ASUNTOS PROPIOS

Eva Franch: "Nunca acepto un 'no se puede' por respuesta"

La arquitecta Eva Franch.

La arquitecta Eva Franch. / periodico

Núria Navarro

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Deslumbrante carrera la suya. De los arrozales del Delta del Ebro a la cocina del pensamiento radical. La extremada Eva Franch (Deltebre, 1978) es la primera mujer que dirige la Architectural Association School de Londres, en cuyas aulas se formaron arquitectazos con Premio Pritzker como Zaha HadidRem Koolhaas o Richard Rogers; y sus charlas –hizo una en Elisava– llenan auditorios.  

–¿Cómo ha llegado hasta ahí?

–Caminando.

–Desde Deltebre.

–Para mí era 'el' centro del mundo. Mi padre, capataz del puerto de La Ràpita, llevaba campos de arroz, naranjales y alcachoferas. Yo de pequeña saltaba por los márgenes. Solo el río marcaba el límite de mi libertad.

–¿Ya era transgresora?

–[Ríe] Tenía 4 años cuando hice mi primer proyecto como 'comisaria de arte'. Una vecina tenía una gaveta con las postales románticas que su novio le enviaba desde la mili. ¡Era un caja llena de amor! Así que mi amigo Toni y yo las distribuimos por el barrio.  

–Imagino la estupefacción general. Y usted al final cruzó el río.

–A mí se me daban bien las derivadas y la profesora de Matemáticas me dijo: "Tienes capacidad para hacer líneas en el espacio, piensa en estudiar arquitectura". Y yo, "vale". Acabé la carrera en la UPC, trabajé en una oficina de Róterdam y, a la vuelta, hice dos viviendas en el Delta.

"La sociedad está al servicio del sistema económico, no del ecológico ni del emocional"

–Pero prefirió deconstruir a construir.

–A los 24 años fui a hacer un posgrado en Princeton con una beca de la Caixa. Di clases en Búfalo y Houston, y descubrí que la arquitectura podía producir edificios de pensamiento.

–Sin ladrillos ni hormigón.

–La práctica personal a veces es muy narcisista. Preferí servir al colectivo de artistas que redefinen cómo habitamos el espacio, cómo hacemos ciudad y cómo sobrevivimos en el planeta.

–Agitó la escena de Nueva York, desde el Storefront for Art and Architecture

–Fue muy interesante. Y me presenté, junto a Ana Miljacki y Ashley Schafer, al concurso para ser curadora del pabellón de EEUU de la Bienal de Venecia del 2014 sin ser norteamericana ni tener la 'green card'. Ganamos y se dieron cuenta de mi irregularidad ya en Venecia.

–Atrevida, ¿eh?

–Nunca acepto un "no se puede" por respuesta.

–¿Qué hay que desmantelar en estos tiempos?

–El movimiento moderno, que dio un impulso democratizador, separó los espacios de vida, trabajo y ocio. Eso ha solidificado el aislamiento del individuo en una sociedad que está al servicio del sistema económico, no del ecológico ni emocional.

–Va fuerte. ¿Qué propone?

–La igualdad es capital. Frente a la constante producción de diferencias, propongo la empatía radical.

–¿...?

–Un alumno ha diseñado el Ministerio de Defensa Ambiental: lleva las estructuras del Ministerio de Defensa tradicional al terreno de la ecología y la biodiversidad. La subversión hoy es la capacidad de entrar en las estructuras de poder para cambiarlas.

"Frente a la constante
producción de diferencias, propongo la empatía radical"

–Oiga, ¿lo que dirige no es una escuela de arquitectura?

–Por supuesto. Un arquitecto debe tener tres características: ser un agitador, ser un iconógrafo –producir nuevas estéticas– y ser un facilitador de nuevas cualidades.

–¿Eso pide a los alumnos?

–Les pido rigor y locura, lo que exige un gran compromiso.

–No ha hablado de creatividad.

–La creatividad es la capacidad de cuestionar lo que tienes delante. Descartes en realidad no dijo "cogito, ergo sum" ("pienso, luego existo"), sino "dubito, ergo sum" ("dudo, luego existo"), pero su editor le soltó: "Eso no venderá, tío". Pensar es dudar, solo que a esta sociedad no le gustan las dudas.

–A veces, urgen soluciones.

–Si la pregunta es buena, modificas los términos de pensamiento y actúas. 

–Elena Ochoa –Lady Foster– la llamó a consulta. ¿Le hizo una buena pregunta?

–Reunió a mujeres vinculadas al arte para hablar sobre paridad en puestos de responsabilidad. Yo le dije que debíamos pausarnos y pensar cómo hacer las cosas de manera diferente. De lo contrario, estás constantemente intentando ser de otro género para pasar adentro de las estructuras de poder heredadas y hacer el trabajo. 

–Usted se ha salido con la suya. ¿Próximo objetivo?

–Seguir caminando.