Poblado chabolista

Las 25 familias del Gallinero serán distribuidas en nueve distritos

Voluntarios critican el "circo mediático" y la "falta de planificación" de la escolarización de los menores

DESMANTELAMIENTO POBLADO DE "EL GALLINERO"

DESMANTELAMIENTO POBLADO DE "EL GALLINERO" / pmv

El Periódico / Agencias

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las 25 familias del poblado chabolista del Gallinero serán distribuidas en pisos y recursos compartidos de nueve distritos de la capital, y contarán con una comisión que seguirá su evolución e integración en los nuevos barrios.

Este martes, a las 14.00 horas, las máquinas han comenzado a derribar las infraviviendas, empezando por el local dedicado a la iglesia y otro al bar. Una operación durará hasta el jueves.

La delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo del Ayuntamiento de Madrid, Marta Higueras, y la consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad, Rosalía Gonzalo, han asistido este martes al comienzo de los trabajos de desmantelamiento, ya que ambas administraciones firmaron un convenio de colaboración.

De hecho, esta actuación estará financiada al 50% entre ambos gobiernos e incluye también el acompañamiento social de estas familias para facilitar su proceso de integración en sus nuevos hogares y la limpieza y restauración de la zona donde se han asentado estas familias desde hace más de una década.

El Gallinero está situado en el distrito de Villa de Vallecas, a la altura del kilómetro 12 de la A-3. Sus orígenes se remontan al 2006, año en el que se detectó el asentamiento de alrededor de 16 familias procedentes de los campamentos de Canteros, que fueron instalándose en las ruinas de un antiguo gallinero.

La mayor parte de las 85 personas que habitan en la actualidad este asentamiento son de origen rumano y mantienen estrechos lazos con su país de origen, al que muchos viajan frecuentemente. Son 39 hombres y 46 mujeres, y 43 menores. Además, la mayoría de sus miembros comparten características como falta de documentación básica, escasa formación laboral y poco dominio del idioma español.

El convenio señala que el Ayuntamiento gestionará un primer alojamiento provisional de los habitantes del poblado que permita derribar las chabolas y comenzar los trabajos para la restauración del territorio al medio natural. En una segunda fase, la Comunidad, a través de la Agencia de Vivienda Social, adquirirá las viviendas necesarias para realojar a las familias que se le asignen en régimen de alquiler.

Alojamientos supervisados

Teniendo en cuenta las circunstancias de sus 85 habitantes, el proceso de realojo de cada familia dependerá de sus características socio-familiares, capacidad económica, arraigo y proceso de inclusión social. En función de estas variables, una de las opciones será la de proporcionar una vivienda independiente para la familia, que tendrá que responsabilizarse de su cuidado y del pago de la renta fijada o de otros gastos habituales.

Por otra parte, en los casos en los que se detecte una mayor necesidad de acompañamiento, se garantizará a estas personas el acceso a una prestación de alojamiento alternativo, temporal y supervisado por los servicios sociales, que colaborarán a su integración en el nuevo entorno. Una vez se constate que este proceso de integración se desarrolla positivamente, se facilitará el acceso de estas familias a una vivienda pública.

Concretamente, según ha informado el Ayuntamiento, 13 familias pagarán un alquiler en una vivienda de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS). Estas personas cuentan con experiencia anterior en vivienda y una previsión de empleabilidad alta a corto plazo. Además, algunas ya tienen ingresos estables por trabajo, subsidios por desempleo o Renta Mínima de Inserción. Estas familias van a contar con acompañamiento social en su proceso de inserción.

Otras once familias se trasladarán a un alojamiento alternativo en viviendas compartidas, que estarán supervisadas por la entidad ACCEM. Estas familias aún necesitan apoyos para mejorar la relación entre sus miembros, regularizar su situación administrativa, realizar una inserción formativa y laboral y adquirir habilidades que favorezcan un futuro en una vivienda social de alquiler. Una última familia ha sido alojada en un recurso municipal de personas sin hogar.

Menos familias que en julio

Las familias a realojar se han reducido de 35 en julio a las 25 actuales porque ha habido una reagrupación familiar, que se da cuando uno de los miembros de la pareja es menor de edad con hijos o se encuentra en prisión.

Asimismo, otros residentes han optado por regresar a su país de origen, por lo que se ha realizado una coordinación con los servicios sociales de Rumanía para apoyar el proceso de retorno. En otros casos, varias familias siguen en proceso de valoración, ya que se desconoce algunas de sus circunstancias, como falta de documentación básica, ingresos económicos y otros datos.

"Derechos humanos"

Higueras y Gonzalo han realizado una pequeña visita por el poblado. Higueras ha destacado que "es un gran día para los Derechos Humanos" y ha agradecido también el trabajo de la Comunidad y de la Embajada de España en Rumanía.

Ha explicado que el desmantelamiento se ha consensuado con las familias, y casi todas están "muy contentas" con el realojo, que "se adaptará a cada tipología familiar". No obstante, algunas mujeres se han quejado a los periodistas que les gustaría quedarse en el poblado porque les gusta su tipo de vida y convivencia, ya que con el traslado perderán la relación diaria con compañeros.

Por su parte, Gonzalo ha destacado la importancia del acuerdo entre ambas administraciones, "que hoy se pone en marcha sobre el terreno y nos va a permitir trabajar de la mano con el Ayuntamiento, cada uno dentro de sus respectivas competencias, para eliminar definitivamente este asentamiento y mejorar drásticamente las condiciones de vida de sus habitantes".

"Hoy es el día de los Derechos Humanos porque era una situación insostenible de desigualdad. Es una día de celebración y de inicio de un trabajo de dignidad en la vivienda y en la vida", ha añadido.

La consejera también ha querido poner en valor el trabajo de los técnicos de la Comunidad, que trabajan desde el 2009 en la zona en actuaciones de acompañamiento social que han permitido recopilar y elaborar la información sobre el censo de sus habitantes, "que ha sido la base imprescindible para que hoy podamos empezar a escribir el epílogo de uno de los últimos poblados chabolistas de la capital".

Críticas por el "circo mediático"

Durante la visita de los políticos, varios voluntarios han criticado el "circo mediático" montado por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y gritado "vergüenza, vergüenza" al paso de la consejera, la concejala y sus respectivas comitivas, que no se han parado a atender sus quejas.

Sí lo ha hecho el concejal socialista Ignacio de Benito, que ha alegado que él desconocía lo que se había montado en El Gallinero. El voluntario Jorge Fernández y el cura de la parroquia San Carlos Borromeo, Javier Baeza, han criticado que los niños que llegaban de clase hayan visto cómo derribaban las chabolas donde vivían y también la "falta de planificación" de su escolarización futura, ya que han empezado las clases en su centro actual y ahora tendrán que cambiarse a una escuela en sus nuevos barrios.

"Llevamos 12 años integrando al colectivo a ver si conseguíamos un trabajo inclusivo, como nos prometieron. Pero lo de hoy ha sido vergonzoso. Nos lo podíamos esperar del PP pero no de Ahora Madrid. Ahora estigmatizarán a las personas que lleguen a los nuevos barrios, sobre todo a los niños. No se ha respetado su intimidad", ha criticado Fernández.

Por su parte, Baeza ha reprochado a los políticos que hayan llegado al poblado "para hacerse la foto" cuando "no lo han pisado en su vida". "Han montado un numerito cuando aquí han maltratado a todo el mundo. Cuando hemos llegado el poblado estaba tomado por la Policía y han comenzado a derribar cuando han llegado los niños", se ha quejado.