La Juanita, la rebelde del Poblenou

Niño, deja ya de joder con la pelota. De pequeño, bastaba con que te mandaran algo para que hicieras justamente lo contrario. Acábate la sopa, recoge tu cuarto o a las nueve en casa surtían una especie de efecto bumerán con sopapo final incluido. Así, según las técnicas persuasivas de la psicología inversa, Xavier Vidal bautizó su librería como Nollegiu con la intención de espolear la desobediencia. No leas, quita, quita; ¡ni se te ocurra! El establecimiento resplandece en el corazón del Poblenou, un barrio que no se ubica en la punta norte de Groenlandia: apenas dista un agradable paseo desde el centro o un puñado de paradas de metro. Los ‘rebeldes’ del Manchester catalán no han celebrado Santa Brígida; aquí cada día es Sant Jordi.

Aunque no venden corsés ni faldas tubo, el templo libresco mantiene el rótulo de la antigua boutique Juanita, así como los azulejos setenteros, color verde alga, que decoran la fachada. El interior conserva también parte del viejo mobiliario, las estanterías redondeadas, la moqueta algo raída en el filo de algún peldaño. ¿Y qué? Pura voluntad, dice Vidal, de respetar la memoria del barrio, de un lugar adonde acudían las novias a hacerse sus vestidos de tul blanco desde 1920.

El templo libresco mantiene el rótulo de la antigua boutique Juanita, así como los azulejos setenteros, color verde alga, que decoran la fachada

En siete años han conseguido un club de adeptos, así que, a finales de diciembre, se animaron a abrir una librería gemela, la Nollegiu del Clot, y al poco, cataplum, el virus del demonio, el confinamiento y lo que te rondaré. Un mazazo que el hiperactivo Vidal ha restañado con la mercromina de su ingenio. ¡Ah, cómo nos ha divertido su programa de radio! Durante el encierro, a las nueve en punto de la mañana, entrevistaba a un escritor detrás de la canción de Los Punsetes ‘Opinión de mierda’, convertida en sintonía. ¿No dan el turre centurias de tertulianos? Pues de igual forma el librero soltaba la prédica que le venía en gana a través de su canal de Instagram. El programa, por cierto, se queda; una de las pocas gentilezas de agradecer a la pandemia.

Aparte de divertirse con su trabajo, lo que a Vidal le interesa es crear público lector, convertir la Nollegiu en un centro de debate, diálogo y salseo cultural. De ahí los cursos, que regresarán en la rara ‘rentrée’. No le temen a nada estos jóvenes; han discutido incluso sobre el ‘Ulises’, de Joyce, entre tragos de Jameson (no estaría mal que el whisky irlandés patrocinara el selecto club de lectura con unas cuantas botellas).

Puesto en el brete de recomendar una lectura, el librero no duda: ‘Casa en venta’, de Mercedes Abad, recién publicado por Páginas de Espuma, con ilustraciones de Álvaro Ardévol. Le parece dificilísimo, y razón no le falta, que una casa, hecha de ladrillo y cemento, sea la que cuente la historia. “Solo una narradora de primer nivel sabría administrar así la tensión. No te imaginas el desenlace, hacia dónde evoluciona el personaje”. En el libro, al que la pandemia se quedó con las ganas de liofilizar, palpitan además asuntos candentes: la gentrificación y los precios asilvestrados del mercado inmobiliario.                

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