ASUNTOS PROPIOS

Victoria Prego: "El español es un nacionalismo blando"

La periodista que ha tomado acta notarial de la vida política desde los años 70 publica 'Pequeña historia de la Transición'

MADRID 01-07-2021 CUADERNO Entrevista en B/N a Victoria Prego para Nuria Navarro .Imagen DAVID CASTRO

MADRID 01-07-2021 CUADERNO Entrevista en B/N a Victoria Prego para Nuria Navarro .Imagen DAVID CASTRO / DAVID CASTRO

Núria Navarro

Núria Navarro

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Ha culminado un curso parlamentario con cambios en el Ejecutivo, rifirrafes por los indultos y polémica por las medidas anticovid. Pero, escuchando a la periodista Victoria Prego (Madrid, 1948), 'biógrafa' de la democracia española, la política suena a aventura electrizante. Ella, aún en activo –está en el puente de mando del digital 'El independiente'–, se niega a cancelar los cimientos. En 'Pequeña historia de la Transición' (Espasa) cuenta el porqué a sus nietos.

-¿Hay alguien por ahí que haya contado más que usted la Transición?

-[Ríe] Alguno habrá.

-Elija su instantánea de aquel momento fundacional.

-La apertura solemne de las Cortes tras las primeras elecciones libres, en 1977. La entrada por la puerta de Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri, Rafael Alberti, Laureano López Rodó, Manuel Fraga, Felipe González y Alfonso Guerra es la escena más soberbia de todos los años vividos como periodista.

-¿Ni una incógnita por despejar?

-No. Todo está contado, hasta la muerte de Franco, que me relataron los médicos en 1995, episodio de la alfombra incluido.

-Sus 'off the record' deben ser muy jugosos.

-He podido callar indiscreciones, pero he contado lo relevante.

"Se pongan como se pongan, la Transición fue un éxito extraordinario"

-Adolfo Suárez le contó que, de haber celebrado un referéndum sobre monarquía o república, habría ganado república.

-Me han acusado de ocultar un dato que habría cambiado la historia de España, pero eso es desconocer la historia. Suárez me lo contó en noviembre del 76, cuando todas las instituciones estaban controladas por el franquismo más ortodoxo. La idea de que Suárez, recién llegado, planteara a los españoles si preferían monarquía o república es un disparate. Se pongan como se pongan, la Transición fue un éxito extraordinario.

-Puede que los conflictos de hoy vengan del mal cierre del franquismo.

-¡El franquismo se cerró espléndidamente bien! Santiago Carrillo me dijo que eran demasiados los que querían heredar el régimen, y Felipe González, que estaban en el fondo del pozo pidiendo que echaran una cuerda y que, cuando la echaron, no podían matar a quien lo hacía.

-A la luz de hoy, ¿defiende a Juan Carlos I, a quien entrevistó en alguna ocasión?

-Institucionalmente hablando, fue un rey impecable. Lamentablemente, se ha cargado toda la admiración con su comportamiento privado. Sus desmanes económicos no tienen ni justificación ni perdón.

"Los desmanes económicos de Juan Carlos I no tienen perdón, pero fue un rey impecable"

-Oiga, ¿no se harta de la política?

-Mi caudal de interés por la vida política no se agota.

-¿En quién la ha convertido ese interés?

-En una persona ponderada, intelectualmente honesta, bastante empática y poco dispuesta a renunciar a mis criterios en favor de un interés ajeno. No doblo el brazo para satisfacer a nadie.

-Eso suele tener un coste. ¿Ha tenido una vida personal consistente?

-Absolutamente. Me casé en primera convocatoria y tuve dos hijos; y hace unos 40 años me volví a casar con un realizador de televisión –padre de un hijo– que me ha facilitado la vida extraordinariamente. Nunca ha habido en casa una discusión sobre repartos de papeles. Me da no sé qué decirlo, pero he tenido la vida fácil.

-También ha tenido sustos gordos.

-Tuve un cáncer en 2009, y en 2013 me apareció otra manchita y me quitaron medio pulmón. Unos meses después sufrí un ictus. De todo he salido muy bien.

"Quizá después del cáncer de pulmón y un ictus, soy menos risueña"

-¿De qué material está hecha?

-¡No sé! Además, el trance no me cambió en absoluto. Soy quien era antes de la enfermedad. Quizá tengo un carácter más grave.

-¿Y eso?

-Yo antes era un cascabel, y el paso por la incertidumbre, el miedo y la debilidad física me han vuelto menos risueña. Pero tengo una suerte: no me acuerdo de lo pasado. Siempre vivo de cara al futuro.

-De cara al futuro, ¿qué le interesa desentrañar?

-La esencia de los nacionalismos y su papel en la supervivencia de los estados.

-¿Incluido el nacionalismo español?

-Los nacionalismos necesitan una causa, un líder y un enemigo. El español es un nacionalismo blando, no tiene líderes ni enemigos. A mí los que me preocupan son los excluyentes, beligerantes, hostiles.

-Con la de incendios que hay. Temo preguntar su opinión sobre los indultos.

-No estoy de acuerdo, visto el planteamiento que han hecho los indultados. Pedro Sánchez se ha equivocado y lo veremos.

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