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Vidas sin techo en Los Ángeles

Mujer sin hogar en Los Ángeles.

Mujer sin hogar en Los Ángeles. / Mario Tama Getty Images AFP

Idoya Noain

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Son visibles, muy visibles en Los Ángeles; 36.000 según las estimaciones del último recuento, que registró un aumento anual del 16%. Son visibles, muy visibles; junto al laberinto de carreteras y autopistas angelino pero también, cada vez más, con sus carritos, colchones, cartones y campamentos con tiendas de campaña, en las aceras de todos los barrios, no solo las 50 manzanas del infame Skid Row.

Son visibles, muy visibles; protagonistas del problema de unos Estados Unidos donde más de medio millón de personas viven sin hogar, una realidad que en California, con desigualdad desatada, precios de la vivienda disparados y acuciante escasez de camas en refugios, alcanza situación de crisis. Es el tema que, según sondeos del 'Los Angeles Times', que ha estrenado sección específica, 

Y a la vez... son invisibles; seres humanos que un cómico convierte en zombies en un club de Sunset Boulevard buscando (y logrando) carcajadas; historias individuales que se pierden entre abrumadoras cifras y estadísticas pero están ahí, dispuestas a ser contadas, ansiosas por ser escuchadas.

Gabriel llegó de Brasil hace 13 años, con 33, con su título de graduado en Comunicación Social, un visado y hermanos a los que visitar. Se quedó y se saltó la fecha que le daban los papeles. En 2010 le agarró «la migra» y tras cuatro meses salió con fianza, dispuesto a pelear su caso. Homosexual, su desgracia fue encontrar un novio «loco, con trastorno límite de la personalidad». Llegaron las agresiones y una orden de alejamiento que no evitó que el ex le robara. Perdió un coche de alquiler y volvió a ser arrestado. Peleó, ganó y logró permiso para quedarse siempre que no usara asistencia pública. Y seis meses mantuvo apartamento en Hollywood, pero falló el trabajo. Y hace tres años y medio que vive con Bobby Brown, el perro de servicio por su trastorno de estrés postraumático, en el cemento junto a las vallas de un centro de recreo en Highland Park, en el norte de la ciudad.

Ahí duerme cada noche, con otros tres para quienes el cielo es techo, aunque de día su «comunidad» la componen unas 50 personas. Desde ahí emprende cada mañana su rutina, acudiendo a donde sabe que puede conseguir comida, o a las instalaciones móviles de Shower of Hope, esa ducha de la esperanza que «te hace sentir humano otra vez, como si valieras un millón de dólares, no como si vivieras entre basura». Se sabe «habilidoso» y explica que «hay recursos, pero tienes que pelear por ellos».

Aunque la violencia impera, ha logrado esquivarla, igual que las adicciones. Y defiende que «que no tengas hogar no quiere decir que seas estúpido», y saca su móvil para mostrar, como hace si la policía intenta desalojarle, el texto de Martin vs. Boise, una decisión del Tribunal Supremo que desde diciembre limita el poder de las autoridades en nueve estados para impedir a la gente dormir en propiedad pública si no hay refugio disponible. En Los Ángeles, el 75% de los 'homeless' no lo tienen.

La sonrisa frecuente de Gabriel brilla más cuando habla de 'grandma', la abuela, una señora de 59 años con hogar a la que conoce desde hace tres años y que ayuda «en todo lo que puede». Y cuando ella aparece, cuenta que era una de quienes veía a gente como él sin verlos, «de fuera para dentro», solo en esa fachada que incomoda. Tras un accidente de coche que la tuvo cuatro meses ingresada y pensando que no caminaría más, salió del hospital andando y curada de esa ceguera. «Empecé a verlos de dentro para fuera».

Sus hijos, que le han dado 20 nietos carnales, le dicen que lo deje, pero grandma no puede, no quiere. Le «sale del corazón». Y cada vez lo sabe más necesario. «Los cambios tienen cosas buenas para la gente, pero con la gentrificación están apareciendo muchos más campamentos y las cosas ya eran duras como estaban», dice. «¿Qué vas a hacer con ellos?», plantea clamando por más humanidad. «¡Están aquí!».

Un asunto de campaña

California es uno de los estados que celebran primarias este supermartes y tiene también a la vista en noviembre las elecciones estatales y locales. En todas las campañas, los homeless desempeñan un papel. Donald Trump ha usado la crisis para atacar repetidamente a los demócratas, especialmente a la californiana speaker Nancy Pelosi. Pero grandma plantea una cuestión: «¿De verdad alguien cree que a Trump le importan estas personas?» La mujer también identifica la atención de los políticos y acciones que cree «cosméticas». «La ayuda sería dar vivienda, no hablar sobre ello», dice.