LES CORTS

Los pasteles de Harry Potter

Un bar inspirado en la saga de Rowling surge de la experiencia de su dueña en la Unesco

Ambiente 8Interior del Pudding Coffee Shop de la Diagonal.

Ambiente 8Interior del Pudding Coffee Shop de la Diagonal.

ANNA ROCASALVA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si tuviésemos el Mapa del merodeador de Harry Potter, nos revelaría una nueva entrada secreta a Hogwarts. Porque la puerta al mundo mágico de J.K. Rowling está más cerca de lo que pensamos, concretamente en la avenida Diagonal, 515, donde el cliente del Pudding Coffee Shop encontrará un local de tres plantas que satisfará a su niño interior.

El Sauce Llorón se eleva desde el sótano, donde se encuentra el Gran Comedor con las banderas de Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin. En la planta principal, una pintura mural de Hogwarts da la bienvenida al visitante mientras le envuelve un delicioso olor a pastel recién hecho.

Y en la planta de arriba hay una biblioteca "llena de libros clásicos y algún que otro misterioso", comenta Ana Egea, fan de la saga y clienta asidua. Pero el Pudding Coffee Shop es mucho más que un bar temático. "Es un proyecto personal y emocional -dice su dueña, Kamela Koughouli- . Es un conjunto de mis vivencias, mi historia".

DESDE NUEVA YORK

Koughouli se mudó de Nueva York a Barcelona para implantar una delegación de la Unesco, donde trabajaba elaborando proyectos educativos. Aquí se dio cuenta de la falta de espacios que potencien la creatividad de los niños y decidió, con su hija, crear el concepto de los Puddings Coffee Shops. El primero de ellos ambientado en el País de las Maravillas, en la calle Pau Claris, y el segundo, basado en Harry Potter y abierto hace 15 meses, en Les Corts.

"Hemos ido a los dos Pudding para mi cumpleaños y me han encantado!", exclama Noa Grau. "Y la comida y el trato es inmejorable", añade la madre de la cumpleañera. Y es que el secreto para tan suculentos pasteles es que se preparan cada día a las cuatro de la mañana. "Todas las recetas son propias -explica la propietaria-. Para ello pasé ocho meses en un laboratorio de un amigo pastelero de Nueva York".

ASIGNATURA PENDIENTE

Pero lo que más enorgullece a Koughouli es contratar personal sin experiencia o en riesgo de exclusión social, "como mujeres mayores de 50 años que, con la crisis, nadie quería contratar". "Y al terminar el año la empresa reparte el 10% de los beneficios entre los empleados", agrega la cocinera, Claudia Feris.

Koughouli ha intentado aplicar su experiencia de proyectos educativos de la Unesco en fiestas y talleres que organiza en los Puddings sobre ciencia, historia y lingüística. Aunque, confiesa, sin demasiado éxito. "Queríamos llamar la atención de las familias, pero hemos despertado un fenómeno friki", añade. Las fiestas que triunfan son las relacionadas con aspectos más lúdicos como el reto de hallar la Piedra Filosofal.