HISTORIAS DE LA NBA

Los Lakers, bajo el volcán

Rob Pelinka, responsable en los despachos de los Lakers, en primer plano, junto a Frank Vogel, en la presentación del técnico esta semana

Rob Pelinka, responsable en los despachos de los Lakers, en primer plano, junto a Frank Vogel, en la presentación del técnico esta semana / periodico

Luis Mendiola

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La presentación a principios de semana del nuevo entrenador, Frank Vogel, debía ser un acto ilusionante, un punto de inflexión. No ha sido así en Los Angeles Lakers, cuyos tiempos de púrpura y oro han quedado atrás (el último anillo llegó en el 2010, con Kobe Bryant y Pau Gasol en el equipo).Vogel, con un palmarés más que discreto (dos finales del Este con los Pacers son su techo) se presentó ante los medios como un muerto viviente, en descripción hiperbólica de uno de los periodistas de Los Angeles Times. Y entre las cuestiones que se le plantearon surgió si el fichaje de Jason Kidd como su ayudante era el inicio de la cuenta para atrás para su relevo. A lo que el nuevo técnico angelino solo pudo que soltar una risa forzada.

La travesía por el desierto para una de los clubs de referencia de la NBA no tiene fin: son seis las temporadas fuera de los ’play-off’ y la franquicia ha pasado de tener hechuras de superproducción hollywoodiense a convertirse en carne de culebrones, con despidos, acusaciones públicas, luchas de poder y sobre todo mucha frustración, reflejada en la reciente manifestación de protesta de aficionados a las puertas del Staples Center.

La llegada de Lebron James en verano invitaba al optimismo. Pero el batacazo ha sido mayúsculo. Su lesión durante 18 partidos partió el equipo tanto como las posteriores bajas (Ingran, Lonzo Ball, Kuzma...). El fracaso en las negociaciones para traer a una estrella como Anthony Davis o Paul George en febrero dinamitó además la confianza de un vestuario. Pero nada comparado con lo que estaba por venir.

La dimisión sin previo aviso de Magic Johnson, máximo responsable deportivo, después de un año frustrante ha acabado de desatar la caja de los truenos.  La destitución del técnico Luke Walton, las calabazas de Tyronn Lue y de Monty Williams para relevarlo (Vogel ha sido la tercera opción) y, sobre todo, la entrevista de Magic en televisión horas antes de la presentación de Vogel, han pintado las oficinas de los Lakers como el camarote de los hermanos Marx.

Un paso al lado

“Todo iba en la buena dirección”, explicó Magic en la ESPN, “hasta que empezaron a llegarme voces de que Rob (Pelinka, su ayudante, y agente durante años de Kobe Bryant) iba diciendo que yo no trabajaba duro y que nunca estaba en la oficina”, explicó. “Después tuve que controlar a los hermanos Buss, Joey and Jesse (los hijos del propietario fallecido) que querían más poder. Les dije que no me importaba. Son buenos chicos, los quería ayudar. Pero pensaban que debían estar en posiciones de general mánager o presidente. Y la gota que derramó el vaso fue mi decisión de despedir a Luke Walton. El vicepresidente Tim Harris se opuso.  Así que pensé: si no tengo poder de decisión, doy un paso al lado”, remató. Pelinka, simplemente, ha dicho que nada de eso es verdad.

Magic dimitió a principios de abril, poco antes de que concluyera la temporada de los Lakers, sin avisar previamente a la propietaria Jeanie Buss con quien siempre ha asegurado que mantenía una relación de hermana. Tampoco le dijo nada a la estrella del equipo, Lebron James, según reconoció dolido el propio jugador. En una entrevista con el Times, Magic dejó entrever también que Jeanie se deja influenciar por demasiadas voces: su íntima amiga, Linda Rambis, ejecutiva desde hace muchos años de los Lakers; su marido, Kurt Rambis, que ejerce de asesor del club, incluso por la opinión de su exmarido, el técnico Phil Jackson.

Pelinka es quien, de momento, ha dado un paso para asumir el cargo de Magic. Fue quien estuvo al lado de Vogel en la presentación y quien deberá pelearse por algunos de los muchos agentes libres que saldrán este verano al mercado (Anthony Davis, Kevin Durant, Kawhi Leonard, Klay Thompson, Kemba Walker...) que podrían cambiar la caída libre de los californianos. En caso contrario, es probable que acabe convirtiéndose en otra de las víctimas de una crisis que parece no tener fin.