UNA HISTORIA DE LES CORTS

La Maternitat, el refugio de huérfanos y madres solteras

El antiguo complejo sanitario de la Travessera de Les Corts se construyó en varias décadas según surgían necesidades

Pabellones y jardines  8 El recinto acoge la Conselleria de Salut.

Pabellones y jardines 8 El recinto acoge la Conselleria de Salut.

ANNALISA PALUMBO / BARCELONA

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El recinto de la Maternitat (Travessera de Les Corts, 131) es un antiguo complejo hospitalario construido entre 1883 y 1957. «La antigua inclusa situada en la el Raval no era suficientes para acoger los más de 600 expósitos que cada año nacían en la ciudad», explica Eva Gimeno, coautora del libro La Casa de Maternitat i Expòsit.

La Diputació compró la masía de Can Cavaller y el arquitecto Camil Oliveras diseñó el proyecto de las nuevas instalaciones, distribuyendo los edificios de forma independiente según cánones de higiene muy avanzados. Después de su muerte, otros arquitectos continuaron el proyecto. Por problemas de presupuesto, los edificios de la Maternitat fueron levantados en varias fases, según la urgencia de sus funciones.

«Entre 1889 y 1919 se edificaron los pabellones del lado sur, construidos en ladrillo visto y decorados con cerámica policromada. Son una síntesis de estética y funcionalidad», sigue Gimeno. Los primeros cinco pabellones cumplieron las funciones inaplazables: lactancia, acogida de huérfanos, aislamiento para enfermedades infecciosas y lavadero.

Entre 1908 y 1928 se dotó el recinto de un depósito de cadáveres, la cocina y el horno de pan. «Un sistema de galerías subterráneas se utilizaba para llevar la comida a los distintos edificio-explica Gimeno- ya que la cocina está situada en el medio del conjunto». Entre 1915 y 1942, se construyeron los pabellones Rosa y Blau, obra de Joan Rubió y Josep Goday. «En el primero se ubicaban las madres no casadas, convenientemente separadas de las mujeres con cónyuge, alojadas en el segundo», explica Gimeno.

A lo largo de los años se han ido añadiendo pabellones hasta que, poco a poco, las funciones del recinto se trasladaron en unos edificios de Vall d'Hebron y la Maternitat quedó casi abandonada, a pesar de haber sido una institución a la vanguardia, provista de sala de esterilización, quirófanos, sala de cuidado de bebés y hasta un solárium artificial para niños con tuberculosis.

En los 80, se efectuó la reforma de algunos pabellones y en 1998 sus jardines se abrieron al público. Los edificios acogen ahora una escuela y la Conselleria de Salut, entre otros.