LEGAJOS MUNICIPALES

Siete siglos de memoria

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Natàlia Farré

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Desde abril de 1249 hasta abril de 1979. Setecientos treinta años de historia de Barcelona. La elección de las fechas no es baladí. La primera marca la constitución del primer gobierno autónomo de la ciudad, el famoso Consell de Cent; la segunda, las primeras elecciones municipales democráticas después de la dictadura. En el siglo XIII, además, se empezó a configurar el <strong>Arxiu Històric de Barcelona,</strong> el mismo que en su sede, en la conocida Casa de l’Ardiaca, cuenta ahora la singladura de la ciudad durante estos siete siglos.

La exposición ‘Documents de la Barcelona històrica’ reúne un centenar de legajos de diferentes tipologías que no solo reflejan detalles de lo acontecido sino que evidencian, con orgullo, lo que el centro esconde: una gran cantidad de documentos, tantos que puestos en fila ocuparían la avenida Diagonal entera y que son la memoria del municipio. Una memoria que no es siempre complaciente. Ahí van unos  datos: en el siglo XIX seis de cada 10 trabajadores en las industrias de indianas eran niños o mujeres, y entre los pequeños los había de tres y cuatro años. Hay más: la mitad de los críos nacidos entre 1861 y 1880 no llegaron a los cinco años.

La ciudadanía requería arraigo

Pero esta memoria también puede resultar sorprendente: en la Barcelona medieval no bastaba con venir al mundo en la ciudad para ser barcelonés. Había que demostrar arraigo. Y en eso tuvo que esforzarse el joven marinero Gabriel Salvador que, huérfano de padre y con su madre y hermanos a cargo, necesitó el testimonio de sus vecinos para acreditar bonhomía y derecho de ciudadanía. Otra curiosidad: en la Barcelona de principios del XX era fácil encontrar un rebaño de cabras circulando por la Rambla. Y en la de 1705 ya se libraban guerras de lazos, amarillos para los austriacistas y azules para los borbónicos.

La evolución urbana de la ciudad también está presente en los documentos de la exposición. Están, por supuesto, los planos de Cerdà, aunque no son los que más llaman la atención, quizá por conocidos. Desde la actual complejidad de los 73 barrios y 10 distritos administrativos de la ciudad, es más interesante centrarse en la simplicidad de la Barcelona de 1359 que en el Eixample. Así, en el siglo XIV el centro estaba en la plaza del Blat (hoy de l'Àngel) y alrededor de esta se desplegaban cuatro barrios, el de Sant Pere, el del Pi, el del Mar y el de Frares Menors. Punto. Entretiene, también, la historia de la Barceloneta, el primer barrio fuera muralla cuya piedra seminal se puso el 23 de febrero de 1753. Cuatro años después el arrabal contaba ya con 200 casas y mil habitantes. Igual que distrae ver que en el siglo XVIII todo eran campos de cultivos, algunos de los cuales sobrevivían aún en 1974 en la Verneda. Lo muestran las fotos.

No es toda la historia de Barcelona, es solo una parte, la parte que explica una pequeña selección de lo que alberga el Arxiu Històric, el custodio de toda la documentación generada por el gobierno municipal desde 1249 hasta el siglo XIX.

Fitxa: Arxiu Històric de la Ciutat Calle de Santa Llúcia, 1 De lunes a viernes, de 9.00 a 19.30 horas Sábado, de 10.00 a 19.30 horas 

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