¿Cuánto cuesta grabar el anuncio de la Lotería de Navidad?

El anuncio de la Lotería de Navidad siempre ha sido uno de los spots televisivos más esperados cuando llegan estas fechas. Su creación, rodaje y emisión siempre ha tenido un coste elevado. Las campañas más baratas se realizaron con la pandemia del coronavirus, pero ha habido años donde el presupuesto ha sido de hasta tres millones de euros como en los sorteos de 2017 y 2018, con un importe de 3 y 2,2 millones de euros, respectivamente.

Antes, en 2013, el gasto fue de 1,1 millones; mientras que en 2014 fue de 1,9 millones. Al año siguiente, en 2015, el desembolso volvió a dispararse un millón más, hasta casi tres millones de euros, reduciéndose en 2016 a 800.000 euros; cifra que se repitió en 2019.

Lejos quedan los tan modestos como modestos anuncios del 'calvo de la lotería', personaje interpretado por el actor Clive Arrindell, quien desde 1998 hasta 2005 contribuyó a que este tipo de campañas ganasen notoriedad por medio de su lema "Que la suerte te acompañe". Según recoge El Mundo, entre 2009 y 2018, Loterías del Estado destinó más de 166,2 millones de euros a este tiopo de producciones.

Los mejores anuncios de la historia de la Lotería de Navidad [Pub. programada]

Tres millones y medio de euros

Ahora bien, el primer puesto de esta clasificación se mantiene indiscutido desde hace ya más de una década. Fue en 2012 cuando, en plena crisis económica, el coste de 'La Fábrica de los sueños' alcanzó una suma total de 3,5 millones de euros. Sucedió durante el mandato de Mariano Rajoy, y dicho presupuesto fue destinado tanto a la ejecución como a la producción del cortometraje; trabajo que quedó en manos de la empresa Grey, empresa que trabaja principalmente en Barcelona y Madrid.

Protagonizado por los 'cazadores de sueños', este relato de fantasía tuvo una duración de dos minutos y medio y contó con multitud de efectos especiales, además de la icónica banda sonora 'Ice Dance', compuesta por Danny Elfman –la misma que se empleó en el filme de 'Eduardo Manostijeras'. En él se contaba la historia de estos empleados, encargados de recoger las ilusiones de los apostantes –entre los cuales figuraban una mujer embarazada, un trabajador de peaje o unos marinos en alta mar– y colocarlas en un bombo.