un vecino de les corts... Quique Guasch

"La vida en la calle nos hacía sentirnos dueños del barrio"

<b>Allí donde Les Corts limita con Sants y el Eixample </b>nació el periodista deportivo Quique Guasch. Frente a la Modelo residió 44 años, antes de mudarse a unas calles más allá de la avenida de Josep Tarradellas. «Aquí son indios, pero de una tribu diferente a la de mi niñez».

Entença El campo de fútbol de los clubs del barrio«QUIEN TRAÍA LA PELOTA, ELEGÍA EQUIPO», REMEMORA GUASCH EN LOS JARDINES DE JOAQUIM RUYRA, ANTIGUO CAMPO DEL CATALUNYA-LES CORTS.

Entença El campo de fútbol de los clubs del barrio«QUIEN TRAÍA LA PELOTA, ELEGÍA EQUIPO», REMEMORA GUASCH EN LOS JARDINES DE JOAQUIM RUYRA, ANTIGUO CAMPO DEL CATALUNYA-LES CORTS.

CARME ESCALES
BARCELONA

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el barrio es el lugar en el que uno puede nacer, crecer, vivir una temporada o establecerse profesionalmente. Para Quique Guasch (Barcelona, 1951), el barrio de Les Corts es mucho más que todo eso. Les Corts es el barrio de su vida. «Soy de Les Corts, este es mi barrio y lo será siempre», afirma satisfecho por todo lo vivido en él. Pero el periodista deportivo, que trabajó 32 años en Televisión Española, habla de Les Corts con un pie en el Eixample y el otro entre Sants y el verdadero barrio de Les Corts. Su vida cotidiana transcurre en ese triángulo que la división administrativa de esta ciudad estableció como límite entre los distritos de Sants-Montjuïc, Les Corts y Eixample. La avenida de Josep Tarradellas aparta el nombre de Les Corts de las calles que rodean al centro penitenciario de la Modelo. Sin embargo, durante los 44 años que Quique Guasch vivió frente a la prisión, siempre se consideró de pleno en Les Corts, también cuando acompañaba a su madre, que padeció alzhéimer en sus últimos años, a los Jardins de Montserrat, el periodista daba por hecho que su vida seguía transcurriendo en el barrio de Les Corts.

Hogueras sobre adoquines

La verbena de Sant Joan, iluminada por la hoguera que los vecinos encendían sobre los adoquines, es uno de los múltiples recuerdos de la infancia de Guasch. «La vida en la calle nos hacía sentirnos dueños del barrio», afirma el periodista, que antes de estudiar Periodismo, cursó tres años de Derecho, pues quería ser abogado. «Muy pronto empecé a trabajar ayudando a un notario y con lo que ganaba me pagaba los estudios de bachillerato», explica. «Eran tiempos de mucha escasez y miseria, pero también de muchas posibilidades», afirma el experto en deportes. «Y dentro de la gran miseria que se vivía, yo fui muy feliz en mi infancia y adolescencia. Es más tarde, cuando te haces mayor y empiezas a saber más cosas, cuando ciertas tonterías de la vida te hacen conocer la infelicidad», considera el vecino al que distinguen su carisma y simpatía, su bronceado natural que las canas ayudan a resaltar, y un peculiar bigote, que arriesga en sus apuestas futboleras y que salvado recientemente gracias a los últimos resultados del Barça.

El televisivo periodista creció sin televisor en casa. «Soy de la Champions del Barça en el bar La Modelo, que tenía una tele en blanco y negro», puntualiza Guasch. Pero este vecino de la prisión -que con los años se acostumbró a indicar a los taxistas que lo conducían a casa: «voy a la Modelo, pero fuera»- guarda como oro en paño sus vivencias en el patio de la cárcel y extramuros, en las calles que lo vieron crecer entre la precariedad y los cambios sociopolíticos que vivía el país.

«Entonces Les Corts era todo campos, territorio comanche, y los niños del vecindario éramos indios siux», relata Guasch que, como todos ellos, gastaba la calle de sol a sol. «De la Diagonal hacia arriba -me decía siempre mi padre- no vayáis, que eso es otro mundo. No me decía nada más», añade. «La calle nos hizo espabilar mucho, era nuestra universidad. Yo soy un honoris causa de la calle. Es que nos echaban de casa porque en 60 metros cuadrados vivíamos mis abuelos, mis padres y yo y apenas cabíamos», recuerda.

«Yo me vendía los TBO de segunda mano para pagarme el cine, que valía tres pesetas. Y en la calle de Entença había unas duchas públicas que costaban una peseta, una y media si alquilabas la toalla. Pero a mí de pequeño me duchaban en el lavadero y con jabón Lagarto, el que usaban para lavar la ropa», explica.

Una vida deportiva

Dos campos de fútbol, el antiguo Camp de Les Corts, del Barça, que se ubicaba en la manzana que dibujan las calles de Numància, Travessera de les Corts, Vallespir y Marquès de Sentmenat, y el del Club de Futbol Catalunya-Les Corts ejercían protagonismo como puntos neurálgicos en aquel fragmento de ciudad en el que creció el periodista que inició su carrera en TVE 10 meses antes de la muerte de Franco. «Anteriormente trabajé en la radio del Movimiento. Empecé siendo locutor-actor en novelas radiofónicas, haciendo muchas voces diferentes. Pero no me gustaba. Y un día alguien preguntó quién se atrevería a hacer retransmisiones de básquet del Barça y así empecé», explica. «Y puedo decir que he disfrutado los mejores años de mi vida con esta profesión, viajando y conociendo a gente magnífica, de manera vocacional, sin horarios. Cuántas horas de guardias hicimos en el aeropuerto...», recuerda.

«Como futbolista no era bueno, era muy gandul para correr. Solo era algo mejor jugando a básquet», considera el vecino. La felicidad en su entorno de infancia sellaron para siempre su cariño a un barrio y a su gente, su carácter y su pedigrí.