RUTA DE LIBRERÍAS

Pasión oriental en Horta

Maria Caminal asesora a una legión de lectores fieles de barrio desde su isla en la plaza de Eivissa

Maria Caminal, de la librería Eivissa, en el barrio de Horta (Barcelona).

Maria Caminal, de la librería Eivissa, en el barrio de Horta (Barcelona). / periodico

Olga Merino

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Esta historia arranca en 1974, cuando a la protagonista le llegó la voz de que las ‘mestresses’ de la papelería del barrio necesitaban a alguien que les echara una mano durante la campaña de Navidad. Bueno, entonces no se hablaba en esos términos; en aquel tiempo, todavía se fusilaba al amanecer, los inviernos eran más fríos (en todos los sentidos) y la adolescencia duraba un suspiro, comprimida entre el bachillerato y la primera semanada. Así que Maria Caminal traspasó la puerta de la librería papelería Eivissa —se encuentra a dos pasos de la histórica taberna Quimet d’Horta—, sonó la campanilla de aviso y allí se quedó. Han pasado 45 años. Una vida, un soplo.

Rodeada de plumieres, libretas y gomas de borrar, la señora Teresa, que así se llamaba una de las jefas —se jubiló hace nada, ¡a los 81 años!—, fue delegando poco a poco la sección libresca a su joven empleada, quien no tardó en llenarle la tienda de expositores giratorios. Entonces no se publicaba tantísimo; solo de vez en cuando llegaba una caja con la nueva aventura de ‘Los cinco’, de Enid Blyton, y algún ‘best-seller’, sobre todo los míticos volúmenes de la colección Reno de Plaza & Janés, con aquellas cubiertas tan cinematográficas, firmadas por Sanromà o Samper. ¿Qué casa no albergó un ejemplar de ‘Cuerpos y almas’? ¿O de ‘Lola, espejo oscuro’?

Había empezado a aficionarse a los libros precisamente con esa colección, de la que destellan dos títulos, titilantes como faros en su memoria, dos novelas de esas que no dudaría en llevarse a la dichosa isla desierta: ‘Jane Eyre’, de Charlotte Brontë, y ‘Viento del este, viento del oeste’, ambientada en una China legendaria anterior a la revolución maoísta. La lectura de la norteamericana Pearl S. Buck, hija de misioneros presbiterianos afincados en el país asiático, abrió aún otra cerradura en el historial de Maria Caminal, el de su pasión desaforada por la literatura oriental, mayormente chinos y japoneses: Mo Yan, Murakami, Yoko Ogawa, Kawabata, Banana Yoshimoto, Mishima… De ahí la recomendación libresca de hoy: ‘L’illa de les dones del mar’ (Univers / Salamandra), de Lisa See, un relato sobre la amistad entre dos mujeres ‘haenyeo’, buceadoras a pulmón para buscarse el sustento en la isla surcoreana de Jeju. Entre otras muchas degluciones, cada mes cae al menos un par de libros asiáticos, leídos en los cuatro trayectos de autobús diarios. De casa (en Gràcia), a la plaza de Eivissa.

Librera y librería son una. Durante este medio siglo, las contadas ocasiones en que, de joven, a Maria Caminal se le pasó por la cabeza un cambio de trabajo, el destino se encargó de disuadirla, como la vez en que un corte profundo en un dedo le impidió asistir a una prueba de mecanografía. Y ahí sigue, en su isla, al pie del cañón, asesorando a una legión de clientes a quienes siempre acierta el gusto, lectores fieles que no desesperan si el encargo tarda un par de días. ¿A qué tanta urgencia? Libreros de barrio contra la ansiedad ‘amazónica’ de lo quiero ‘ya’.

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