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Dirk Nowitzki, el europeo que cambió la NBA, anuncia la retirada

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Carles Planas Bou

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"Este es mi último partido en casa". A pesar de ser un secreto a voces, la confirmación del adiós de Dirk Nowitzki dolió en lo más profundo a los aficionados de los Dallas Mavericks. Conscientes de la leyenda que se desplegó ante sus ojos, el American Airlines Center rindió homenaje al emblema de su franquicia, el hombre que llevó a los tejanos a lo más alto de la elite baloncestística mundial y que cambió la forma de entender la NBA.

Dirk no es únicamente el mejor jugador europeo de la historia, sino también una de las caras del baloncesto moderno. En una época en la que los hombres grandes dominaban el poste, Nowitzki se destapó como  un prodigio versátil que tanto podía anotar en la pintura como, especialmente, fusilar al rival desde la línea de tres puntos. Así, patentó su icónico 'fade-away', el tiro en suspensión a una pierna que, con sus 2,13 metros, se convirtió en un movimiento imposible de frenar para una defensa que, perdida en su agilidad de bailarín, terminaba desquiciada.

Con 21 temporadas en su espalda, 'Robin Hood' — como le apodó el eterno Andrés Montes — se despide con un palmarés único: campeón de la NBA y mejor jugador de las finales en 2011, mejor jugador de la liga (MVP) en el 2007, 14 veces All-Star, 12 veces en los mejores quintetos y sexto máximo anotador de la historia con 31.510 puntos.

La estrella tapada

Nacido en Würzburg, Alemania, el 19 de junio de 1978, Nowitzki llegó a la NBA en 1998 como un tapado tras jugar en la Segunda División alemana. Larguirucho, delgado, de pelo rubio y origen poco baloncestístico, pocos confiaron en un chico que llegó a plantearse el regreso a su país natal. "Mi preocupación era que fuese demasiado buena persona para ser un 'killer'", confesó Donnie Nelson, entonces asistente a entrenador del equipo.

Todo eso cambió en la temporada siguiente, cuando Mark Cuban adquirió los Mavericks y Dirk multiplicó su juego. A sus 40 años, el prodigioso ala-pívot alemán ha puesto punto y final a su fulgurante carrera con un último partido ante los suyos para enmarcar. Aunque el físico de Nowitzki ya no le permite la productividad de sus días dorados, celebró  su adiós con un partidazo ante uno de sus mayores rivales históricos.

El último partido

30 puntos, ocho rebotes y tres asistencias para batir por 120 a 109 a unos Phoenix Suns que ya quedan muy lejos de aquellos maestros del 'run&gun' que de la mano de Steve Nash maravillaron al mundo. Con esos 30 puntos, además, Dirk superó a Michael Jordan como jugador más veterano en alcanzar esa cifra. Humilde y alejado de la fama mediática que alimenta el ego de otras estrellas de la NBA, durante años Dirk se batió al máximo nivel con equipos míticos de la espinosa Conferencia Oeste como los San Antonio Spurs de Tim DuncanTony Parker y Manu Ginóbili, los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal primero y con Pau Gasol después, los Houston Rockets de Tracy McGrady y Yao Ming, los Oklahoma City Thunder de Kevin DurantRussell Westbrook James Harden o los ya mencionados Suns de Nash Amare Stoudemire. Tarde o temprano, todos ellos sucumbieron en alguna ocasión ante el infalible repertorio de movimientos y tiros de media distancia del alemán.

La conquista de la NBA

Superar todas estas leyendas no fue nada fácil. Tras un fracasado intento de llegar a la cima con el 'Big Three' formado junto a Steve Nash y Michael FinleyDirk consiguió llevar a dos equipos más modestos a las finales de la NBA. En el 2006 el alemán se consagró como superestrella de la liga en unos 'play-off' donde promedió 27 puntos y 12 rebotes, alzándose como una resurrección de Larry Bird.

Sin embargo, esos números no fueron suficientes y terminó siendo derrotado en la fase final por los Miami Heat de un jovencísimo Dwayne Wade, quien también se despide esta temporada de las canchas. Tras consagrarse como MVP la temporada siguiente y volver a fracasar en la postemporada, Dirk aprendió de sus errores.

Los recuerdos ante los Lakers

En un nuevo 'tour de force' personal y escudado por los veteranos Jason Kidd y Jason Terry, en el 2011 destrozó a los Lakers, vigentes campeones, y se plantó en las finales. De nuevo, tenía a los Heat en frente, pero esta vez al temido triunvirato formado por Lebron James, Wade y Chris Bosh.

Contra todo pronóstico, Nowitzki remontó un segundo partido apoteósico y se sobrepuso a los 38,5 grados de fiebre para empatar la serie 2 a 2. Antes de ese encuentro, Lebron y Wade se mofaron de la tos del alemán, pero la arrogancia del 'Rey' se cobró muy cara. Dirk ganó los tres partidos siguientes y lideró a los Mavs a su único anillo.

En un partido de despedida cuyo resultado fue lo de menos, Dirk ha pasado el relevo al alero esloveno Luka Doncic, clave en la victoria de los Mavs con 21 puntos, 16 rebotes y 11 asistencias, su octavo triple doble del curso.  Renovados para el futuro con 'Wonderboy' y el letón Kristaps Porzingis, los de Texas juran lealtad al legado de Nowitzki y marcan los pasos a seguir: un baloncesto con clase, honesto, leal a sus colores y sin aspavientos. El estilo con el que, hace 21 años, ese joven y tímido alemán cambiaría para siempre el destino de los Dallas Mavericks. "Gracias, ha sido un viaje increíble".