SINIESTRALIDAD ARTÍSTICA

Dos visitantes rompen por accidente sendas obras expuestas en el Palacio de Cristal del Reina Sofía

El museo tendrá que pagar 13.700 euros para reconstruir las piezas de la artista iraní Nairy Baghramian al no estar aseguradas

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El Periódico

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Dos visitantes de la exposición de Nairy Baghramian destruyeron el pasado agosto dos obras del montaje de la artista iraní, que estaban expuestas en el Palacio de Cristal del madrileño parque del Retiro, según publica este jueves 'El País'. Lo peor es que la rotura de esas obras, destruidas en un plazo de 10 días, costará a las arcas del Estado 13.700 euros, ya que no estaban aseguradas. 

El primer accidente se produjo el 2 de agosto a las ocho de la tarde, cuando una turista realizaba una fotografía y tropezó con una de las piezas de la artista. "El vigilante lo vio y saltó para evitar la caída sobre la obra, pero no llegó a tiempo", relata Jorge García Gómez-Tejedor, jefe de restauración del Museo Reina SofíaMuseo Reina Sofía, del que depende el Palacio de Cristal.

El informe elaborado un día después por el museo recoge la "rotura integral" de la misma. "La artista nos pidió que lo recogiéramos con urgencia porque no quería que se vieran los cristales rotos. Las obras están hechas de un material muy delicado y tuvimos que manipularlas con cuidado extremo: no me extrañaría que le hubiera pasado más veces", recuerda Gómez-Tejedor.

Para colmo de males, 10 días más tarde se produjo un nuevo percance que se llevó por delante una escultura de cristal, compuesta por cuatro unidades, que estaba situada a la izquierda de la entrada y fijada al suelo. "Mientras el vigilante informaba por teléfono al jefe de seguridad de otro incidente, una niña se sentó sobre la pieza, causando la rotura y muchos fragmentos", relata el segundo informe al que ha tenido acceso 'El País'. Menos mal que niña no resultó herida.

Mimetización peligrosa

La peculiar forma de exhibir sus obras que tiene la artista iraní fue uno de los factores que contribuyó al desaguisado. "Es pasta de cristal y una estructura de aluminio. Todo es muy delicado. Le dijimos que esto podría pasar. Eran obras muy delicadas y la artista jugó a mimetizarse con el espacio y se camufló con el espacio. Esto tampoco ayudó", admite García Gómez-Tejedor. 

En cuanto al desembolso que habrá de afrontar el Estado, será el asistente del taller habitual de la artista quien se encargará de producir de nuevo las obras. Desde el museo se explica que se firma un contrato en el que se paga la producción del proyecto específico para el espacio, pero no se asegura por las peculiaridades del lugar de exhibición, expuesto a múltiples contingencias. Cualquier obra de las otras sedes del Museo Reina Sofía está asegurada, salvo todo lo que se monte en el Palacio de Cristal.