LEYENDA DE LA NBA

El orgullo de los Boston Celtics

Con 17 títulos alzados, el conjunto de Massachussets lleva 12 años sin ganar.

Ahora han demostrado que juegan un muy buen baloncesto pero con muy poca consistencia.

Boston Celtics

Boston Celtics / USA TODAY / NELL REDMOND

Carlos Abadía Luque

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Si hay algo que define a Boston Celtics es su carácter ganador. Garra, entrega y sacrificio son valores arraigados en los equipos de la franquicia de Massachusetts, valores que les han catapultado al podio NBA. Con 17 títulos alzados, los mismos que sus eternos rivales, Los Angeles Lakers, el equipo atraviesa una racha de 12 años sin ganar. 

La última vez que se descorchó el champan en Boston, Barack Obama aún no se había convertido en el primer presidente afroamericano de la historia de EEUU, Fidel Castro justo había dejado su carrera política a un lado y Michael Phelps pasaba a la historia tras ganar 8 medallas de oro en los Juegos de Pekín 2008.

Años de ensueño

Y atrás quedaron esos años de ensueño, con Rondo, Allen, Pierce y Garnett repartiendo lecciones de baloncesto a todo el planeta noche tras noche. Al año siguiente los Magic de Dwight Howard les mandaron para casa en las Finales de Conferencia, y al otro, en 2010, perdieron en el séptimo partido ante los Lakers de Kobe y Pau. Desde ese partido, Boston no ha vuelto a jugar en unas finales.

Tras deshacer el equipo que les había hecho campeones, enviando a Paul Pierce y Kevin Garnett a Brooklyn en uno de los peores 'trades' de la historia para los neoyorquinos, Boston comenzó un nuevo proyecto. Despidieron a un Doc Rivers que había pasado sus 10 últimos años en el banquillo de los Celtics y le dieron los mandos del equipo a un entrenador universitario sin experiencia NBA, Brad Stevens.

Los 'rookies'

Con los 'picks' surgidos del traspaso de sus estrellas y los propios ganados a pulso por haber sido uno de los peores equipos de la NBA (25-57 en la primera temporada de Stevens) los Celtics fueron escogiendo 'rookies' a su antojo. El primero en llegar fue Marcus Smart, actual corazón del equipo verde.  A este le siguieron nombres como Terry Rozier y Jaylen Brown. El equipo, con sus nuevas piezas y ya adaptado al sistema de Brad Stevens, consiguió llegar hasta las Finales de Conferencia en la temporada 16-17 (4-1 contra los Cavs). Eran buenos tiempos para Boston. Parecía que la reconstrucción se había conseguido en un periodo de tiempo corto y los Celtics volvían a competir. 

En el 'draf' de 2017, siendo ya un equipo competitivo y con Stevens consagrado como uno de los mejores entrenadores de la Liga, Boston escogió un supertalento llamado Jayson Tatum. El jugador procedente de la Universidad de Duke consiguió promediar en su primer año 14 puntos por partido en temporada regular, y se fue hasta los 18 en play-off. Aun así, la presencia de Tatum no fue suficiente y sus andaduras acabaron cuando se cruzaron con los Cavs de Lebron, que en el séptimo partido de las Finales de Conferencia firmó una de sus actuaciones estelares para dejar a Boston a las puertas de las Finales. 

El fallo de siempre

Y hasta aquí ha llegado Boston Celtics. El equipo que parecía que volvía a aspirar a ganar el anillo se estrella siempre en los play-offs. En la temporada 18-19, ya con Irving jugando los play-off (se los había perdido el año anterior por lesión), los Bucks de Antetokuonmpo fueron sus verdugos. Y el año pasado en la 'burbuja', cuando parecía que eran los máximos candidatos estando fuera los Bucks, Miami les dio una lección de juego y los eliminaron 4-2. Otra oportunidad perdida.

El debate

Existe debate en Boston. Jayson Tatum y Jaylen Brown son grandes jugadores, superestrellas de la Liga. Han demostrado ser capaces de jugar un muy buen baloncesto, pero con poca consistencia. El equipo es tan capaz de encadenar 10 victorias seguidas como de perder contra equipos de la parte baja de la tabla. Y un equipo que no es sólido lo acaba pagando en las eliminatorias.

Quizás una tercera super estrella les vendría bien para acabar de completar el equipo y dar un paso adelante en su lucha por ser un 'contender' real. La incorporación de un pívot dominante es la pieza que le falta a un equipo que tiene casi todo para luchar por el anillo. Mientras tanto, Jayson y Jaylen tendrán que ingeniárselas para llegar lo más alto posible. La pregunta es: ¿podrá esta dupla revertir la situación de los últimos años y llegar a darle otro título a Boston?