RUTAS PARA CORREDORES

Ruta por Pedralbes y Sarrià

Arantxa Suau, una 'runner' de asfalto, madruga para correr los 12 kilómetros de este itinerario toboganero

Arantxa Suau, corriendo por Major de Sarrià, una de las calles de su itinerario, el pasado 27 de julio

Arantxa Suau, corriendo por Major de Sarrià, una de las calles de su itinerario, el pasado 27 de julio / periodico

Carme Escales

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son las seis de la mañana cuando Arantxa Suau deja atrás su portal corriendo ya desde la avenida de Carles III con la Travessera de les Corts. El primer kilómetro la lleva frente al Hotel Princesa Sofía por la Diagonal. Cruza a la acera del lado montaña, en dirección a Esplugues de Llobregat, en busca del parque de Cervantes. "Es una acera muy amplia, donde no interfiero con el camino de los viandantes y con árboles que hacen sombra, una buena zona 'runner'", dice. La carrera prosigue por delante de la entrada del Palau Reial y, al llegar al parque de Cervantes, lo rodea por fuera –la alternativa es cruzarlo por dentro- hasta superar por la parte superior el Hospital Sant Joan de Déu.

Luego el ascenso continúa por la calle de Finestrelles, "una evasión pura porque no encuentras prácticamente a nadie y alternas tramos de asfalto y tierra, hasta la avenida de Pearson”, explica la corredora.

Allí donde la ciudad se codea con la montaña, a los pies de Collserola, Arantxa disfruta corriendo por calles semidesiertas de torres de diseño que llevan a imaginar vidas de confort y fortuna, en esa ciudad de ciudades que es Barcelona.

Punto emblemático

Desde el punto más elevado de esta ruta, se podría tomar cualquier enlace con la carretera de las Aigües y seguir en ascenso. Pero la versión elegida esta vez nos lleva a continuar corriendo sobre asfalto, hacia el monasterio de Pedralbes. Ese es otro de los puntos más emblemáticos de un itinerario que esta 'runner' se organizó buscando alternativas para correr sin topar con mucha gente durante la desescalada. Salió a localizar las calles menos frecuentadas y así ha configurado este trayecto que le encanta porque es tranquilo, de ambientes variados, principalmente sobre asfalto, pero abriéndose paso por espacios de calma, armoniosos, como la plaza del monasterio y sus callejuelas adoquinadas.

Arantxa no suele correr escuchando música. "A menos que la precise para motivarme en algún entreno más intenso si estoy muy cansada. Entonces el rock duro me impulsa", explica. Si no, es su corazón, el contacto de sus zapatillas con el asfalto y poco más lo que perturba su mente a través de los oídos. Salir a correr tan pronto por la mañana es un bálsamo de tranquilidad, con salida de sol incluida. "Sin apenas coches ni humos, con los pies en la montaña y la vista en el mar al final, siento que la ciudad me pertenece".

Luego toma la calle del Monestir, en paralelo a Reina Elisenda, hasta la avenida de Foix, y callejea por ese viejo Sarrià cargado de esencia. Desciende todo Major de Sarrià, desde la iglesia, pasando por la pastelería Foix, el bar Tomàs y tantos pequeños comercios, muchos de productos delicatesen. Suele parar a beber en una fuente de esta calle de pueblo, una fuente donde el agua siempre sale fría.

La calle de Numància lleva de nuevo esta carrera a la gran ciudad, cerrando el circuito por Travessera de les Corts hasta Carles III. Hemos visto parques, calles y plazas de pueblo, caminos de tierra, casas de ensueño y negocios que apenas despiertan. Una ruta variada, entretenida, para dejar, como Arantxa, "la mente en blanco, evadirse y vaciar preocupaciones".