Ricky encuentra el éxito (y la felicidad) en Cleveland

El base de los Cavs se exhibe en el Madison ante los Knicks con 37 puntos, su récord de anotación en la NBA

En su quinto equipo en 10 años, el jugador catalán vive el mejor momento de su carrera

Ricky

Ricky / Twitter NBA

Luis Mendiola

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Ha sido un proceso largo y lleno de altibajos desde que, a mediados del 2011, se despidió del Barça y aterrizó en los en Minnesota Timberwolves como un ídolo adolescente en busca de la gloria. Pero en ese largo camino, complicado por dos graves lesiones y varios traspasos, Ricky Rubio parece haber dado, al fin, con la llave del éxito y también de la felicidad. Lo ha logrado donde menos lo esperaba: en Cleveland, el quinto equipo en sus 10 años en la NBA, en el que nadie creía hace un mes escaso, cuando arrancó la nueva temporada, y al que se incorporó con escasas expectativas y con la idea de acabar su contrato y regresar a Europa rondándole la cabeza.  

«Creo que ha sido una de los mejores noches en los 10 años que llevo en la liga y me siento muy feliz por eso», admitió sonriente Ricky después de firmar una actuación descomunal, rubricada con 37 puntos y 10 asistencias, con la que ayudó a los Cavs a superar a los emergentes New York Knicks (109-126) y situar a Cleveland con un balance de 7-4 en este inicio de temporada, que invita a soñar.

«Locura de Rubio en el Garden ahora mismo», tuiteó LeBron James para sus más de 50 millones de seguidores en medio del recital de Ricky, dándole crédito al base de El Masnou que estuvo en todas las quinielas del verano para reforzar sus Lakers, antes de que la incorporación de Russell Westbrook hiciera saltar todos los planes y lo empujara hacia Cleveland, un equipo en reconstrucción, donde volver a empezar de cero y al que llegó sin muchas ganas. «Estoy un poco cansado de tantos cambios», dijo tras su traspaso.

Después de una primera etapa de cierta estabilidad en Minnesota (del 2011 al 2017), Ricky entró en una rueda de traspasos que lo llevaron, primero a Utah Jazz (2017-2019), después a los Phoenix Suns, donde pareció que podría asentarse, aunque volvió a entrar en otro traspaso que lo llevó de vuelta a Minnesota en el 2020, y tras un curso aciago, salir en dirección a Cleveland. «Estoy un poco cansado pero llevo diez años en la NBA y sé cómo funciona. Todo lleva tiempo a un jugador como yo al que le gusta la estabilidad, sobre todo ahora que tengo una familia que fuera de la cancha también la necesito», valoró.

Mejora en el tiro

Su actuación, seguramente, no provocó ninguna sorpresa entre los aficionados europeos, que saben de su talento. Sin ir más lejos, Ricky firmó 38 puntos ante EEUU en los cuartos de final de Tokio 2020 en agosto. Detrás había muchas horas de trabajo con Raúl López. Pero los aficionados norteamericanos no conocían su perfil más determinante. «Después de mi mejor verano con la selección quería seguir al mismo nivel y creo que me ha adaptado bastante bien al rol de salir del banquillo. He encajado bien después de las conversaciones con Bikerstaff», destaca Ricky. «Después de los Juegos, estuve trabajando para ajustar mi juego a los cambios que se están produciendo en la NBA. Ahora los bases parece que toman más triples y más tiros. Estoy adaptándome, trabajando en eso y el trabajo da sus frutos y esta noche fue una de esas noches», explicó tras el encuentro. 

Los 37 puntos, en una serie de 8 triples de 9 intentos, consagraron a Ricky en el Madison, el templo baloncestístico de Nueva York, y mejoran la marca que tenía en la NBA con 34 puntos que logró con los Jazz en el 2018 ante los Spurs. Ricky se convierte así en el primer jugador en la Liga con al menos 35 puntos, 10 asistencias y 8 triples saliendo desde el banquillo. 

El base de los Cavs confesó, en la sala de prensa, que su trayectoria en la NBA no ha sido la esperaba. «Llegar aquí ha sido todo un proceso físico y mental. Cuando llegué, lo hice con mucha confianza, pero me rompí la rodilla en mi primer año, en el cuarto año tuve una operación de tobillo, después problemas personales…», explicó. «Quizás ha sido un proceso más largo del que la gente esperaba, pero al final cada uno tiene su camino. No hay un momento exacto. Pero ahora estoy en un momento de mucha confianza», apuntó para destacar como clave su paso por los Jazz de Quin Snyder, y el verano del 2019 en el Mundial con España. «Me permitió consolidarme como una gran estrella con la selección después de muchos años no estando a la sombra, pero sí ayudando a muchos jugadores a brillar individualmente».

Ricky también crédito a su trabajo en la selección. «He crecido con ellos. Ha sido un honor y he aprendido de los mejores y he tenido la suerte de jugar con jugadores históricos y conseguir cosas importantes. Es verdad que la carrera de un jugador es individual, pero la selección me ha ayudado muchísimo. Mi conexión con Scariolo es muy buena y este verano me ha ayudado a tener más confianza en Cleveland».