a pesar de que en su taquilla y en su domicilio se halló gran cantidad de jeringuillas.

Los hechos se produjeron entre 2015 y 2017 en el Hospital de Alcalá de Henares, donde la procesada trabajaba como auxiliar de enfermería. La acusada, que tenía encomendada la tarea de cuidar a los pacientes, inyectó con una jeringuilla aire en el catéter de una de las vías venosas de dos ancianas, de 86 y 92 años.

En su declaración, el jede del Grupo de Homicidios que se encargó del caso ha explicado que a raíz de casos sospechosos se colocaron cámaras en los pasillos, determinando que la acusada estuvo en las habitaciones en las que se produjeron las muertes súbitas por embolia gaseosa.

Jeringuillas sospechosas

Además, ha señalado que en su taquilla había jeringuillas precintadas. Otra de las agentes que participó en la investigación ha relatado que en su vivienda se halló una bolsa con jeringuillas, un extremo sobre el que ayer la acusada fue preguntada por la acusación particular. Según su relato, esas agujas eran para curarse una herida que tenía en el dedo y para dar el jarabe a su hija.

La Policía procedió a detener a Beatriz tras el visionado de las cámaras colocadas al considerar que había indicios de criminalidad como autora de los hechos investigados. "Era una muerte inminente en el momento que se inyecta aire. Y vimos indicios suficientes para pensar que era ella porque solo aparecía ella en las imágenes", ha dicho uno de los investigadores.

El tribunal ha escuchado el relato de varios de los médicos que practicaron la reanimación a la víctima fallecida de 2017, quienes han confirmado que el escáner detectó "una entrada de aire masiva que se había inyectado por la vía". Los testigos han aseverado que esta presencia de aire no se puede producir de forma espontánea y produce la muerte a los 20 minutos de ser inyectada.

Los sanitarios han destacado que las víctimas iban a ser dadas de altas el día siguiente, hecho por el que les extrañó su muerte súbita. Y han contado asimismo que les llamó la atención que López Doncel quisiera estar en las tareas de reanimación y les colocara el respirador a las pacientes, algo "no habitual" en las funciones encomendadas a auxiliares de enfermería.

Una mosca mortal

También ha comparecido una de las compañeras de la acusada, quien ha señalado que poco antes de morir una de las pacientes, la acusada comentó que "había una mosca en la habitación", lo que significa en la jerga médica que va a morir alguien.

La defensa de la acusada adelantó este martes que pedirá al final del juicio la libre absolución de su clienta, dado que entiende que no hay pruebas concluyentes contra ella. El Jurado deberá determinar si inyectó o no el aire en el catéter de la vía venosa.