Patio de butacas

Concha Velasco, la abuela 'yeyé'

Si alguien entendió que la actriz pensaba en retirarse, lo malinterpretó: acaba de aterrizar en Barcelona con 'El funeral' y ya está ensayando para su próximo montaje

Concha Velasco, en el Teatre Borràs

Concha Velasco, en el Teatre Borràs / periodico

Olga Merino

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Roto el hielo inicial, conversar con la actriz Concha Velasco es como hacerlo con tu madre, dicho sea en el mejor de los sentidos. Tan fácil pone la charla que solo falta despedirse con el táper lleno de lentejas. Conexión inmediata, relax en zapatillas y ese torrente de palabras que fluye interminable y sin esfuerzo, como si estuviéramos las dos sentadas en la pelu haciéndonos las manos o en el andén de la estación esperando el tren que llega con un pariente. Pues bien, la que acaba de aterrizar en la ciudad es ella, con una comedia escrita y dirigida por su hijo mayor, Manuel M. Velasco (el otro se llama Paco). Lleva por título 'El funeral'. En el Teatre Borràs.

'El funeral'. Madre mía, lagarto, lagarto. Sin destripar el argumento, la obra trata sobre una actriz multipremiada y de postín, de nombre Lucrecia Conti, a cuyo fallecimiento el Ministerio de Cultura organiza un velatorio por todo lo alto. O sea, lo mismo que pasaría si… Concha Velasco es la única actriz en España que ha ganado dos veces el Premio Nacional de Teatro, que no es poco. Por tanto, ¿dónde correspondería montarle la capilla ardiente? ¿En el tanatorio de la M-30? ¿En el proscenio del María Guerrero, en Madrid? ¿O acaso en el Fernán Gómez? Lo pienso pero me guardo mucho de decirlo, glups. ¿Será la intérprete supersticiosa? Pues resulta que sí, mucho. Aparte de las manías propias, por el camino ha ido heredando las de su madre y las de otros actores, como Mary Carrillo Alberto Closas, esto es: no pisar jamás el escenario con los zapatos de calle, que se cante «determinada canción» en su presencia –de ponérsela en el hilo musical de un avión, tendría que apearse– y el chiflo del afilador; si escucha el silbato, es que «se va a morir alguien, y no me falla nunca». ¡Ay!

En cambio, representar a un fantasma sobre las tablas no le produce mal rollo. Es más, en el montaje de 'El funeral' hay una muñeca a tamaño natural, de cuerpo presente, un maniquí metido en un ataúd, que representa a la actriz finada, y aun cuando a sus compañeros de reparto les da yuyu –Pepe Ocio en el papel de mánager y las Irenes, Gamell y Soler, en el de nietas codiciosas–, Concha Velasco no tiene ningún reparo en colocarla sobre el escenario, ni en pintarle las uñas de su mismo color, ni en ponerle pestañas postizas. «La muerta está muy bien hecha», dice. La actriz ya tiene 80 años –los cumplió el pasado 29 de noviembre– y claro que piensa en la muerte, cada día más, pero con el semblante tranquilo, la ironía en ristre y la vanidad a buen recaudo: «Como a una se le va encogiendo el cuerpo con el tiempo y las cajas son de tamaño estándar, me cabrá dentro la fotografía de mis padres y el Goya de Honor, ja ja ja». Se lo dieron en el 2013 por toda una trayectoria. ¿Quién no la recuerda en 'Teresa de Jesús', la magnífica serie de TVE? Una bestia todoterreno de la interpretación. «Fíjate, lo que son las cosas, los premios buenos me los dan por los dramas, y yo me empeño en hacer comedia».

¿Achaques? Alguno, claro. La artrosis, que dificulta el cierre de las cremalleras, y las rodillas, que ya no son lo que eran. Pero el 'Patio de butacas' de hoy querría estar bien lejos de un tono fúnebre, porque la actriz, vivaracha y parlanchina, insufla ganas de vivir. La chica 'yeyé', las mejores piernas del cine y la revista, que ni medias le hacía falta usar en aquellos tiempos. Es ponerse un vídeo de ella en Youtube, que entran ganas automáticamente de ponerse a vedetear por la casa repasando el polvo: «Mamá, quiero ser artistaaaaaa; oh, mamá, ser protagonistaaaaa».

'El funeral' la mantendrá hasta el 8 de marzo en Barcelona, la ciudad donde debutó a los 15 años, en el Paral·lel. Aquí conserva grandes amigos –Josep Maria Pou, Andreu Buenafuente, Silvia Abril– y pequeños ritos, como los garbanzos con morcilla de la Bodega Sepúlveda (sin pasarse) y las escapadas al cine Comedia.

¿Jubilarse? Con las botas puestas

«¿Por qué voy a retirarme mientras tenga la cabeza lúcida y el público vaya a verme al teatro?», dice la actriz. Si alguien entendió que Concha Velasco pensaba en retirarse, lo malinterpretó. Exhausta por el drama (espléndido) de 'Reina Juana', le pidió a su hijo que le escribiera un papel para desengrasar, algo que mezclara ingredientes de 'La bruja novata', 'Sunset Boulevard', 'Mary Poppins', 'El fantasma de la Ópera' y 'Aterriza como puedas'. De ese cocimiento surgió la comedia 'El funeral'. Pero de jubilarse nada: ya está ensayando para su próximo montaje 'La habitación de María', de José María Plaza.