ASUNTOS PROPIOS

Eva Illouz, estrella de la sociología: "Elon Musk tiene más poder que cualquier rey del siglo XVII"

Barcelona 15-02-2023 BARCELONA Eva Illouz , socióloga y escritora franco-israelí. Fotografia de JOAN CORTADELLAS

Barcelona 15-02-2023 BARCELONA Eva Illouz , socióloga y escritora franco-israelí. Fotografia de JOAN CORTADELLAS / JOAN CORTADELLAS

Núria Navarro

Núria Navarro

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Es una de las estrellas rutilantes de la sociología contemporánea. Un indicador: Google Académico contabiliza casi 12.000 citas de su obra, centrada en explorar cómo el capitalismo ha transformado las emociones en 'mercancías', afectando las relaciones afectivas y sexuales, la cultura que consumimos y la política.

La franco-israelí Eva Illouz (Fez, 1961) acaba de publicar en Francia 'Las emociones contra la democracia', del que dio algunas pistas en el CCCB.

¿Qué impacta a la rastreadora del mundo contemporáneo?

El retorno de las oligarquías. Cuando era joven creía que íbamos hacia un mundo más igualitario, pero vemos que Elon Musk tiene más poder que cualquier rey del siglo XVII. Las oligarquías han logrado imponer su visión del mundo y de la economía a las máquinas burocráticas del Estado.

¿Cómo se neutraliza eso?

No lo sé, no soy buena en dar recetas. Yo señalo que el pueblo se siente engañado, desconfía de los expertos y cree que la clase política y las instituciones están corrompidas. El problema es que no es del todo falso porque, cada vez más, las instituciones políticas sirven a los ricos.

Eso ha ocurrido siempre, ¿no?

En realidad, hace muy poco que estamos en el juego democrático: 150 años. Las élites tratan de comprender cómo utilizar el mecanismo en su beneficio. Con el avance del movimiento obrero, vieron al pueblo como una amenaza, y en un momento dado, no puedo decir cuándo exactamente, comprendieron que debían funcionar de manera menos abierta.

"En un momento dado, las élites comprendieron que debían funcionar de manera menos abierta"

Un ejemplo ilustrativo.

Los hermanos Koch, multimillonarios del petróleo, han financiado una enorme máquina de propaganda para negar el cambio climático. Y en Israel hay dos milmillonarios –¡dos!– que invierten desde hace 30 años en institutos políticos para filtrar ideas de extrema derecha. Eso da una idea del poder del dinero y de la manera en que un pequeño grupo trabaja para filtrar ideas antidemocráticas.

"El populismo trabaja sobre la base de emociones como el miedo, la rabia y el resentimiento"

¿Plataforma para el populismo?

El populismo trabaja sobre la base de emociones como el miedo, la rabia y el resentimiento. Necesita que haya desigualdad, que los que tenían privilegios no los tengan y que haya presencia de una minoría en el interior que se perciba ligada a una mayoría exterior que pone en peligro a la población. 

La victoria de Netanyahu, dice usted, es un caso paradigmático.

En Israel hay un 21% de la población árabe, que es percibida, por razones históricas y geoestratégicas, como el enemigo. Netanyahu comparte la misma gramática con Orbán, Trump, Bolsonaro y Putin, lo que los hace peligrosos.

"La izquierda ha ido demasiado rápido" 

Mientras, sostiene, la izquierda se comporta como "el adulto en la habitación".

Dice al ciudadano qué no puede o debe hacer. En mi opinión, la izquierda ha ido demasiado rápido. Para la clase obrera, la familia y la división entre hombre y mujer sigue siendo fundamental en su manera de ver el mundo. Allí donde las clases medias y altas urbanas aceptan deconstruir esas categorías, la clase obrera lo rechaza. De ahí que la derecha populista sea fácilmente escuchada. Orban, Trump y Putin son grandes machistas.

¿Ha dicho que va demasiado rápido?

Los partidarios de la izquierda hoy son los que tienen título universitario, viven en ciudades, son pro-LGTBIQ, feministas y decoloniales. Norris y Ronald Inglehart consideran, y yo no estoy en desacuerdo, que las tensiones actuales son más generacionales que de clase. 

"Las tensiones actuales son más generacionales que de clase"

La emancipación no es un mal motor, ¿no cree?

Lo que digo es que hay que diferenciar entre la emancipación de los oprimidos y el hecho de que ahora todo aquello que provoque malestar se traduzca al lenguaje de los oprimidos. Se ha pervertido el lenguaje de las verdaderas víctimas. La libertad en el terreno de las relaciones sociales es como en el económico: si se desregula, hay poderosos mecanismos para que gane el más fuerte.

¿Entonces?

La libertad debe ir acompañada de una regulación de las relaciones de poder. La izquierda clásica, la socialista, pone el acento en la redistribución y trata de incluir a la clase obrera, mientras que el 'wokismo' está preocupado por las identidades. No estoy en contra, pero soy consciente de los efectos perversos. Allí donde no funciona es cuando transforma cualquier herida narcisista o psicológica en causa política. Y los populistas se agarran a eso para decir: "Mirad hasta qué punto la izquierda se ha vuelto loca".

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