CONSECUENCIAS DE LA CUMBRE DE BRUSELAS

Bancos más seguros, pero con menos crédito

Las bolsas acogen con fuertes subidas el plan anticrisis europeo

El primer ministro polaco, Donald Tusk, besa la mano de la cancillera alemana, Angela Merkel, el miércoles.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, besa la mano de la cancillera alemana, Angela Merkel, el miércoles.

ELISEO OLIVERAS

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La Unión Europea (UE) teme que la recapitalización impuesta a los grandes bancos de los Veintisiete por valor de 106.447 millones euros conduzca a una nueva restricción del crédito a la actividad económica, en una coyuntura de atonía que hace temer una nueva recesión. Por ello, los líderes de la UE encargaron a los supervisores bancarios nacionales que se aseguren de que la recapitalización no conduzca a un freno de los préstamos y que «se mantenga el flujo de crédito a la economía real», según subrayan las conclusiones de la cumbre europea en Bruselas. La aprobación del plan de recapitalización y los acuerdos para recortar la deuda pública griega y reforzar el fondo de rescate fueron acogidos con euforia por los mercados bursátiles con subidas de alrededor del 5% en la mayoría de bolsas.

El sector financiero admitió que el temor a una restricción crediticia está justificado. La Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) señaló en un comunicado que «la imposición de mayores exigencias de capital se acabará traduciendo en una restricción del flujo del crédito, especialmente para las familias y para las pequeñas y medianas empresas, y puede retrasar la recuperación de la economía española».

ESTIMACIÓN PRECIPITADA / El plan de recapitalización ha sido adoptado para disipar las dudas sobre la solidez de la banca y para amortiguar el impacto de la quita del 50% de la deuda pública griega. Pero de momento parece tener el efecto contrario de dañar la imagen de los bancos afectados, porque la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha publicado una estimación provisional de necesidades de capitalización que será revisada a la baja en noviembre con unas cifras más ajustadas, según reconoció ayer la propia institución.

Varios expertos europeos han señalado además que el riesgo para la solidez de los bancos no es su cartera de deuda pública, sino los cientos de miles de millones de euros de productos financieros opacos y de dudoso valor heredados del periodo de desenfreno anterior a crisis y que siguen ocultos bajo sus balances o escondidos en firmas subsidiarias.

UN TOTAL DE 70 BANCOS / El plan de recapitalización da de plazo hasta el 30 de junio del 2012 a los 70 mayores bancos europeos para tener unos recursos propios (capital social y reservas) mínimos del 9% de los activos totales, teniendo en cuenta las posibles pérdidas por la valoración de la deuda pública «a precios de mercado». La EBA reconoció que también ha obligado a contabilizar las posibles pérdidas por la morosidad en los préstamos a las administraciones públicas, lo que ha acabado de perjudicar a las cinco grandes entidades españolas: Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Popular.

Las primeras estimaciones de la EBA cifran la necesidad global de recapitalización de los cinco grandes bancos españoles en 26.161 millones. Pero el supervisor europeo reconoció que la cifra real final será muy inferior, porque aceptará como capital los bonos convertibles que se transformen en acciones antes de finalizar el mes de octubre del 2012.

La institución europea no fue capaz de explicar por qué no había deducido los 9.000 millones de bonos convertibles de la banca española que reúnen esos requisitos y por qué había preferido dar una imagen pública de la misma peor de lo que es en realidad. La EBA tampoco fue capaz de explicar por qué la banca española, que tiene una exposición mínima a la deuda griega, requiere una recapitalización tres veces superior a la banca francesa, que detenta la mayor concentración de deuda griega de Europa. La EBA asimismo tampoco supo justificar por qué no admitía como capital las provisiones dinámicas o genéricas, a pesar que sí lo admiten los acuerdos internacionales de Basilea-III.

Los líderes acordaron que las entidades tendrán restringido el reparto de dividendos entre los accionistas y de bonificaciones entre los directivos mientras no alcance ese capital mínimo del 9%. La Comisión Europea indicó que la responsabilidad de aplicar esa restricción recaerá sobre los supervisores bancarios nacionales, como el Banco de España.

La UE quiere que esa recapitalización se realice a través de fondos privados. La Comisión Europea destacó que los bancos ni siquiera necesitan recurrir a una ampliación de capital, porque pueden recapitalizarse reduciendo el volumen de beneficios que reparten como dividendos o bonificaciones y transferir esos importes a reservas o reestructurando la entidad. Sólo en el caso de que una entidad no encontrara fondos privados para recapitalizarse podría recibir una inyección de fondos públicos, según los acuerdos de la cumbre. El recurso al fondo europeo de rescate queda reservado para casos extremos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compartió ese criterio y señaló al concluir la cumbre que las entidades españolas «no necesitan fondos públicos para recapitalizarse».

Los líderes de la UE también discutieron durante la cumbre la posibilidad de reactivar un sistema coordinado de garantías públicas para facilitar la financiación del sector bancario a medio plazo ante las actuales dificultades que encuentran las entidades para obtener fondos del mercado interbancario. Pero aplazaron la adopción de cualquier medida hasta disponer de un informe de la Comisión Europea y de los ministros de Economía sobre las opciones posibles.

FONDO DE RESCATE/ Además de la recapitalización, los líderes europeos se centraron en lograr que la banca acabara aceptando una quita del 50% de la deuda griega en su poder y en reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para que disponga de una capacidad de intervención de un billón de euros.

Los detalles finales sobre las diferentes modalidades para alcanzar ese objetivo de reforzar el fondo de rescate serán adoptados por los ministros de Economía del Eurogrupo en las próximas semanas, pero se establecieron las bases para que el fondo se utilice para avalar parcialmente las emisiones de deuda pública de los países acusados por los especuladores, como España e Italia. Los líderes también abrieron la posibilidad de crear fondos especiales anexos para intervenir en la compra de deuda pública de la zona euro, que estarían abiertos a inversores públicos y privados de la UE y de fuera de ella.

La cancillera alemana, Angela Merkel, que dominó las 10 horas de debates de la cumbre, quiere aprovechar esos cambios en el fondo de rescate para que ya no sea necesario que el Banco Central Europeo (BCE) tenga que intervenir en el mercado de deuda pública para frenar la especulación, ya que considera que daña su independencia.